El asesinato de dos agentes enfrenta a la policía y el alcalde de Nueva York
- Culpan a De Blasio de no apoyarles en las protestas contra el cuerpo
- Nueva York vive una ola de manifestaciones por la violencia policial
- Dos policías murieron tiroteados en su coche el sábado en la ciudad
Un día después del asesinato de dos policías en Nueva York, la tensión y la división se ha adueñado este domingo de las calles de la gran manzana, que vive fuertes roces entre las fuerzas del orden y el alcalde a raíz de las protestas contra la violencia policial de las últimas semanas.
La tragedia registrada el sábado, en la que dos agentes fallecieron tiroteados a sangre fría a manos de un individuo que decía querer vengar las muertes de varios afroamericanos, no ha hecho más que evidenciar la fractura que se vive actualmente en la ciudad.
En la noche del domingo, en un gesto inaudito, un amplio grupo de agentes ha dado literalmente la espalda al alcalde, Bill de Blasio, a su llegada al hospital donde se encontraban los cuerpos de Rafael Ramos y Wenjian Liu, los dos asesinados.
El gesto, del que se han distribuído imágenes, deja claro el malestar que existe entre muchos miembros del Departamento por lo que consideran que ha sido una falta de apoyo por parte de De Blasio ante las acusaciones de violencia policial y las protestas que se han desarrollado por ese motivo.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha llamado al comisionado de la Policía de Filadelfia, Charles Ramsey, a expresar su indignación por las muertes y a hacer uso de su autoridad para reforzar el mensaje de que este tipo de ataques contra agentes serán condenados.
"La sangre en manos de De Blasio"
"La sangre de dos agentes de policía ejecutados está en las manos del alcalde De Blasio", ha dicho en un duro mensaje en Twitter la Police Benevolent Association (PBA), el principal sindicato de policías neoyorquinos.
La organización lleva semanas enfrentada al gobierno municipal, al que acusa de no apoyar a la policía en el marco de las manifestaciones que estallaron a raíz de la decisión de un gran jurado de no presentar cargos contra el agente que supuestamente mató a un negro en julio con una llave de inmovilización prohibida.
A los policías les ha sentado además muy mal que De Blasio mostrara comprensión por las protestas y reconociese en medio de la polémica que ha educado a su hijo Dante, producto de su matrimonio con una afroamericana, sobre los "peligros" potenciales en caso de interactuar con un policía.
A raíz de ello, la PBA ha comenzado a distribuir entre sus alrededor de 12.000 miembros un documento para que estos lo firmen y pidan con él que De Blasio no acuda a sus funerales en caso de que caigan en el ejercicio de su trabajo. No ha trascendido si los agentes fallecidos el sábado habían respaldado esa iniciativa.
Tensión entre la policía y el alcalde
Aunque no estalló hasta hace poco, la tensión entre parte del Departamento y el alcalde venía gestándose ya desde la campaña electoral, en la que De Blasio recibió el apoyo de organizaciones e individuos calificados de "anti-policía" por algunos mandos del cuerpo.
El alcalde, progresista y con pasado en el activismo de izquierda, ha emprendido además desde su llegada al cargo numerosas reformas en la Policía para tratar de mejorar su relación con todas las comunidades de la ciudad, acciones que no siempre han sido bien vistas por los agentes.
George Pataki, exgobernador conservador del estado, también ha culpado a la "retórica de división y contra la policía" del alcalde por el asesinato del sábado, un mensaje similar al que expresó en televisión el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
De Blasio condena los ataques
En su primera aparición tras el ataque registrado en Brooklyn, De Blasio subrayó que los ataques contra la policía son ataques contra todos los neoyorquinos y aquello que valoran.
Las banderas, a instrucción de las autoridades, han ondeado este domingo a media asta en luto por el fallecimiento de Ramos y Liu, mientras continúan las investigaciones.
El autor del ataque, Ismaaiyl Brinsley, que se quitó la vida de un tiro poco después en el andén de una estación de metro cercana, había disparado horas antes a su exnovia cerca de la ciudad de Baltimore, a más de 300 kilómetros de Nueva York.
El atacante tenía problemas mentales
Según ha informado la policía, Brinsley tenía un carácter muy violento y contaba en su historial con cerca de veinte detenciones y un paso por la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente tenía problemas mentales, había intentado suicidarse en el pasado e instantes antes del ataque se acercó a dos desconocidos para decirles que prestasen atención a lo que iba a hacer, ha informado el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.
Tres horas antes de actuar, Brinsley había publicado en la red social Instagram una fotografía de su pistola y un mensaje anunciando su intención de matar a dos policías a modo de venganza.
Tanto la familia de Garner como la de Brown, dos de los casos de violencia policial contra afroamericanos, han condenado los asesinatos, mientras que varios de los líderes de las recientes protestas contra la policía han subrayado que el suceso no puede vincularse en ningún caso a su causa, que precisamente busca la no violencia.