Syriza logra una victoria histórica contra la austeridad y roza la mayoría absoluta en Grecia
- La formación de Tsipras logra el 36,3% de los votos, con el 100% escrutado
- En segundo lugar, el conservador Nueva Democracía obtiene un 27,8%
- El neonazi Amanecer Dorado está en tercer lugar, por delante de To Potami
- El Pasok se hunde al último puesto, por detrás de comunistas y nacionalistas
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El cambio ha llegado a Grecia. La Coalición de la Izquierda Radical, Syriza, ha ganado las elecciones con un 36,34% de los votos, según el 100% escrutado, un resultado histórico que la deja al borde de la mayoría absoluta, pone fin a 40 años de gobiernos conservadores y socialistas y desafía la política de austeridad de Europa.
El partido de Alexis Tsipras ha obtenido 149 escaños y se queda a dos de la mayoría absoluta por lo que tendrá que pactar con otras formaciones para sacar adelante su programa electoral. Su principal rival, Nueva Democracia, el partido gobernante del primer ministro Andonis Samarás, ha retrocedido hasta el 27,81% de los votos -dos puntos menos que en los anteriores comicios- y 77 escaños.
La tercera plaza ha sido para el partido de extrema derecha neonazi Amanecer Dorado, que ha conseguido el 6,2% y 17 escaños. Por detrás, muy cerca, ha irrumpido el centrista To Potami, con el mismo número de diputados, pero menos votos, el 6,04%.
El quinto lugar es para el Partido Comunista griego, KKE, con el 5,4% y 15 escaños, tres más que en las pasadas elecciones. Los Griegos Independientes, de tendencia derecha nacionalista, se quedan con la sexta plaza al lograr el 4,7% de los votos y 13 diputados, siete menos que en 2012.
La última plaza es para el PASOK, que se ha hundido hasta el 4,68% y 13 escaños. El partido socialista, la formación que más tiempo ha gobernado en Grecia, pasa así de la mayoría absoluta alcanzada en 2009 al peor resultado de su historia, condenado en la práctica a la irrelevancia. Ha perdido nueve puntos y 21 escaños con respecto a 2012. Al final, el Movimiento de Socialistas Democráticos, fundado por el exlíder de Pasok y antiguo primer ministro Yorgos Papandreu, con un 2,46% se ha quedado fuera del Parlamento al no llegar al 3% exigido por la ley electoral.
"La esperanza que llega"
La izquierda ha vuelto a Europa de la mano de Alexis Tsipras, que ha celebrado su victoria como el triunfo de la "dignidad" del pueblo griego tras "cinco años de austeridad y humillación". Un gran cartel en la sede del partido explica por qué ha ganado las elecciones: "La esperanza que llega". La campaña de la ilusión ha vencido a la de la continuidad y el miedo al cambio.
"El veredicto del pueblo griego anula sin discusión todos los programas de austeridad. El veredicto del pueblo griego hace que la troika sea el pasado en nuestro marco europeo común", ha proclamado Tsipras, entre aplausos, en su primer discurso como vencedor de las elecciones.
El carismático líder de Syriza había pedido durante toda la campaña una amplia mayoría para poder negociar con los acreedores internacionales nuevas condiciones en el pago de la deuda. Y los griegos le han concedido la legitimidad para hacerlo, con un rechazo total a seis años de recortes económicos que han condenado a una cuarta parte de la población a la pobreza.
La prima de 50 diputados extra que otorga el sistema electoral no ha sido suficiente para que Tsipras pueda alcanzar la mayoría absoluta por lo que tendrá que negociar posibles alianzas y no hay ningún socio claro.
To Potami y los Griegos Independientes podrían dar apoyos puntuales a un Gobierno en solitario de Syriza, pero los comunistas del KKE han descartado pactar con Tsipras, a quien han tachado de "capitalista". Desconfían, han dicho, de que vaya a acabar con las políticas de los memorandos con la UE.
El fin del bipartidismo
Estos comicios han castigado, precisamente, a quienes han acatado la austeridad recetada por Bruselas. Los griegos han enterrado cuatro décadas de alternancia en el poder entre dos familias y dos partidos políticas: Nueva Democracia y al Pasok, las formaciones más europeístas y defensoras de la ortodoxia presupuestaria.
Andonis Samarás ha reconocido su derrota y ha dicho que tiene la conciencia tranquila. "Hemos evitado lo peor", ha repetido varias veces durante los apenas cinco minutos que ha durado su comparecencia. "El pueblo se pronunció y respetamos su decisión", ha añadido el hasta ahora primer ministro y líder de Nueva Democracia.
El cataclismo ha sido mucho mayor para el Partido Socialista griego. Su jefe y exministro de Economía, Evangelos Venizelos, también ha admitido el mal resultado y, de forma velada, se ha vuelto a ofrecer a formar gobierno con Syriza. "La actual situación griega necesita de mayorías más amplias", ha dicho.
Amanecer Dorado, tercera fuerza política
Además de pasar factura a los dos partidos tradicionales, la crisis ha polarizado a la sociedad griega. Un 6% de los votantes ha vuelto a confiar en una formación de extrema derecha, acusada de ser una organización criminal y que tiene a la mitad de su cúpula dirigente en prisión. Amanecer Dorado, con su programa asistencialista y su discurso antiinmigración, es la tercera fuerza política griega.
Pese al desencanto con la política, la abstención ha sido menor que en los últimos comicios. La participación ha sido del 63,5%, un punto más que en los comicios de 2012, y cuatro por encima de las elecciones europeas del pasado año.