La economía rusa se contrajo un 0,5% en noviembre, su primer retroceso desde 2009
- Es consecuencia de las sanciones occidentales y el abaratamiento del petróleo
- El precio del crudo ha caído un 50% desde el pasado mes de junio
- La fuga de capitales suma 100.000 millones de dólares en 2014
La economía de Rusia se contrajo un 0,5% en noviembre pasado -su primer retroceso mensual desde octubre de 2009-, como consecuencia del impacto de las sanciones impuestas por varios países occidentales y de la caída de los últimos meses en el precio del petróleo, su principal fuente de ingresos.
Con ese contexto, el pasado día 2, el Gobierno de Rusia ya rebajó con fuerza sus previsiones para el año que viene, cuando espera una disminución del PIB del 0,8%, frente al crecimiento del 1,2% que estimaba hasta ese momento.
Desde el pasado mes de junio, el petróleo se ha abaratado un 50%, una bajada que se ha acelerado este mes de diciembre, después de que los países exportadores de petróleo reunidos en la OPEP decidieran no reducir su producción de crudo.
A eso hay que añadir las sanciones que le han impuesto la Unión Europea, EE.UU. y otros países occidentales como consecuencia del papel de Moscú en el conflicto de Ucrania, y que han reducido con fuerza la inversión extranjera en el país, donde la huída de capitales asciende a 100.000 millones de dólares desde comienzos de 2014.
"No hay ningún motivo para el optimismo"
"Con el actual precio del petróleo esperamos que las cosas empeoren. No hay ningún motivo para el optimismo", ha asegurado a Reuters Dimitry Polevoy, economista jefe para Rusia y la Confederación de Estados Independientes de ING Bank. "Esto está ligado, ante todo, a las sanciones, así como al crudo y el pánico que hemos visto en los mercados en diciembre. Se tardará mucho tiempo en reparar los daños al sistema financiero y a la confianza del consumidor", ha añadido este especialista.
Las sanciones han reducido de forma drástica la capacidad de las empresas rusas para financiarse en el exterior, lo que ha desencadenado la peor crisis de divisas en el país desde la suspensión de pagos que protagonizó en 1998. Así, la cotización del rublo se ha hundido frente al dólar y el euro en los últimos meses. Solo en diciembre, la moneda rusa ha perdido la mitad de su valor, a pesar de la subida de 10 puntos porcentuales en los tipos de interés aplicada por el banco central ruso.
Esa depreciación de la divisa provocará el encarecimiento de todas las importaciones y, así, una inevitable alza de la inflación el año que viene, que podría situarse por encima del 10%, según los cálculos del propio Gobierno ruso.