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Syriza, de la marginalidad política a la oportunidad del cambio histórico en Grecia

  • Tsipras ha acabado ya con el bipartidismo en comicios municipales y europeos
  • Propone renegociar la deuda para invertir en empleo e investigación
  • Su ambicioso "Plan de Reconstrucción" incluye reformas políticas

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Carteles de Syriza en Atenas
Carteles de Syriza en Atenas

La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) ha recorrido en apenas tres años el camino entre la marginalidad electoral y la posibilidad de gobernar Grecia.

El próximo 25 de enero, la formación que encabeza Alexis Tsipras concurrirá a las elecciones como favorita. Las encuestas le otorgan una ventaja de al menos el 4,5% sobre Nueva democracia (ND), el partido conservador del primer ministro Andonis Samarás. Con el sistema electoral griego, que premia automáticamente con 50 diputados a la fuerza más votada, Syriza podría quedar cerca de la mayoría absoluta, aunque tendría que negociar para formar Gobierno.

Se trata de un hecho histórico que acabaría con el tradicional bipartidismo (ND y PASOK) y tendría repercusiones en la política de la Unión Europea.

Un líder fuerte para una coalición diversa

"Antes de 2010, nadie podía ni siquiera imaginar que un pequeño partido de izquierda radical en Grecia estaría en posición en 2015 de ser, según parece, el próximo en gobernar", ha afirmado a Reuters el portavoz de Syriza, Panos Skourletis.

El camino hasta aquí no ha sido fácil para una formación que, como su nombre indica, nació como coalición y ha tenido que convertirse en partido al uso para presentarse como una opción creíble.

Syriza se constituyó en 2004 como una plataforma de 13 grupos y personalidades de diversa filiación, desde comunistas de distintas corrientes a ecologistas pasando por socialdemócratas, que habían coincidido en campañas concretas. De todos esos grupos, el mayor era Synaspismos, a su vez una coalición de grupúsculos de izquierda.

En su primera concurrencia a unos comicios, ese mismo año, Syriza obtuvo seis diputados (3,26% de los votos) en un Parlamento entonces muy homogéneo, con solo cuatro formaciones: los dos partidos hegemónicos, ND y PASOK, concentraban casi el 86% del voto, mientras el Partido Comunista griego (KKE) quedaba a años luz, con un 5% de los sufragios y el doble de diputados que los recién llegados.

Ocho años después, sin embargo, la crisis financiera y las medidas económicas impopulares hirieron de muerte al bipartidismo griego. El PASOK se hundió (del 43% en 2009 al 12% en 2012) y el Parlamento se fraccionó con la entrada de siete partidos en total, incluyendo a los neonazis de Amanecer Dorado, lo que obligó a una "gran coalición" a la griega encabezada por los conservadores. Syriza, con 52 diputados y un 26% de voto, se convertía en la alternativa.

La victoria en las elecciones europeas de mayo de 2014 fue su confirmación y el penúltimo acto tuvo lugar a finales de diciembre: el fracaso en la elección de un nuevo presidente y el consiguiente adelanto electoral han puesto finalmente a Syriza y a Grecia ante el momento de la verdad.

¿Qué es Syriza y cuál es su programa electoral?

La clave de bóveda de la estrategia organizativa y electoral de Syriza se llama Alexis Tsipras. Este ingeniero de 40 años se ha convertido en la imagen de la formación y en la cara de cambio y de las políticas antiausteridad en Grecia y en Europa: la Izquierda Europea le eligió como candidato para presidir la Comisión y ahora le ha mostrado su apoyo.

En España, Izquierda Unida, Iniciativa per Catalunya y Podemos ven en la posible victoria de Syriza la vía para acabar con las políticas de austeridad.

Renegociar la deuda

No solo la organización y el liderazgo, Syriza también ha adaptado su programa al de una fuerza con posibilidad de tocar poder. Si hasta 2012 la formación no descartaba la salida del euro y preconizaba el impago unilateral de la deuda ilegítima, ahora aboga por la negociación con Bruselas.

La formación de Tsipras quiere anular la mayor parte del valor nominal de la deuda contraída con la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) para hacerla sostenible y renegociar el pago del resto para condicionarlo al crecimiento económico.

La moderación de su discurso, sin embargo, no le ha ahorrado a Syriza presiones y advertencias, veladas o explícitas, de sus acreedores, como el FMI, advertencias que podrían influir negativamente en su electorado potencial. Gobiernos conservadores europeos, desde Alemania a España, han asegurado que el único camino posible es el de los reformas y el pago íntegro de la deuda.

Además de excluir las inversiones públicas de las restricciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la izquierda radical propone un programa de inversiones comunitario (un "New Deal europeo", evocando el conjunto de medidas económicas que permitieron a EE.UU. salir de la crisis de 1929) financiado por el Banco de Inversión, y la compra de bonos soberanos por el Banco Central Europeo.

Según asegura la formación, la puesta en marcha de este plan de reducción y pago condicionado de la deuda permitiría a Grecia "revertir las injusticias causadas por el Memorándum" pactado con la troika con una serie de medidas de urgencia: incrementar el gasto público en al menos 4.000 millones de euros, restaurar el valor de las pensiones y salarios, ayudar a la pequeña y mediana empresa e invertir en investigación y desarrollo.

"Plan de Reconstrucción Nacional"

Pero el objetivo de la formación a largo plazo es poner en marcha un ambicioso "Plan de Reconstrucción Nacional" (también llamado "Programa de Tesalónica") sostenido en cuatro pilares:

  • "Afrontar la crisis humanitaria", con ayudas inmediatas para aliviar la carestía de alimentos, vivienda y energía, y la cobertura médica gratuita para todos los desempleados, entre otras.
  • "Reactivar la economía y promover la justicia en los impuestos": incentivar la demanda mediante la reducción de impuestos y la anulación o moratoria de parte de la deuda privada para las clases medias y bajas; suspender los desahucios de primera vivienda; aumentar la progresividad fiscal y crear una banca pública.
  • "Crear empleo": Creación de 300.000 empleos en dos años y restitución de los derechos de negociación colectiva y de protección contra el despido.
  • "Transformar el sistema político para profundizar la democracia": introducción de medidas de "democracia directa", como iniciativas legislativas populares y peticiones de referendos; restablecer la televisión pública griega (ERT).

El plan, conocido también como "Programa de Tesalónica", costaría más de 11 mil millones de euros, que Syriza espera financiar con el pago de parte de las deudas de los particulares con el Estado y combatiendo la evasión fiscal, entre otras fuentes de ingresos.

Este es, en resumen, la historia y el programa de la formación que podría ganar las próximas elecciones griegas. Una cita que Syriza presenta exclusivamente como un dilema entre ellos y Nueva Democracia, "entre negociación o no negociación [de la deuda], entre crecimiento o austeridad".