Chérif y Said Kouachi, los hermanos islamistas buscados por sembrar el terror en Francia
- Son treinteañeros, nacidos en París, y eran viejos conocidos de la policía
- El hermano pequeño había sido encarcelado en 2005 por reclutar yihadistas
Dos hermanos, treinteañeros y naturales de París son buscados como los responsables del peor atentado en Francia en el último medio siglo. Se llaman Chérif y Said Kouachi, y han sido identificados como los autores del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo. Un atentado que ha dejado muda a toda Europa y ha herido en el corazón los valores de la República.
Los hermanos Kouachi son viejos conocidos de la policía, pero parece que el seguimiento al que estaban sometidos por los servicios secretos ha fracasado a la hora de evitar que perpetraran una masacre. Vestidos de negro y armados con kaláshnikovs, acribillaron a tiros a una docena de personas en la revista francesa, estandarte de la libertad de expresión, bajo el grito de "¡Alá es el más grande!" y "Vamos a vengar al profeta".
"Nos enfrentamos a una amenaza terrorista sin precedentes, interior y exterior (...) Nuestros servicios han hecho fracasar varios proyectos de atentados pero hay centenares de individuos que son objeto de seguimiento (...) No exite el riesgo cero", ha reconocido el primer ministro Manuel Valls. Ahora, son los hombres más buscados de Francia.
Chérif, condenado en 2008 por captar yihadistas
Nacido el 28 de noviembre de 1982 en París, francés de nacionalidad, apodado Abu Isen, Chérif Kouachi forma parte de la llamada "red de Buttes-Chaumont". Bajo la autoridad de un "emir", Farid Benyettu, esta red permitía reclutar a decenas de jovenes yihadistas y enviarlos a Irak para incorporarlos a la rama iraquí de Al Qaeda, dirigida entonces por Abu Musab al Zarkaui.
“Fue identificado como violentamente antisemita“
En 2005, cuando Chérif estaba a punto de tomar un vuelo hacia Damasco, fue detenido y encarcelado durante un año y medio por participar en esa célula de captación. En el juicio, celebrado en 2008, fue condenado a tres años de prisión, aunque no llegó a entrar en la cárcel porque le fue descontada de la pena el tiempo que pasó en prisión preventiva.
Su nombre volvió a aparecer dos años más tarde en un proyecto de intento de fuga de la cárcel a un islamista, Smain Ait Ali Belkacem, ex miembro del Grupo Islámico Armado argelino (GIA), condenado en 2002 a cadena perpetua por cometer un atentado que dejó 30 heridos en una parada de suburbano de París (la estación Museo de Orsay) en octubre de 1995.
Sobre Chérif Kouachi pesaba la sospecha sobre todo de ser un allegado de otra figura del Islam radical francés, Djamel Beghal, que purgó diez años de cárcel por preparar atentados. Sobre él pesaba la acusación de participar en entrenamientos con Beghal pero, tras ser juzgado, este caso fue sobreseído.
El ministro del Interior galo ha afirmado que los investigadores le describieron como "violentamente antisemita".
"Era un aprendiz de perdedor, el chico de los recados, que vestía una gorra, fumaba hachís y llevaba pizzas para comprar drogas. Un chico despistado que no sabía qué hacer con su vida, y que un día se encontró con gente que le hizo sentir importante", cuenta su antiguo abogado, Vincent Ollivier, según Le Parisien.
Su hermano Said, el cómplice radicalizado
Su hermano Said, de 34 años, nacido también en París, no había sido condenado antes, pero estaba fichado por los servicios secretos, sospechoso de haberse radicalizado en actividades de terrorismo islamista. Tiene domicilio en Reims y no se le conoce empleo.
La investigación deberá aclarar si efectivamente ellos son los autores del ataque, si pertenecen a una célula terrorista o actuaban como un comando solitario, así como la relación con Hamyd, el joven de 18 años, cuñado de Chérif, que al saberse buscado se entregó en una comisaría de Charleville Mézières (noreste de París).
La actuación de los hermanos Kouachi recuerda al ataque cometido por los hermanos Tarsanaev, de origen chechenos y radicalizados en el Islam, en Boston en 2013. Ambos casos se tratan de inmigrantes de segunda y tercera generación, inadaptados en el país de acogida, sin esperanza en el futuro y que abrazan una religión desvirtuada para dar un sentido a su vida.