El temporal en España deja dos víctimas mortales y cuantiosos daños
- Un esquiador y un hombre que cruzaba el río Odrón han sido los fallecidos
- El desbordamiento del Ebro ha obligado a cortar carreteras en Navarra
El temporal que azota estos días España ha dejado ya dos víctimas mortales debido a las malas condiciones meteorológicas, una de ellas por la crecida inesperada del río Odrón, y la segunda, un esquiador, a causa de un alud en Candanchú.
En Pamplona, el desbordamiento del río Ebro obligó a cortar hoy la carretera nacional N-113 Pamplona-Madrid, a la altura del municipio navarro de Castejón.
Este corte se suma a otras afecciones que está teniendo el temporal reinante en Navarra y que ayer provocó en Los Arcos el fallecimiento de un hombre de 70 años cuando trataba de cruzar el río Odrón con su furgoneta y fue arrastrado por las aguas.
Las riadas registradas en días anteriores en el norte y zona media de la Comunidad Foral se sucederán hoy en la zona baja del río Ebro, mientras en el resto las lluvias han dejado paso a la nieve, que ha llegado hasta Pamplona, cuajando en sus calles y causando algunas dificultades de circulación, aunque esta mañana el transporte urbano ha comenzado su servicio con normalidad.
Esquiador muerto en Candanchú
En la estación de esquí de Candanchú, del Pirineo oscense, un esquiador de travesía quedó ayer sepultado bajo un alud y fue encontrado hoy sin vida por el grupo de rescate de la Guardia Civil y personal de la estación que han conseguido llegar a la zona con ayuda de máquinas quitanieves.
El fallecido, procedente de Bilbao, quedó sepultado por una avalancha de nieve en la zona de Rinconada en Candanchú, que se encontraba cerrada al público, cuando realizaba esquí de travesía junto a un compañero que también quedó atrapado y pudo ser rescatado.
El teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, Vicente Reig, ha explicado que ninguno de los dos esquiadores llevaba consigo geolocalizadores y que el alud se produjo en una zona "cerrada" de Candanchú, aunque el monte es "público", ha añadido.
Vecinos aislados en Frías
En la localidad burgalesa de Frías, nueve vecinos fueron ayudados la tarde de este sábado por Efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil a salir de sus casas, donde permanecían atrapados por la crecida del río Ebro a su paso por la localidad, según han informado hoy fuentes de la Guardia Civil.
Se trata de seis adultos y tres menores, todos ellos en perfectas condiciones de salud, que se encontraban en dos viviendas: una en la zona del Puente Romano de esta localidad del norte de Burgos y otra situada a un kilómetro.
Ante la imposibilidad de varias patrullas de Seguridad Ciudadana de sacar de las viviendas a las personas que permanecían atrapadas desde primeras horas de la mañana, pidieron apoyo al Grupo de Actividades Subacuáticas de Valladolid, que envió al lugar un equipo de especialistas.
El Ayuntamiento de Burgos ha activado el Plan de Emergencia Municipal por los efectos de la nieve, que cae de forma intermitente desde ayer por la noche, aunque desde el primer momento se activaron los servicios de limpieza y seguridad.
La abundante nieve caída durante toda la noche y primera hora de la mañana dificulta la circulación en la capital burgalesa, pese a que en este momento hay cuarenta máquinas intentando despejar calzadas y aceras, han informado a Efe fuentes de Protección Civil municipal.
Comunicaciones marítimas en Gibraltar
Por otro lado, las comunicaciones marítimas en la línea del Estrecho de Gibraltar entre los puertos de Ceuta y Algeciras (Cádiz) se han podido recuperar esta mañana al amainar el fuerte temporal de poniente que, con vientos que alcanzaron los 80 km/h, ayer obligó a la cancelación de los servicios de barcos rápidos.
Según han informado a Efe fuentes portuarias, los buques de alta velocidad de las compañías navieras Acciona Trasmediterránea, Balearia y FRS están navegando desde primeras horas de la mañana tras la inactividad durante la jornada de ayer.
Esta mañana la fuerza del viento ha descendido hasta rachas de unos 30 kilómetros por hora, lo que ha permitido reanudar la actividad normal de buques de alta velocidad.