Hagupit causa 21 muertos en Filipinas y se acerca a Manila convertido ya en tormenta tropical
- Hay casi un millón de desplazados y las autoridades mantienen la alerta
- La lentitud a la que se desplaza, 10 kilómetros por hora, lo hace más peligroso
- Siguen los cortes de energía y ya ha empezado a repartirse ayuda humanitaria
Al menos 21 personas han muerto como consecuencia del paso del tifón Hagupit por Filipinas, según ha confirmado este lunes la Cruz Roja. Además, casi un millón de habitantes del archipiélago han tenido que abandonar sus hogares para evitar los estragos causados por el tifón, que ha sido ya rebajado a tormenta tropical por la Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA), puesto que sus vientos se han debilitado hasta los 105 kilómetros por hora.
Según ha indicado la secretaria general de Cruz Roja en Filipinas, Gwendolyn Pang, han fallecido 18 personas en la isla oriental de Samar, donde el tifón tocó tierra el sábado pasado acompañado de vientos muy fuertes que soplaban a 210 kilómetros por hora.
Una quincena de muertos en una riada
"De las 21 muertes de las que se nos ha informado, 16 de ellas fueron a causa de una riada que provocaron las intensas lluvias en la localidad de Borongan, en Samar Oriental", ha explicado en una emisora local el presidente de la Cruz Roja filipina, Richard Gordon, quien también ha señalado que unas 2.500 casas han quedado total o parcialmente destruidas en esa ciudad de 64.000 habitantes.
Aunque el Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres del país aún no ha confirmado la cifra facilitada por la Cruz Roja, Gordon ha apuntado que el número de víctimas podría aumentar, puesto que "hay muchas zonas a las que aún no se ha conseguido llegar".
Según previsiones de la ONU, más de 30 millones de filipinos se verán afectados por los fuertes vientos, lluvias, inundaciones o aumentos del nivel del mar causados por Hagupit, que solo es uno de la veintena de tifones que visitan cada año Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
El año pasado, Haiyan, uno de los tifones más potentes de la historia y causó 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos y 14 millones de damnificados.
La lentitud, un factor de riesgo
La tormenta, bautizada por las autoridades locales como Ruby, se acerca lentamente -a 10 kilómetros por hora- a la capital del país, Manila, donde se está evacuando la zona costera y se ha anunciado la suspensión de todas las clases, así como el cierre de las oficinas públicas.
La ciudad de Manila, por donde se cree que pasará Hagupit en la noche del lunes, es una de las ciudades con mayor densidad de población del mundo, lo que unido al mal estado de las infraestructuras lleva a que se produzcan importantes inundaciones varias veces al año. Por eso se prepara a conciencia para recibir la tormenta tropical, que podría causar también un incremento en el nivel del mar de hasta 1 metro.
"Nos estamos preparando para lo peor porque hay que estar listos para cualquier cosa que pueda suceder", ha dicho al diario local Inquirer el alcalde del distrito de Makati, donde se encuentra el centro financiero de Manila.
A pesar de que los vientos de Hagupit han disminuido desde los 160 a los 105 kilómetros por hora en el último día, el Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres del país insiste en que la tormenta aún supone una importante amenaza.
La lentitud con la que se desplaza, apuntan los expertos, hace que Hagupit permanezca más tiempo sobre una zona en concreto, por lo que la posibilidad de inundaciones y de deslizamiento de tierras es mucho mayor.
Comienza a llegar la ayuda humanitaria
Mientras, las regiones golpeadas por Hagupit el pasado sábado comienzan a recibir ya la ayuda humanitaria, según ha informado este lunes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Gregorio Catapang, en una rueda de prensa.
"Uno de nuestros aviones c-130 ya ha aterrizado en el aeropuerto de Borongan, cargado de personal y ayuda humanitaria, y hay uno más que ya está en camino", ha afirmado Catapang.
Por su parte, el ministro de Energía, Jericho Petilla, ha apuntado que la isla de Samar, una de las que más ha sufrido el embiste de Hagupit y que también fue de las más afectadas por el tifón Haiyan, en noviembre de 2013, sigue sin corriente eléctrica.
"Incluso antes de que el tifón tocara tierra, ya había muchas zonas que se habían quedado sin luz, pero ahora mismo la isla entera está sin corriente eléctrica", ha explicado Petilla en una rueda de prensa.
Mejor preparados
Aparte de informaciones puntuales sobre algunos estragos ocasionados por el tifón, el Gobierno filipino aún no ha publicado un informe oficial sobre los daños causado por la tormenta, pero asegura que en principio los preparativos parecen haber dado resultado.
"Esta vez las autoridades locales se han preparado mucho mejor de lo que lo hicieron antes de Haiyan, el año pasado, y la gente se ha mudado voluntariamente y eso, de momento, parece que ha dado buenos resultados", explicó el sábado a los medios locales el portavoz de la Presidencia, Edwin Lacierda.
Las autoridades filipinas apuntaron que hasta el momento se han ofrecido para ayudar en la recuperación de las zonas afectadas once países: Australia, Japón, Estados Unidos, Indonesia, Tailandia, Reino Unido, China, Malasia, Singapur, Canadá y Brunei.