Liberan a la cooperante francesa y el religioso local secuestrados en República Centroafricana
- Los anti-Balaka protestaban por la detención de un líder de la miliciana cristiana
- Era el primer rapto de un francés desde la intervención en la excolonia en 2013
La cooperante francesa secuestrada junto a un religioso local el lunes en la República Centroafricana ha sido liberada, según fuentes diplomáticas en París, reivindicada por las milicias cristianas anti-Balaka.
"Es un inmenso alivio para todos aquellos que lo han hecho todo para este feliz desenlace. Se lo agradezco en concreto al Gobierno centroafricano, a las autoridades religiosas y principalmente al arzobispo de Bangui, que ha contribuido activamente a su liberación", ha declarado en un comunicado el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius.
Claudia Priest estaba en misión con una ONG católica de ayuda sanitaria y trabajaba junto a organizaciones religiosas locales, uno de cuyos miembros también fue secuestrado. Fuentes diplomáticas francesas también han confirmado a France Presse la liberación de este hombre.
La cooperante, de 67 años, era la única rehén francesa en el extranjero tras la liberación en diciembre de un rehén de Al Qaeda en el Magreb Islámico, y la primera persona de esa nacionalidad secuestrada en República Centroafricana desde que cientos de militares franceses se desplegaran en su excolonia a finales de 2013.
Violencia sectaria
Los captores protestaban por la detención unos días antes de uno de los principales líderes Anti-Balaka en Bangui, Rodrigue Ngaibona. Este miliciano, conocido como "general Andjilo", fue detenido por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de la República Centroafricana (Misunca) como sospechoso de numerosas exacciones.
Las milicias anti-Balaka, literalmente "anti-machete", son un grupo extremista animista y cristiano que se formó en el país tras el ascenso al poder en ese año del líder del grupo rival musulman, los Séléka, Michel Djotodia al derrocar al entonces presidente cristiano François Bozizé.
Pese al anuncio de disolución del Séléka en septiembre de 2013, los militantes de ambos bandos continúan enzarzados en un círculo de violencia que no ha hecho más que crecer.
En 2014, Amnistía Internacional ha reportado varias masacres cometidas por los anti-Balaka contra civiles musulmanes, lo que ha forzado a muchos de ellos a abandonar el país.