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Premios Goya 2015

Dani Rovira: "No quiero ser el responsable del resurgimiento del cine español"

  • El humorista presenta los Goya y está nominado por Ocho apellidos vascos
  • "No queremos que protagonice la fiesta quien no lo merece", dice de la gala
  • Cree que la comedia se considera "un arte menor, pese a ser algo muy serio"
  • "Me encantaría hacer un dramón o de psicópata hijo puta", confiesa

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Dani Rovira, presentador de los Goya: "No quiero la mochila del resurgimiento del cine español"

Lleva unas semanas como loco preparando la gala de los Premios Goya: elaboración del guion, ensayos, entrevistas..., pero el flamante presentador este sábado de la ceremonia de la 29 edición, Dani Rovira (Málaga, 1980), está acostumbrado a vivir en la locura desde hace más de un año, cuando se convirtió en el actor del momento como protagonista de la película española más taquillera de la historia, Ocho apellidos vascos, por la que además está nominado a mejor actor revelación.

"Estoy haciendo un gran esfuerzo por normalizar mi vida, porque quiero que siga igual", confiesa en una entrevista con RTVE.es el humorista, que reconoce que tanto halago le hace parecer "el responsable del resurgimiento del cine español", algo que, "aparte de ser mentira, es una putada que te lo digan". "Yo no quiero esa mochila", afirma.

"La gente me habla de la presión que tengo ahora, pero si la cago, la cago. ¡Qué pasa! ¿Dónde he firmado yo que voy a ser Robert de Niro?", avisa con su habitual desparpajo Rovira, quien lleva casi una década de curro de hormiguita a sus espaldas y se ha recorrido España entera en coche haciendo bolos.

No obstante, admite que "algo de responsabilidad" tendrá en el fenómeno de Ocho apellidos vascos, sobre los tópicos de andaluces y vascos, cuyo secreto cree que es que "ha tocado una tecla" y ha logrado que el público "se identifique con una historia sencilla que habla sobre nosotros". "A veces lo sencillo no es tan fácil de hacer, pero nos hemos sentado en el pajar y nos hemos pinchado con la aguja", dice el actor malagueño, que en abril empieza a rodar la segunda parte de la película con el mismo equipo otra vez dirigido por Emilio Martínez Lázaro.

¿Qué hace un andaluz (Dani Rovira) de pura cepa, de los de fino, gomina y Feria de Abril, haciéndose pasar por 'abertzale' radical en la Euskadi profunda? La respuesta solo puede ser una: perseguir el amor de una vasca (Clara Lago) e intentar pasar el examen de su posible suegro (Karra Elejalde). Humor, irreverencia, tópicos culturales y romanticismo son los ingredientes de esta comedia de Emilio Martínez Lázaro, con guión de Borja Cobeaga, en la que el espectador puede ver situaciones tan improbables como un andaluz cantando a Los del Río a todo pulmón en una manifestación independentista.

Preparado para las "hostias" de los Goya

De momento, el cómico, que da el relevo a Manel Fuentes, está centrado en la preparación de la gala, "una experiencia muy bonita que no te deja un minuto para resollar". En el guion trabaja junto a José Juan Vaquero, Sonia Gómez y el director de la ceremonia, Juan Luis Iborra, y con la intención de que las tres horas que suele durar "se hagan cortas".

Rovira es "muy consciente" de que, lo haga como lo haga, se llevará "un montón de hostias", así que asume que será como "el árbitro de un partido de fútbol", expuesto a silbidos e insultos. "Pero si después de la gala yo he disfrutado y siento que lo he hecho lo mejor que he podido, pues ya está. Realmente quien me da más miedo a nivel de crítica soy yo mismo", afirma.

En cuanto al tono de la gala, su presentador dice que hará "comedia blanca", aunque también habrá "alguna puya" política, aparte de las institucionales del discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho. "Aunque haya sido un año muy bueno, como hacía tiempo que no se recordaba, ha sido uno de los que más dificultades hemos tenido. No nos conformamos y nos seguimos quejando porque hay un porcentaje de IVA que no se puede sostener, por el tema de las subvenciones y la falta de apoyo", se lamenta el actor, que reconoce que otros años que la gala ha tenido un carácter más reivindicativo "tampoco se consiguió nada".

Aunque haya sido un año muy bueno, hemos tenido muchas dificultades

"No queremos que el protagonista de esta fiesta sea alguien que no se lo merece, aunque las puertas estarán abiertas a quien quiera venir. Y si vienen vamos a hacer que se sientan queridos y, como rectificar es de sabios, seguro que el ministro y sus compañeros, que son gente muy sabia y muy lista, tarde o temprano rectificarán", dice el humorista, que bromea con la afirmación que hizo el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, respecto a que iría a la gala si nada se lo impedía: "Yo también haré la gala si nada me lo impide, aunque a mí me lo tiene que impedir un paro cardiaco o que me atropelle un camión en la puerta".

