Mueren 51 personas en ataques contra civiles en el noreste de la India
- Las autoridades culpan a una guerrilla independentista
- La Policía dispara contra una manifestación de protesta
- El estado de Assam vive un conflicto violento entre comunidades
Al menos 51 personas murieron el pasado martes en varios ataques contra civiles en el estado de Assam, en el norte de la India, que las autoridades atribuyen a guerrillas independentistas.
Los ataques tuvieron lugar en cuatro localidades diferentes en el plazo de unas horas. Entre los fallecidos hay al menos 10 mujeres y 13 niños, según fuentes policiales citadas por Reuters.
"Los milicianos vinieron y primero pidieron agua. De repente abrieron fuego con sus AK-47", ha narrado a Reuters un testigo que huyó a la jungla.
El primer ministro indio, Narendra Modi, ha condenado los ataques a través de la red social Twitter. "Asesinar gente inocente en Sonitpur y Kokrajhar es un acto de cobardía. Nuestros pensamientos y plegarias están con las familias de los fallecidos", ha dicho Modi.
La Policía dispara contra los manifestantes
La mayor parte de las víctimas vivían en los distritos de Kokrajhar y Sonitpur. En este último, el hospital principal ha atendido a decenas de personas heridas de bala.
Las autoridades de Delhi han impuesto este miércoles el toque de queda en varias zonas de Assam. En Sonitpur, sin embargo, centenares de personas han desafiado el toque de queda para manifestarse frente a las comisarías y protestar contra el Gobierno, al que acusan de falta de protección.
La Policía ha dispersado a la multitud y ha disparado contra los piquetes. Al menos cinco manifestantes han muerto, según informa Reuters.
Assam, un estado conflictivo
Assam es uno de los siete estado de la zona noreste de la India, que bordea con China, Myanmar, Bután y Bangladesh.
El territorio tiene una historia de enfrentamientos sectarios y de reivindicación de una mayor autonomía. La guerrilla del Frente Nacional Democrático de Bodoland asegura luchar por un estado separado para la población autóctona, los bodo, y protesta por la llegada de foráneos, sobre todo de religión musulmana, a una región rica en cultivos de té pero con escaso desarrollo económico.
El primer ministro indio ha prometido acelerar el desarrollo de la red ferroviaria y de carreteras en el territorio.
En 2012, los enfrentamientos entre las comunidades bodo y musulmana causaron al menos un centenar de víctimas mortales, la destrucción de cientos de aldeas y el éxodo de decenas de miles de personas.
El mes pasado, las fuerzas de seguridad lanzaron una campaña contra los rebeldes, y estos amenazaron con responder mediante ataques selectivo.