Enlaces accesibilidad

Detenidas 29 personas vinculadas a una red que prostituía a menores de entre 14 y 17 años

  • La trama había elaborado un álbum con el que ofrecía a unas 400 mujeres
  • La red, organizada por tres mujeres, ha sido desarticulada en Murcia
  • Captaban a las menores por compañeras de colegio, internet o en discotecas

Por
Detenidas 29 personas en Murcia que captaban menores y las obligaban a prostituirse

Un total de 29 personas han sido detenidas por la Policía Nacional por su relación con una red de prostitución desarticulada en la Región de Murcia, que incluía a menores de 14 a 17 años que eran captadas en colegios, en discotecas o bien a través de anuncios de Internet, para que se prostituyeran en pisos de alterne y a domicilio.

Entre los detenidos están las tres máximas responsables de la organización y demandantes de servicios sexuales. Hasta 400 adolescentes, tanto españolas como extranjeras, eran ofrecidas para prostituirse en un book fotográfico o por internet, según ha detallado la policía.

Además, se han realizado tres registros domiciliarios y dos inspecciones en locales públicos y se han intervenido dos vehículos y numerosa documentación relacionada con los hechos investigados. La trama había confeccionado un álbum fotográfico en el que ofrecían "a la carta" a más de 400 mujeres, incluyendo a menores.

La investigación ha sido desarrollada en una operación conjunta del grupo de menores de la brigada provincial de policía judicial, y de la unidad contra las redes de inmigración y falsedad.

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha informado de la operación en rueda de prensa, junto al delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bascuñana, y responsables policiales del operativo llevado a cabo.

Investigación iniciada a raíz de una desaparición de una menor

A finales de agosto del pasado año la Policía tuvo conocimiento de la desaparición de una menor de 17 años de nacionalidad ecuatoriana. Sus progenitores indicaron que desde hacía tiempo su hija mantenía un alto nivel de vida, pero que sin embargo no le conocían trabajo remunerado alguno.

Tras llevar a cabo numerosas gestiones indagatorias, a mediados de octubre, los agentes localizaron a la menor en un piso de la capital murciana, en el que también residían otras chicas y un matrimonio dueño de la vivienda. También constataron que en dicho domicilio la menor y otras jóvenes, algunas también menores de edad, estaban siendo explotadas sexualmente por los propietarios del inmueble.

A través de los datos aportados por las víctimas y gracias a otras informaciones obtenidas por los investigadores, se comprobó que ese domicilio constituía solo una parte de una red bien estructurada, con capacidad para captar y explotar sexualmente a menores de edad.

Tres mujeres al frente de la organización

Al frente de esta organización estaban tres mujeres (ayudadas por las parejas sentimentales de dos de ellas), responsables de la explotación de las jóvenes y de coordinar las labores de captación. Cada una de ellas gestionaba un piso-prostíbulo, en el que disponían de un álbum fotográfico que mostraba a los clientes, contando con fotos de aproximadamente 400 mujeres, entre las que se encontraban menores de edad, para servicios sexuales bien en el piso de alterne o a domicilio.

En un segundo nivel, se hallaban las encargadas de captar directamente a las jóvenes para ponerlas en contacto con las "jefas". Alguna de las captadoras elaboraba coartadas para las menores que explotaba, presentándose ante los tutores o progenitores de las mismas como una madre necesitada de niñera para el cuidado de sus hijos.

También formaban parte del entramado varios chóferes, que se ocupaban de los desplazamientos de las mujeres. En el último escalón se hallaban los clientes, a los que se ofrecían, o ellos mismos solicitaban, chicas menores de edad para servicios sexuales por una contraprestación económica.

Las menores eran captadas a través de compañeras de colegio, en discotecas o por internet, aprovechándose de los anuncios que ponían las propias chicas buscando trabajo como camareras, para el cuidado de ancianos o niños, o para tareas de limpieza. Los detenidos entraban en contacto con ellas y las convencían para que comenzaran a trabajar de masajistas.