La versión más espectacular de 'Ella', de H. Rider Haggard
- Un cómic del cineasta Elie Chouraqui y A.J. Alburquerque
- Una fiel adaptación del clásico de la literatura de aventuras
La novela Ella (1887), de H. Rider Haggard (Las minas del Rey Salomón, Allan Quatermain), es uno de los grandes clásicos de la literatura de aventuras con toques esotéricos. Y ha influido en todas las novelas del género posteriores. Además de haber dado origen a una saga literaria y haber sido adaptada al cine en numerosas ocasiones; la primera por el mismísimo George Méliès en 1901. Aunque casi todos recordamos la versión protagonizada por Ursula Andress en 1963, en el papel de una mujer fuerte e independiente capaz de sobrevivir más de 2000 años. Y tanto Sigmund Freud como por Carl Gustav Jung citaron a su protaonista como prototipo de lo femenino.
Y ahora nos llega una espléndida adaptación al cómic, Ella (Yermo ediciones), con guion del cineasta francés Elie Chouraqui (Las Flores de Harrison, Las marmotas) y los espectaculares dibujos del español Alberto Jiménez Alburquerque, que nos describe así el cómic: “Es una historia de aventuras con toques de fantasía que sucede entre Londres y África a finales del siglo XIX. La novela original la firma Haggard y se notan esos toques tan conocidos por todos gracias a Las Minas del Rey Salomón”.
“La historia -continúa Alburquerque- nos cuenta como, al cumplir veinticinco años, el huérfano Leo Vincey recibe el legado de su padre: un misterioso cofre que contiene los restos de una vasija de barro que data de tiempos egipcios. En los fragmentos se explica la historia de una princesa de Egipto que huyó junto a un sacerdote del que se había enamorado perdidamente, y cómo su periplo los llevó hasta el corazón de África, hasta el reino de la hermosa Ayesha, Ella, la que debe ser obedecida, la que todo lo ve. Intrigado por su pasado, Leo y su tutor se embarcan en una aventura por el continente negro, en busca de la mujer más hermosa de mundo”.
Lo curioso es que el guion está firmado por el director de cine Elie Chouraqui. “Me pasó el guión, un guión técnico normal, dividido en páginas y viñetas y nada más –comenta Alburquerque-. Con él no he tenido un contacto muy estrecho y no ha sido diferente a trabajar con otros guionistas, la verdad. Ha sido el proceso habitual que he vivido hasta ahora, no sé si por suerte o por desgracia. Yo he hecho lo que más o menos veía y él aprobaba las páginas, yo siempre envío las páginas para el aprobado del editor y del guionista, y siempre ha estado contento con el resultado. Así es como hemos ido funcionando”.
Los personajes
Aunque ya estemos acostumbrados a ver cientos de personajes de este estilo, en 1887 fueron revolucionarios. “Todos tienen una personalidad muy marcada y muy diferente entre sí –asegura Alburquerque-. Leo es el héroe típico con una fuerte voluntad, inquietud por vivir aventuras y y una cierta ingenuidad que quizás le hace parecer algo infantil para el lector de hoy en día, pero que refleja muy bien a los jóvenes de la época victoriana. Holly representa la figura paterna que Léo pierde al ser un niño y, a veces da lugar a situaciones cómicas junto a Job que hacen rebajar la tensión de ciertos momentos dramáticos. Billali representa lo exótico hasta la aparición de Ayesha, lo desconocido, que da miedo por eso mismo, por desconocido, pero que con el tiempo pasa a ser un personaje entrañable al que todos llaman “padre”.
En cuanto a Ella, Alberto confiesa que no ha visto la versión protagonizada por Ursula Andress en su momento de mayor belleza: “No. Conocía a Haggard por supuesto, pero no había leído la novela y no había visto las películas, ni la serie de los 60. Y no quise verlas, porque no quería influencias externas y que nadie dijera que esto se parece un poquito a tal cosa o a tal otra. Como no quería ese tipo de suspicacias, preferí no verlas y si algo se parece a la original es pura casualidad. De hecho, nadie me lo ha dicho. Así que Ayesha fue producto de mi imaginación, como el resto de personajes”.
De Londres al África profunda
Una historia que nos lleva desde el Londres victoriano a la África profunda y misteriosa. “Para los paisajes urbanos del Londres de finales del XIX busqué documentación, sobre todo online –confiesa Alberto-. Espero haber sido lo más fiel posible, que al final es lo que intentamos hacer. También es verdad que metes las referencias en tu estilo, no he dibujado cada ladrillo y cada grieta, pero sí que he intentado poner las cosas en su sitio. En la primera página sale la catedral de San Pablo y es la catedral de San Pablo, no me la he inventado”.
En cuanto a los exóticos paisajes africanos. “Tampoco están inventados –nos comenta Alberto-, he buscado referencias fotográficas, pero al final te dan un poco más de juego, porque es sabana, es bosque, es desierto, y eso te da un poco más de juego para poder hacer tus estilos, tus giros propios. Si haces trampa es más difícil que te pillen que si haces trampa en una ciudad que existe de verdad”.
Destaca la capacidad narrativa de Alberto a la hora de adaptar una novela de este calibre: “El número de viñetas es el habitual en el mercado franco-belga. Últimamente se tiende a reducir las viñetas por página para acelerar la producción (y así poder competir con el comic americano y el manga) pero por aquel entonces (acabé de dibujar el número 3 en 2012…) era lo habitual. El trabajo de adaptación fue cosa del guionista aunque yo tuve que buscar todas las referencias gráficas para ajustarme a la realidad de la época. Fue complicado hacer el tebeo pero no más que cualquier otro, creo…jajaja”.
Unas portadas espectaculares
Frente a las pequeñas viñetas del cómic, destacan las grandes portadas de Alburquerque: “Han sido un reclamo para el lector y he recibido bastante buenas críticas sobre ellas. La primera fue idea del editor (la del tomo 1 francés, que no es la misma que la del tomo en España) que quería algo simple y conciso: “Ella con una pantera y una columna”. A partir de esa descripción, hice el dibujo que podéis ver en el tebeo”.
“La segunda y la tercera –continúa Alberto- me llevaron bastante tiempo de bocetos y sugerencias descartadas, pero al final, de todos los bocetos que presento, el editor es el que elige el que piensa que puede ser mejor. Por mi parte, siempre he intentado presentar la importancia de los personajes femeninos en la historia (ya que el tebeo se llama ELLA…) a la vez que presentar un poco lo exótico y lo fantástico (de ahí las panteras en la primera portada, el mar de calaveras en la segunda y la isla con forma de cabeza de la tercera)”.
En cuanto a sus proyectos, Alberto nos avanza que: “Trabajo con Oni Press desde hace algo más de año y medio. Sigo con Letter 44 y ahora mismo estoy a mitad del número 15. Parece que está funcionando razonablemente bien para ser de una editorial pequeña. Sé que el guionista tiene mucho que ver, que Charles Soule tiene mucho tirón en el mercado y eso ayuda mucho a la serie. Va a salir publicado en Francia a mediados del año que viene, y posiblemente también en España, así que estupendo. Aparte, mantengo el contacto y el trabajo con el mercado francés, estoy haciendo un álbum para Glénat que estoy a punto de terminar. Es el tomo 2 de una serie que el dibujante dejó en el tomo uno. Se llama Inca. Hizo el tomo 1, no sé qué pasó que no siguió y me ofrecieron el tomo 2. Es lo que tengo de momento, un cómic mensual en Estados Unidos y el álbum en Francia”.