MBFWM, o cuando la pasarela es una pista de baile
- Duyos revive el individualismo de principios de los ochenta
- Roberto Verino, veterano de MBFWM, invita a la mujer a vestir a medida
- Andrés Sardá lanza a la pasarela sus 'armas de mujer'
- Jorge Vázquez, el lujo de la juventud:La vida al bies
Tic-Tac, Tic-Tac, Tic-Tac. Las agujas del reloj no se detienen desde el amanecer hasta que termina el día. Y en ese ritmo frenético se centra la colección de Andrés Sardá que quiere vestir a la mujer las 24 horas del día.
Por eso comienza con prendas para saltar de la cama a la calle a hacer deporte y continúa con ropa para pisar el asfalto o coger el metro, con prendas para ir a trabajar y con diseños seductores para disfrutar en la intimidad.
Vemos piezas íntimas con falsas transparencias, cristales de Swarovski bordados en preciosos conjuntos de tul, plumas sensuales y sugerente chantilly. Son nuevas las prendas en pata de gallo con perlas XXL y las chaquetas con hombreras, todo muy Working Gilr, muy ochentero.
Lo mismo que los diseños en vinilo transparente que han rescatado de su archivo particular, las mismas con las que en aquella época la casa se lanzó a la conquista de Francia, país al que siguen estando muy unidos comercialmente.
Blanco, rojo y negro marcan la pauta. Pero hay más. Destacan las mezclas románticas de encaje y tul estampado con flores o con tartán inglés. También las sombras de cebra mezcladas con toques naranja y los flocados en azul eléctrico sobre negro. Todo para delicadas pieza s lenceras.
La casa, que abre ahora tienda en Barcelona (¡¿No tenía ?!) y otra online, hace un guiño por primera vez a la ropa infantil que levantado los aplausos del público.
La costura de Roberto Verino
Roberto Verino ha apostado por una colección de extremos que se mantiene en perfecto equilibrio por la coherencia de su propuesta. Vemos luchas de brillo de charol y piel mate, de rojo y negro, de vestidos de fiesta y prendas de día, de tejidos lisos y otros de cuadros, estampados salvajes y texturas de metal oxidado.
Su pasarela es ambiciosa, plural, y también quiere vestir a la mujer y al hombre en todos los momentos del día. Los tejidos son un lujo para los sentidos como lo es la mano de obra, artesana, de costura.
Destacan las prendas de lana con cuadros marcados con filas de paillettes, un regalo para la vista o el tacto y un reclamo para esa clienta que quiere comprar prendas únicas, hechas a medida en el taller.
“Mis pendas no son para gastar, es para invertir”, señala. Y por eso apuesta, y mucho, por las pieles de zorro y las de doble cara que son reversibles. Y si el día tiene vocación de fondo de armario, la noche es caprichosa.
Vemos vestidos que parecen estar formados por superposiciones, aunque es un patrón único. Diseños de alfombra roja de una elegancia atemporal y sensualidad brutales. Llevan detalles y códigos masculinos que enfatizan y ensalzan la feminidad de la mujer.
Duyos, el modista dj
Duyos enmarca su colección a finales de los setenta y principios de los ochenta. Una enorme bola de espejos ha acompañado a las modelos sobre la pasarela en la que ha desfilado la top Awa Lo en exclusiva para el modisto.
Todas las maniquíes llevaban distintos maquillajes y peinados para enfatizar la idea de individualismo propia de aquellos años previos a la globalización y al boom del low cost.
“Quiero hablar de esa época en la que las mujeres iban a comprar a boutiques y salían por la noche a quemar las pistas de baile de Madrid, Barcelona o Ibiza”.
Caftanes de bordados maravilosos y texturas metalizadas se apropian de la propuesta, festiva, hedonista y sexi. No faltan las pieles, poderosas, los crepes pesados, el guipur combinado con el punto grueso y las transparencias generosas que contrastan, por su feminidad, con un elegante- y sofisticado- esmoquin de lentejuelas multicolor.
Pero fue Desigual la firma encargada de abrir la 61ª edición de MBFWM, y lo hizo con la modelo Chantelle Winnie como estrella del desfile. Una mujer joven, dinámica y alegre que nos contagió su vitalidad, necesaria para ayudarnos a cumplir con este largo calendario.