La contaminación del agua pone en riesgo la recuperación de Las Tablas de Daimiel
- Así lo denuncian científicos del Grupo de Investigación del Agua del CSIC
- Denuncian la reducción de las praderas subacuáticas de carófitos
- Creen que la contaminación tiene una incidencia directa en el parque
La contaminación que registra el agua del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) ha provocado una disminución "alarmante" de la vegetación acuática de este espacio protegido cuya recuperación está seriamente comprometida.
Fuentes del Grupo de Investigación del Agua, al que pertenecen investigadores y científicos de distintas universidades españolas y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han llamado la atención sobre la "drástica" reducción que ha experimentado en los últimos años la superficie de las praderas subacuáticas de carófitos del parque nacional.
Estas praderas de carófitos, las ovas que deberían crecer en este ecosistema si estuviera bien conservado, "son la base de la alimentación de miles de aves ligadas a este ecosistema único del centro peninsular", según han recordado.
Incidencia de la contaminación
Los estudios sobre la evolución de la superficie potencial y la superficie real cubierta por las praderas de carófitos desde el año 1956 hasta el 2013 ponen de manifiesto cómo los sucesivos episodios de contaminación han tenido una incidencia directa sobre el ecosistema del parque nacional.
El problema de fondo, han advertido expertos y científicos, es la gestión de la calidad del agua en toda la cuenca de los ríos Gigüela y Azuer que, en el caso de este último, vierte sus aguas a la madre del río Guadiana.
Si no se toman medidas "drásticas y concretas" para abordar el problema de la calidad del agua por parte de la Confederación del Guadiana, órgano encargado de su gestión, han subrayado que será "difícil que se solucione el problema ambiental que sufren Las Tablas de Daimiel".
Los científicos han advertido de que "se conocen los puntos conflictivos" donde se concentran los vertidos de aguas en mal estado y, sin embargo, "no se hace nada".
Así, han asegurado que "de nada sirve tener el parque bien gestionado ni invertir un montón de millones de euros en la gestión por parte del Organismo Autónomo Parques Nacionales, si luego el agua que entra es de una calidad infame".
Los expertos han recordado que ya en los años 90, cuando se puso en marcha el primer plan de regeneración hídrica de Las Tablas, advirtieron de que "tan importante era la cantidad del agua como indispensable su buena calidad, para lograr su recuperación y que el ecosistema completo volviera a funcionar, permitiendo que las aves estuvieran presentes en este ecosistema único en la península ibérica".