La defensa del ladrón confeso del Códice Calixtino pide la nulidad del proceso
- Arranca el juicio contra el electricista de la Catedral de Santiago
- Su letrada denuncia "errores" en la instrucción y un "guantánamo procesal"
- Se enfrenta a una petición del fiscal de 15 años de prisión
La acusación particular ejercida por el Cabildo de la Catedral contra José Manuel Fernández Castiñeiras en el juicio por el robo del Códice Calixtino ha asegurado en la primera sesión celebrada este lunes que las pruebas recabadas, de las que la defensa pide la "nulidad", son "plenamente válidas" y ha reclamado que el procedimiento se mantenga "al margen de cuestiones de carácter personal".
Durante su intervención en esta primera sesión, dedicada a dirimir cuestiones previas, la acusación ha asegurado que, para la obtención de las pruebas criticadas por la defensa, se contó con el "consentimiento" por parte del entonces abogado de oficio, por lo que ha confiado en que las peticiones de nulidad no sean aceptadas.
El abogado de la acusación, José Antonio Montero, ha comenzado su intervención solicitando que "se siga el procedimiento al margen de cuestiones de carácter personal" y se ha "adherido" a las consideraciones de la Fiscalía para rechazar la nulidad del procedimiento.
En particular, la acusación ha asegurado que la imparcialidad del juez instructor "se le presume" y ha considerado que no existen indicios de que en las preguntas del interrogatorio hubiese "coacción" o "amenaza".
Grabaciones lícitas
Tras defender los registros y las grabaciones, el abogado de la acusación se ha referido a los vídeos de las cámaras de seguridad en el claustro y el despacho del administrador. Sobre esta cuestión, en contra de lo sostenido por el fiscal, la acusación ha asegurado que ambas cámaras "tienen ámbito privado".
"El acceso al claustro no es público, el que puedan estar personas en esa zona con acceso a través del museo no quiere decir que sea público", ha indicado, para recordar que el acceso es "restringido". "No es una calle", ha sentenciado.
Paralelamente, ha indicado que la cámara del despacho del administrador está en un "espacio privado" al que se accede pasando por el "vestidor de los canónigos", siguiendo por un pasillo y accediendo a una antesala a través de una puerta "cerrada con llave".
"No son unas oficinas de personal, no tiene acceso público", ha explicado el letrado, quien ha apuntado que el administrador instaló en este lugar una cámara "ante determinadas sospechas" de falta de dinero en la caja fuerte.
Solicitud de nulidad
Previamente, Carmen Ventoso, la abogada del ladrón confeso del Códice Calixtino, había solicitado la "nulidad de todo" el proceso contra su defendido alegando que la instrucción está llena de "errores" y que el exelectricista fue víctima de un "guantánamo procesal".
Al inicio de la vista, la abogada, que también defiende a los otros dos acusados, ha criticado que los tres procesados en este proceso "no han tenido un juez imparcial", por lo que, ha afirmado, "la nulidad se extiende infectándolo todo".
El documento, del siglo XII, el ejemplar más antiguo y completo de esa obra denominada Liber Sancti Iacobi, de la que existen unas doscientas copias en distintos puntos de Europa, desapareció misteriosamente del archivo de la catedral compostelana en julio de 2011.
Entre otras cuestiones, Carmen Ventoso ha criticado que en el mes de junio, un mes antes de la detención de Fernández Castiñeiras y la emisión de un auto de entrada y registro, "personas desconocidas" entraron en su domicilio de O Milladoiro "forzando la entrada" y colocaron en su interior "dispositivos de grabación".
"Vigilaron y entraron, forzaron la cerradura y caminaron por el interior del domicilio. Unas personas que desconocemos tocaron lo que quisieron y no tendremos la certeza de que manipulasen los papeles o se llevasen alguna cosa. El escenario ya está contaminado", ha criticado la letrada, que ha tenido duras críticas para el instructor, José Antonio Vázquez Taín.
