El jefe de la CIA admite prácticas "abominables", pero defiende la labor de sus agentes tras el 11-S
- Brennan responde al informe del Senado sobre la inteligencia de EE.UU.
- Se resiste a utilizar la palabra torturas y no anuncia nuevas medidas
El director de la CIA, John Brennan, ha defendido la labor de ese servicio de inteligencia de EE.UU. tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque ha admitido que las torturas que practicaron fueron en algunos casos "abominables".
Brennan ha comparecido desde la sede de la Agencia de Inteligencia estadounidense (CIA) en Langley, en Virginia, a las afueras de Washington, para responder a un informe del Comité de Inteligencia del Senado divulgado esta semana.
Brennan no ha anunciado ninguna nueva medida y ha dicho que la CIA ya se ha reformado para evitar nuevos episodios como los que se han revelado ahora.
Ese informe, fruto de una investigación de más de cinco años, asegura que la CIA llevó a cabo prácticas de interrogatorio "más brutales" y menos efectivas de lo que había admitido en los años posteriores a los ataques terroristas del 11-S.
Brennan ha recordado que la mayoría de las técnicas de interrogatorio aplicadas a los sospechosos de terrorismo eran "legales" en ese momento y se ha resistido a calificarlas como "torturas": "Dejo que otros se ocupen de calificar esas actividades", ha dicho, citado por AFP.
La CIA "no estaba preparada"
Hubo casos en los que agentes de la CIA usaron prácticas "que no habían sido autorizadas" y que fueron "abominables", pero la "inmensa mayoría" de los trabajadores de la agencia "hicieron lo que se les pidió hacer en servicio de nuestra nación", ha remarcado Brennan en un inusual discurso transmitido por las principales televisiones, informa Efe.
Además, como ya hiciera el director de la CIA en esa época tras la publicación del informe, ha negado que la agencia mintiera al Congreso sobre el alcance de sus actividades.
"No había respuestas fáciles" ante los atentados del 11-S y la CIA "no estaba preparada" para poner en marcha un programa de detenciones e interrogatorios de prisioneros como el que se le encomendó, ha añadido.
Según el informe del Senado, los métodos de interrogatorio a sospechosos de terrorismo en los ocho años posteriores al 11-S incluyeron asfixias simuladas, baños en agua congelada, privación de sueño durante más de una semana, alimentación e hidratación rectal, así como amenazas de abusos y muerte.
La ONU exige responsabilidades
Muchos de esos detenidos facilitaron información de inteligencia "útil y valiosa", afirmó Brennan, pero ha puntualizado que es imposible saber si fue por el hecho de haber sido sometidos a esos métodos de interrogatorio.
Brennan sí ha sostenido que información facilitada por esos detenidos "fue usada" en la operación que permitió localizar y acabar con la vida del entonces líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en Pakistán en 2011, algo que pone en duda el informe del Senado.
El miércoles, el alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Zeid Ra'ad Al-Hussein, señaló que no debe haber "impunidad" respecto a las torturas reveladas y se sumó a las voces de otras organizaciones de derechos humanos que pidieron un proceso judicial.