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Sorteo de la lotería de Navidad

Los niños que han cantado el Gordo: "Teníamos ya ganas. Estábamos contando las bolas"

  • El Gordo ha sido "remolón" y ha salido tras cuatro horas de sorteo
  • El público ha pasado del aburrimiento a la expectación absoluta
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Tensión y nervios en el Teatro Real porque El Gordo ha tardado mucho en salir

El Gordo de la lotería de Navidad, el 13.437, se ha hecho de rogar. Pero su llegada no ha defraudado al público que abarrotaba el Teatro Real con los nervios a flor de piel debido a la larga espera, en la que han fluctuado del aburrimiento a la expectación más absoluta, y se ha mantenido el suspense hasta los últimos minutos.

Tras más de cuatro horas de sorteo, al filo de la una de la tarde los niños Ismael Rastrelli y Janna Flores, ambos de doce años, han cantado el ansiado primer premio que ha batido su propio récord y se ha convertido en el más tardío en salir en los últimos 24 años, desbancando al Gordo de 2005 que se cantó a las 12:11h, según ha confirmado Loterías y Apuestas del Estado.

Los dos pequeños cantores aseguraban que la tensión ha ido in crescendo y que ya "tenían ganas" de que saliera el premio, por lo que iban "contando las bolas que quedaban para el final".

Ismael, un niño muy resuelto que sonreía de oreja a oreja, es la segunda vez que reparte suerte ya que en 2012 también sacó el Gordo. "Siento la misma ilusión y la misma alegría", afirmaba pizpireto este "chico de oro", ante el habitual enjambre de periodistas.

Su compañera, Janna, se mostraba algo más tímida, pero ambos estaban muy contentos ya que también han cantado en este atípico sorteo "remolón" un cuarto con el 7.617 y dos quintos con el 32.306 y el 98.538.

Solo esperaba que no me saliera ningún gallo

Janna, de procedencia peruana, ha explicado que estaba muy nerviosa, aunque "tenía el presentimiento" de que iba a sacar la bola, porque ya quedaban pocas.

"Solo esperaba que no me saliera ningún gallo o que se me cayera la bola", ha añadido, para después confesar que esta noche apenas ha dormido por la excitación.

Del aburrimiento a los "nervios"

En total, once niños y once niñas de San Ildefonso, que esta edición han estrenado atuendo con medias y pajaritas de color granate, han sido los verdaderos protagonistas de la cita.

La primera de las anécdotas saltaba en la primera tabla cuando la niña Maguette Fall se atascaba con la lectura del número 58.052 y tras beber un trago de agua y romper a llorar conseguía superar el mal momento.

Atasco de una niña de San Ildefonso en la lotería de Navidad con el número 58.052

Su padre, Amadu, de origen senegalés, ha vivido con tensión los avances de su retoño y ha atribuido a una mala pasada de los nervios su traspiés. Otra de las madres afirmaba que los niños "casi llegan afónicos de tanto ensayar".

Tantas horas de espera para los premios importantes han pasado factura entre el público. La mayoría no podía contener las ganas de que saliera el Gordo y jaleaban cada "premio menor" con cánticos y murmullos. Eso sí, nadie se movía del asiento para no perderse el mejor momento.

Una de las agraciadas ha sido Pilar a la que le ha salpicado una pedrea con un número raro, el 00.000, o sea el cero. "He jugado este número porque dicen que es el de la Casa Real. He arañado cien euros para un capricho", contaba desde una de las butacas más cercanas al escenario.

Una agraciada con el número 00000 celebra el premio en el salón de loterías

Churros con chocolate para la espera

Como suele ser habitual, decenas de personas han hecho cola durante toda la noche para asistir al sorteo en directo en las entrañas del Teatro Real.

Este año, como novedad, Loterías ha proporcionado estufas y un castizo chocolate con churros para hacer más llevadera la espera con temperaturas gélidas.

Tampoco han faltado las vestimentas raras y los disfraces entre los incondicionales de la cita. Así encontrábamos a Manuela, la primera de la cola y que llevaba esperando desde las 14:00h del domingo, ataviada de elfa de la suerte, ya que otros años vino de bruja "pero no le tocó nada", aseguraba.

También llamaban la atención "las cuatro de Valladolid", Rocío, Marisol, Montse y Felicia, que han pisado el elegante coliseo madrileño en bata y zapatillas para atraer la fortuna.

A modo de curiosidad, por el auditorio han desfilado, entre otros, una persona cubierta completamente de luces de diversos colores, otra ataviada con un sombrero en el que tenía bordado su boleto, y Manolo, de 80 años -y cincuenta asistiendo al sorteo- con un traje hecho a mano lleno de botones.

RTVE

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