El Gobierno francés aprueba un polémico proyecto de ley que busca liberalizar servicios
- Muchos socialistas se oponen, lo que complica su aprobación parlamentaria
- Prevé facilitar el acceso a profesiones como la de notario o abogado
- También propone elevar a 12 los domingos laborables para el comercio
- Abrirá a la competencia líneas de autobuses por todo el país
El Gobierno de Francia ha aprobado este miércoles un proyecto de ley para impulsar el crecimiento y la actividad -conocido como Ley Macron, en referencia al apellido del ministro de Economía- que ha suscitado un fuerte rechazo de amplios sectores, incluso dentro del propio Partido Socialista galo.
En una rueda de prensa para presentar ese proyecto, el primer ministro francés, Manuel Valls, ha destacado que este paquete de reformas pretende "proporcionar los medios para desbloquear el país".
"Todo el mundo debe aceptar que se cambie lo que no funciona bien, aquello que penaliza la actividad y, por tanto, el empleo, incluso aunque eso pueda sacudir costumbres o intereses particulares", ha señalado Valls en una comparecencia en la que ha estado rodeado por buena parte de su Ejecutivo.
Según Valls, este proyecto de ley implica "progreso y libertad", se inscribe "plenamente" en el programa de reformas del Ejecutivo y demuestra que el país "es capaz de adaptarse sin renunciar a su modelo social".
El Gobierno ha explicado que los tres ejes sobre los que gira esta propuesta -que se someterá al debate parlamentario a partir del próximo 22 de enero- son la supresión de obstáculos que impiden el desarrollo de ciertos sectores, la inversión en grandes proyectos y la creación de puestos de trabajo.
El proyecto de ley propone facilitar el ejercicio de ciertas profesiones liberales -como notarios y abogados-, corregir las tarifas de determinados servicios, abrir la explotación de líneas de autocares por todo el territorio nacional, y ampliar el número de domingos laborables para el comercio.
Dudas sobre su aprobación parlamentaria
Esta última medida -la apertura comercial hasta 12 domingos al año en las principales zonas turísticas, frente a los cinco actuales- es la más polémica y ha movilizado en contra a diputados socialistas ajenos al habitual grupo de disidentes del partido de Valls y Hollande.
Una de sus detractoras es la excandidata presidencial y actual alcaldesa de Lille, Martine Aubry, quien en un artículo de opinión publicado este miércoles en el diario Le Monde, considera que ese cambio cuestiona los principios de la izquierda.
Esas críticas ponen en duda la aprobación de este nuevo proyecto en la Asamblea Francesa, ya que se abre la posibilidad de que una parte de los diputados socialistas voten por primera vez en contra de medidas de su Gobierno, frente a la abstención por la que han optado hasta ahora los disidentes.