Los profesores tutores de la UNED recogen firmas para dejar de ser "becarios" y cotizar
- Un real decreto de 1986 los equipara a becarios, sin Seguridad Social
- La mayoría de los 7.000 de la UNED tiene otros trabajos públicos
- Un pequeño grupo de unos 300, sin embargo, no cuenta con otros ingresos
- La UNED ve "complejo" cambiar la normativa que regula esta figura
Profesores tutores
El Real Decreto 2005/1986 equipara el régimen de los profesores tutores al de "los becarios de docencia e investigación de las fundaciones".
El Estatuto de Profesor Tutor de la UNED, aprobado en 2013, establece que su selección se efectuará mediante concurso público para obtener la venia docendi aunque, si hay vacantes por fuerza mayor, estas plazas se podrán cubrir sin haberla ganado.
Son la cara más visible de la UNED para los alumnos. Los llamados profesores tutores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia son los que orientan a los estudiantes cada semana para la preparación de las asignaturas, atienden las dudas en foros virtuales y corrigen los trabajos y prácticas que sirven luego para parte de la nota final. Sin embargo, muy pocos alumnos conocen que este trabajo de los tutores no está vinculado a un contrato laboral y que no cotizan a la Seguridad Social las horas que dedican a la formación de universitarios.
Por este motivo, han puesto en marcha una recogida de firmas en la plataforma change.org por la regulación laboral de los "7.000 profesores sin contrato que atienden a más de 200.000 estudiantes de la UNED". En apenas diez días han superado las 27.000 adhesiones.
La figura del profesor tutor está regulada en un real decreto de hace tres décadas (R.D. 2005/1986) que señala expresamente que la realización de sus funciones "no se considerará como desempeño de un puesto de trabajo". Una norma que determina también que la vinculación de este docente con el centro asociado de la UNED en el que imparta las tutorías "se entenderá equiparada a la de los becarios de docencia e investigación de las fundaciones". Una vinculación que "tendrá carácter discontinuo y temporal".
La UNED ve "complejo" hacer cambios porque, si cotizaran por esta labor, la mayoría de los 7.000 tutores incurrirían en incompatibilidad porque tienen otros puestos en el sector público (magistrados, jueces, profesores de instituto...). El Ministerio de Educación, del que depende la universidad, puntualiza también que estos docentes "no están en nómina" de la institución académica, sino que cobran directamente de los centros asociados, "dependientes de autonomías y ayuntamientos".
Un "fraude" porque los becarios sí cotizan
Lola Carmen Morales, una de las promotoras de la iniciativa de change.org, señala que la regulación de 1986 "no tiene ningún encaje" con la realidad, que es un "fraude" porque no son becarios y que, en todo caso si se les equiparara con ellos al menos deberían tener los mismos derechos sociales, como la cotización en la Seguridad Social, que sí que se les reconoce a estos últimos desde 2006. Niega que sean temporales o discontinuos porque la venia docenti -el permiso para impartir las clases- ganada en concurso público "es automática y la mayor parte del colectivo lleva más de 20 años siendo tutor. En cualquier caso seríamos fijos discontinuos".
Morales, que es profesora tutora de Historia Medieval desde hace 35 años en Madrid, señala que la normativa de 1986 fue un "engendro jurídico" con el que se intentó regular la situación de los tutores, que en muchos casos ya tenían un puesto en la Administración pública o eran docentes en otras universidades. Para que no incurrieran en incompatibilidad, prosigue esta doctora, la solución que se dio fue equipararles a becarios y negar toda vinculación laboral. De hecho, se puso el límite de las 75 horas anuales para no ser considerado trabajo, pero en la práctica muchos de ellos superan este umbral, asegura.
Un grupo minoritario sin ningún otro ingreso o cotización
La mayor parte de los 6.662 profesores tutores de la UNED son de hecho funcionarios o personal laboral que tiene contrato y Seguridad Social en virtud de su trabajo en la Administración. Hay otro grupo de profesionales liberales (abogados, arquitectos...) que también tendrían cobertura social por el trabajo que desempeñan al margen de la universidad. Habría por último una minoría de "unas 200 o 300 personas", según Morales, que no tienen Seguridad Social porque solo tienen ese trabajo o cotizan de forma intermitente por trabajos temporales.
