Comienza la vista contra el electricista francés que guardó 271 Picassos en su garaje
- El acusado era el "hombre para todo" en la última residencia del artista
- Afirma que las obras, valoradas en 60 millones de euros, son un regalo de Picasso
En el Tribunal de Grasse, en el sureste francés, ha comenzado el juicio contra Pierre Le Guennec, un antiguo electricista de Picasso acusado junto con su esposa de receptación, tras haber intentado obtener el certificado de autenticidad de 271 Picassos que conservaron durante 37 años en el garaje de su casa.
La instrucción del dossier ha durado cuatro años y según dijo a Efe el abogado de la acusación, la Picasso Administration, permitirá demostrar que Pierre y Danielle Le Guennec "mienten" cuando afirman que Picasso y su última compañera, Jacqueline, les hicieron un día ese regalo.
Jean-Jacques Neuer defiende los intereses de los herederos reunidos en el organismo gestor de los derechos de la obra de Picasso, entre los que figura Catherine Hutin-Blay, hija de Jacqueline, y los hijos y nietos fruto de la relación del artista con cuatro de sus grandes amores y musas.
Frente a él, Charles-Etienne Gudin, defensor de la pareja de jubilados que desde 2010 vive en el epicentro de una inesperada pesadilla mediático-jurídica, asegura igualmente que sus clientes son "inocentes, sin la sombra de una duda" y que no se les podrá condenar por receptación. El juicio concluirá el jueves y se celebra en el Tribunal Correccional de Grasse ya que el electricista y hombre para todo de los Picasso trabajaba en la que fue la última residencia del pintor malagueño, Notre-Dame-de-vie, su villa situada en la vecina localidad de Mougins.
Claude Picasso, al frente de la Picasso Administration, se querelló en 2010 tras recibir en su sede parisina la visita de los Le Guennec y descubrir en su posesión 271 obras inéditas, ausentes de todos los inventarios, incluido el primero que se hizo inmediatamente después de la muerte de Picasso (1881-1973).
La hija de Picasso niega que fuera un regalo
En la primavera de 2011, la pareja fue inculpada de receptación, delito que a diferencia del robo no prescribe en Francia. Según la acusación, las obras, creadas todas ellas entre 1900 y 1935, son de gran valor, en particular varios pequeños collages cubistas, valorados en unos 60 millones de euros. Ninguna está firmada, algo que según Claude, su padre sólo hacía cuando iba a regalar o vender una obra.
En declaraciones a la emisora France Info, Maya, hija de Picasso y parte civil en el juicio al igual que Paloma, aseguró que su padre nunca habría regalado un conjunto así a Le Guennec, pues siempre personalizaba absolutamente sus regalos, los elegía con cuidado y los dedicaba y firmaba.
El "pequeño paquete" que el electricista no ha cesado de decir que un día recibió de manos de Jacqueline, con un "toma, es para ti", contiene también litografías, bocetos, dibujos y cuadernos de dibujos, entre ellos varios desnudos de dos de sus compañeras.