Samarás pide oficialmente la disolución del Parlamento griego y comienza la campaña
- El primer ministro advierte de los riesgos de un cambio de Gobierno
- Syriza es el favorito para los comicios anticipados del 25 de enero
Los partidos griegos han puesto ya en marcha la maquinaria electoral con vistas a los comicios anticipados del 25 de enero tras la disolución formal del Parlamento este mismo martes. La campaña comienza marcada por la interrupción de las negociaciones con la troika de acreedores del país.
El primer ministro, Andonis Samarás, ha solicitado este martes formalmente al presidente de la República, Károlos Papulias, la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones generales.
La campaña electoral de 26 días empezará oficialmente este misma tarde, aunque de facto arrancó hace semanas, antes de fracasar Samarás en imponer su candidato a la Presidencia en la tercera votación parlamentaria.
En un mitin multitudinario celebrado anoche en un cine céntrico de Atenas, el líder del izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, vaticinó una campaña extraordinariamente dura en la que, dijo, "se contarán muchas mentiras, mentiras monstruosas sobre Syriza y sus intenciones políticas y en la que "Samarás apostará por "sembrar el miedo".
"No se juega"
Básicamente se refería a las alusiones de Samarás, pero también a las indirectas lanzadas desde algunas capitales europeas, de que un Gobierno de Syriza llevaría Grecia a la bancarrota.
Desde Nueva Democracia señalaron hoy que uno de los temas centrales de la campaña será hablar del riesgo de que Grecia salga del euro (si gana Syriza) y uno de los lemas publicitarios del partido de Samarás será "Nosotros no jugamos con Grecia".
Tsipras recalcó que Syriza cooperará con sus socios y recordó que "la consolidación de la banca ha progresado y los cuatro bancos sistémicos forman parte del sistema bancario europeo".
En los últimos meses Syriza ha dejado repetidamente claro que lo único que es innegociable es el denominado Programa de Salónica, un compendio de medidas que se aplicarían en los primeros cien días abocadas a ayudar a los más necesitados, con un coste total de 2.000 millones de euros. El resto se negociará con los socios, dicen desde Syriza.
Sin embargo, la suspensión de las negociaciones con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que preveía regresar en enero para continuar con la evaluación del programa de ajuste, abre interrogantes sobre cuál será la evolución financiera más inmediata del país.
Rechazo de los comicios
Del resultado de las negociaciones con la troika no solo dependía el desembolso de los últimos tramos de ayuda, sino también si Grecia acabaría obteniendo el crédito reforzado acordado con los socios europeos que sustituiría el rescate propiamente dicho a partir de marzo.
El ministro de Finanzas, Gikas Jardúvelis, ha recalcado que de momento y hasta marzo, Grecia no tiene problemas de liquidez.
Esta incertidumbre, alimentada en las últimas semanas por el propio Gobierno, ha llevado a que la población vuelva a temer por su futuro y rechace elecciones, aunque en las encuestas apoye mayoritariamente a Syriza, que mantiene una ventaja de entre 3 y 7 puntos por delante de los conservadores de Nueva Democracia.
La economía griega está intervenida desde que en 2010 el Gobierno solicitó ayuda a la Unión Europea para hacer frente a su deuda. Desde entonces, los recortes de gasto público exigidos por los acreedores y otras reformas han provocado un aumento de la pobreza y un fuerte malestar social.