Volviendo a la situación que atraviesa el cine español, Rovira apunta que, aunque haya crisis económica, "no hay crisis de ideas ni de talento ni de esperanza". No obstante, apunta que si nos comparamos con cinematografías europeas como la francesa que ya tienen ganado al espectador nacional, las condiciones para el cine español son "paupérrimas" y lo ejemplifica en "dos cirujanos maravillosos, un francés y un español, el primero con un quirófano que te cagas y el segundo con un cuchillo para untar mantequilla como bisturí".

La comedia, "una cosa muy seria"

En el guion de la gala también están contempladas las dos opciones respecto al presentador nominado: tanto que gane el Goya a actor revelación -le pasó a Rosa María Sardà en 1994 y 2002-, como que no lo gane -caso de Antonia San Juan en 2000 y de la propia Sardà en 1999-, aunque Rovira está "convencido" de que no se lo va a llevar.

Además de en los "méritos" de sus rivales -David Verdaguer, Israel Elejalde y Jesús Castro- y por "autoconvencimiento para afrontar mejor la gala", el joven actor cimenta su vaticinio en que Ocho apellidos vascos ya ha sido "premiada en mil cosas", aunque considera que las cinco nominaciones de la película son pocas y lamenta que para la Academia de Cine "la comedia todavía parezca como un arte menor y una cosa que no es seria, cuando hacer comedia es algo muy serio y complicado".

El Goya no lo pondría al lado de la Termomix, que se mancharía

En el hipotético caso de ganarlo, colocaría el Goya en una vitrina de su salón que contiene las cosas a las que tiene "mucho cariño" -medallas de sus maratones, la claqueta de Ocho apellidos vascos...- porque "al lado de la Termomix se mancharía", aunque dice que lo celebraría muchísimo más si se lo llevara su compañero de reparto Karra Elejalde por el papel de Koldo, "uno de los mejores personajes del cine español que será recordado durante años".

Los Goya - 29 edición

Emulando a Spiderman

Del niño criado en la barriada obrera de La Paz de Málaga cuya habitación estaba empapelada con pósters de Buyo y del universitario que compaginaba sus estudios de Ciencia de la Actividad Física y el Deporte en Granada con sus inicios como monologuista de bar en bar, "queda ese Dani Rovira de los cuentos y que creía en las causas perdidas".

Añora la "escuela de aprendizaje" que le supuso recorrer España de bolo en bolo, pero no la "soledad" que acarreaba ese tipo de vida. "Pero todo lo que me ha pasado, tanto lo bueno como lo malo, que la mayoría ha sido bueno pero muy duro, ha hecho que sea ahora quien soy y esté donde estoy; así que no cambiaría nada", confiesa el humorista, que también echa de menos "el anonimato de subir a un escenario sin que la gente espere nada de ti y sorprender".

Donde más feliz soy es sobre un escenario

No obstante, asegura que puede "vivir bien" bajo esa "presión", a la vez que reconoce que su éxito y el que haya muchas personas que dependan de su trabajo "implica que, como para Spiderman, un gran poder supone un gran responsabilidad".

Mientras el cómico intenta encontrar tiempo para escribir un nuevo monólogo para unas tablas que jamás dejaría -"soy carne de escenario, es donde más feliz soy y donde hago lo que mejor sé hacer"-, para seguir "aprendiendo a hacer cine" e, incluso, alimentar el "gusanillo" de escribir algún guion para una película, sus 'compañeros de piso', sus perros 'Carapapa' y 'Buyo', le ayudan a "mantener los pies en el suelo". "Los adoro y los quiero más que a muchas personas que conozco. Ellos y el deporte me ayudan a tener una vida equilibrada", confiesa con una amplia sonrisa el presentador, cuyo plan del día después este domingo es simplemente quitarse el pijama para bajarlos a pasear.

"Me encantaría hacer un dramón o de psicópata hijo puta"

Tras su personaje de Rafa y el parecido de Álex en Ahora o nunca, la comedia de Maria Ripoll en la que le veremos este año junto a María Valverde, a Rovira le encantaría hacer algo "opuesto a lo que la gente empieza a acostumbrarse". "Yo soy capaz de enfrentarme a un drama, pero ojalá otro sea capaz de apostar por mí en un papel así. Me encantaría un dramón, un thriller o ser un psicópata hijo puta a lo Funny Games", afirma el actor malagueño, que dice que "jugar a ser quien no eres" es "lo bonito" de su profesión.

Como cómico dice no tener referentes y ser "autodidacta" y sus actores más admirados son Robert de Niro y Meryl Streep y, en el caso español, cita muchos nombres y es incapaz de quedarse con uno "porque tenemos actores muy buenos". Puestos a soñar, le encantaría trabajar con Tim Burton porque le encanta "el mundo onírico y de fantasía y la atmósfera que crea en sus películas. "Sería como sentirte realmente parte de un cuento", concluye.