Invalidez de la primera declaración
Asimismo, ha considerado que la detención y registro de los domicilios y propiedades de los tres acusados fue "nulo de pleno derecho", dado que varios de los registros se excedieron de la hora programada en los autos, otros no contaron con autorización expresa y en el registro del trastero donde apareció el Códice no se contó con la presencia de los detenidos. "No tiene valor de prueba", ha aseverado.
En esta línea, la defensa ha pedido la nulidad de la primera declaración judicial del principal acusado, que, por la actitud del juez instructor, "contraviene la legalidad vigente en España" y el "derecho a la dignidad". Para la letrada, las preguntas de Vázquez Taín fueron "sugestivas", "repetitivas, argumentativas" realizadas "coartando al imputado", en lo que considera un trato "cuasidespectivo" al acusado.
Fernández Castiñeiras, su mujer y su hijo, los tres acusados por el robo del Códice Calixtino, han llegado a los juzgados de Santiago sobre las 9.15 horas de este lunes, en la primera sesión de un juicio que durará tres semanas.
Con la cabeza baja, ninguno de los acusados han querido hacer declaraciones a la entrada y han permanecido mirando al suelo también desde el banquillo de los acusados.
El electricista se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 15 años de cárcel, mientras la Iglesia, personada como acusación particular, elevó la petición de penas a 31 años por apreciar que Castiñeiras abusó de la confianza del personal de la catedral.
Respuesta de la Fiscalía
Por su parte, el fiscal Antonio Roma se ha opuesto a las nulidades solicitadas por la defensa dado que, en su opinión, "se han respetado los derechos fundamentales" de los acusados durante la instrucción, según informa Europa Press.
En su intervención durante la primera sesión del juicio el fiscal ha explicado que "no encuentra" los "fundamentos" esgrimidos por la defensa para pedir la nulidad del procedimiento y ha considerado que "no se pueden estimar las cuestiones previas" reclamadas por la letrada de la defensa, Carmen Ventoso.
En concreto, el fiscal ha señalado que cuestiones como la recusación del juez instructor o la nulidad de todas las actuaciones ya fueron analizadas y concluidas en su momento por la Audiencia Provincial. "Si está resuelto, está resuelto", ha indicado el Ministerio Fiscal.
Por otra parte, ha criticado que la defensa pida que se declare nula la declaración y confesión del acusado por "elementos de forma", cuando "las respuestas" de Fernández Castiñeiras "no son nulas" y existían otros "elementos incriminatorios". Del mismo modo, ha defendido que los registros son correctos y se hicieron en presencia de los abogados.
Detención del electricista
A principios de julio de 2012 fue detenido el electricista de la catedral y recuperado el manuscrito, hallado en una zona de un garaje propiedad suya entre ladrillos y cemento, envuelto en papeles de periódico dentro de una bolsa de plástico junto a otros facsímiles y documentación sustraída de la catedral y en perfecto estado, según los expertos.
La investigación policial permitió descubrir que el electricista disponía de llaves de diversas dependencias y que se había apoderado durante años no solo de documentación, sino de dinero y objetos valiosos de la catedral.
El Vaticano mostró su satisfacción por ese hallazgo y hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió a la catedral de Santiago el 8 de julio de ese año a una ceremonia simbólica de entrega del Códice Calixtino.
Fernández Castiñeiras, que consiguió empleo de electricista en la catedral porque su madre había sido la lechera que suministraba al arzobispo, reconoció entonces a los investigadores: "Sí, fui yo quien robó el libro. Me lo llevé el 4 de julio del año pasado, sobre las 12 de la mañana".
Las declaraciones del autor confeso de ese robo son desde entonces confusas, con pretensiones de haber actuado contra la Iglesia por no contratarlo formalmente, o contra determinados individuos.
El pasado viernes, Fernández Castiñeiras había sido citado ante el Juzgado de Santiago de Compostela para responder del robo de la correspondencia de sus vecinos en la contigua localidad de Milladoiro, donde reside. Sin embargo, no se presentó tras ingresar esa mañana en un hospital de la provincia de Pontevedra por un cuadro de estrés, aunque fue dado de alta pasado el mediodía.