Al margen de los profesores tutores, la UNED cuenta con 1.500 PDI (profesor docente investigador), que son los que elaboran los manuales, corrigen los exámenes y que también pueden llevar tutorías.
Ante este situación, lo que piden a través de la recogida de firmas es la sustitución del Real Decreto 2005/1986 y la creación de una figura propia para el colectivo de profesores tutores como una categoría más dentro de la UNED y que solo en el caso de los precarios "existiera el alta en la Seguridad Social" -puesto que el resto ya la tienen por sus otros trabajos- "o, en su defecto, sistema de mutualidad, planes de pensiones, etc. a partir de una partida presupuestaria", explica esta doctora. "Esto podría regularse en una disposición adicional y no alteraría la regulación general del colectivo" para evitar las incompatibilidades.
La reivindicación no es nueva. El Defensor del Pueblo ya pidió en su informe anual de 2001 que se contemplara para los que no estuvieran dados de alta "el reconocimiento al derecho constitucional a la Seguridad Social". La institución advertía de que algunos de estos docentes superaban las 75 horas anuales de dedicación a esta actividad y ponía de relieve que su equiparación con una beca "no se correspondía en su naturaleza, carácter y finalidad" con la labor que desempeñaban.
Una labor incrementada por Bolonia
Sofía, que prefiere no dar su verdadero nombre, lleva varios años como profesora tutora de la UNED. Consiguió la venia docendi en concurso público y este curso lleva tres asignaturas por cuatrimestre. Además de las tutorías presenciales, con el trabajo que supone prepararse las clases, tutoriza los trabajos de evaluación continua, que pueden llegar a ser un 20% de la nota.
“Llevar estos trabajos me supone no solo atender a la gente que viene a clase, sino también de forma virtual a los que se me asigna por centro asociado”, explica a RTVE.es. Desde la entrada en vigor de Bolonia, añade, la carga de trabajo de los tutores se ha incrementado al tener más peso la evaluación continua: “Nuestra labor se ha incrementado mucho. Un trabajo que supone mucha carga online sin compensación alguna”.
Sofía explica que nunca ha contado "las horas reales ni el volumen de trabajo" que invierte en las tutorías de la UNED pero “obviamente”, señala, “no se corresponde con los 200 euros de media” que cobra por asignatura al mes.
“Me siento en una situación muy vulnerable como trabajadora ya que no se reconoce mi trabajo ni laboralmente ni académicamente. A la hora de acreditarme como profesora de universidad ante la ANECA, no me reconoce como experiencia docente los años que llevo trabajando para la UNED”, denuncia esta tutora.
Sofía, que señala que el trato con los alumnos y los centros asociados “tiende a ser bueno”, siente que la UNED no valora su experiencia docente y pedagógica catalogándolos “como eternos becarios”.
La UNED insiste en que cambiar su estatuto es "inviable"
Desde la UNED insisten en que la universidad aplica la legislación contenida y regulada en el RD 2005/1986 y que la solución que plantean los promotores de la recogida de firmas estaría en contra de la ley actual y también de la normativa legal de acceso a la carrera docente y de acceso al empleo público.
En este sentido señalan que es un "tema muy complejo de abordar" y "prácticamente inviable", según fuentes académicas consultadas. Para que hubiera un cambio tendría que cambiarse la ley y eso, indican, no depende de la UNED.
Desde la Universidad Nacional de Educación a Distancia explican que la figura del profesor tutor se creó en su momento "para poder contar con posibles perfiles valiosos para apoyar a los estudiantes: profesores de distintos niveles del sistema educativo, magistrados, jueces, funcionarios, profesionales cualificados, etc". En este sentido, añaden que "otra consideración laboral les habría excluido por la ley de incompatibilidades".
Las mismas fuentes señalan que solo dependen de la UNED en cuanto a su actividad docente y que el dinero que reciben por su actividad es abonada directamente por el centro asociado en el que imparten sus tutorías -hay 61 en toda España- y depende del patronato en el que está representada la universidad pero también ayuntamientos, diputaciones, etc... En este sentido alegan que existen en la práctica "una gran diversidad de situaciones laborales que no pueden tener un análisis único".
En ese mismo aspecto inciden desde el Ministerio de Educación. Las fuentes consultadas alegan que "no están en nómina" de la UNED y que cobran directametne de estos centros. Desde este departamento, aseguran, no se plantea ahora ningún cambio legal sobre la regulación de los profesores tutores.