Los combates en torno a Debáltsevo bloquean la aplicación del acuerdo de Minsk
- La batalla continúa en un nudo de comunicaciones del este de Ucrania
- Las partes dicen que no se dan las condiciones para retirar armamento
- EE.UU. exhorta a Rusia y a los separatistas a cesar los ataques
Las combates en la zona de Debáltsevo, en el este de Ucrania, no cesan a pesar del alto el fuego entre Kiev y los prorrusos que entró en vigor el domingo y ponen en peligro todo el proceso de paz relanzado la semana pasada en la cumbre de Minsk.
Las dos partes se acusan de violar el alto el fuego en esa zona y el mando militar ucraniano ha admitido cinco bajas en sus filas, informa Efe. Ante tal situación, Estados Unidos ha exhortado directamente a Rusia y a los separatistas que cesen "inmediatamente" los ataques en el este del país.
"Estados Unidos ha expresado su honda inquietud por el deterioro de la situación en Debáltsevo y sus alrededores", ha señalado la portavoz del departamento de Estado, Jennifer Psaki, en un comunicado. EE.UU. también ha dicho que sigue con atención los informes que hablan de una columna rusa con equipamiento militar que se desplaza hacia dicha localización.
Según el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania (CSNDU), los sublevados han atacado en decenas de ocasiones las posiciones gubernamentales en Debáltsevo, estratégica ciudad donde miles de soldados ucranianos se encuentran prácticamente rodeados por los separatistas.
Aunque la intensidad de los enfrentamientos en el frente ha decaído en las últimas 48 horas, Debáltsevo es la excepción que puede echar por tierra los esfuerzos internacionales para poner fin a la guerra en el este de Ucrania.
Cruce de caminos
Kiev ha acusado a los rebeldes de intentar tomar la ciudad "a cualquier precio", mientras que los prorrusos señaon que las tropas gubernamentales no cejan en el empeño de romper el cerco en el que han caído tras la ofensiva lanzada por las milicias a mediados del pasado enero.
Nada más firmarse el pasado 13 de febrero los acuerdos de Minsk, el presidente ruso, Vladímir Putin, ya advirtió que la principal amenaza al alto el fuego era precisamente la situación en Debáltsevo, situada en la región de Donetsk.
Los separatistas, que aseguran tener rodeados en esa zona a unos 8.000 soldados ucranianos, aceptan abrir un corredor humanitario para permitir la salida de sus enemigos pero ponen como condición que depongan las armas, lo que incluye el armamento pesado con el que los ucranianos atacaron las posiciones rebeldes.
Tanto Kiev como los prorrusos quieren que la estratégica ciudad forme parte de su territorio y no parecen dispuestos a ceder.
Aunque muchas minas han sido inutilizadas por los bombardeos, el carbón es el principal activo de la autoproclamada república popular de Donetsk y el centro de comunicaciones de Debáltsevo sería crucial para su transporte.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, considera Debáltsevo una línea roja que no se puede cruzar y ha ordenado a sus generales que en ningún caso cedan las posiciones.
Dificultades para los observadores
En ese contexto, los dos bandos están a punto de incumplir la hoja de ruta establecida en los acuerdos de Minsk el 13 de febrero al negarse a iniciar este lunes la retirada del armamento pesado del frente, cuyo repliegue debía comenzar no más tarde de 48 horas después de la entrada en vigor del alto el fuego.
El armamento pesado "será retirado en caso de cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. Por el momento, no se cumplen tales condiciones", ha dicho Eduard Basurin, subjefe del mando militar de la autoproclamada república separatista de Donetsk.
"La condición para la retirada del armamento pesado de la línea del frente es el cumplimiento del primer punto de los acuerdos de Minsk, el alto el fuego. Y 112 ataques no es un alto el fuego", ha dicho a su vez el portavoz del CSNDU, Andréi Lisenko
Según los acuerdos de Minsk, las piezas de artillería de más de 100 milímetros de calibre deben ser retirados de una zona de 50 kilómetros.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha denunciado que los dos bandos han impedido en las últimas horas a sus observadores moverse libremente por el territorio en conflicto.
Según la ONU, más de 5.000 personas, la mayoría civiles, han muerto desde que estallaron las hostilidades en abril del año pasado, dos meses después del cambio de régimen en Kiev.
Dos viceministros rusos, entre los nuevos sancionados por la UE
Fuera de Donetsk, las sanciones son el otro campo de batalla de esta guerra. Este lunes se han conocido que en la nueva lista de sancionados la Unión Europea ha incluido a dos viceministros de Defensa de Rusia por considerarles responsables del ataque con artillería sobre la ciudad ucraniana de Mariúpol, en el que murieron 30 personas y hubo un centenar de heridos.
Según la UE, Anatoli Antónov, viceministro de Defensa, y Arkadi Bakhin, viceministro primero de Defensa de Rusia, estarían "involucrados en el apoyo al despliegue de tropas rusas en Ucrania", y forman parte de las 19 personas y nueve entidades que han pasado este lunes a engrosar la lista negra de sancionados por su responsabilidad en la desestabilización de Ucrania.
Rusia ha prometido una "reacción adecuada" a las nuevas sanciones. "Constatamos la incoherencia y la falta de lógica de que cada vez que aparece una oportunidad de resolver la crisis ucraniana Bruselas se apresura a imponer nuevas restricciones antirrusas", ha señalado el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. En un comentario publicado en su página web, indica que "sobre todo parecen descabelladas esas decisiones a raíz de los acuerdos en Minsk en cuyo trabajo participaron destacados líderes europeos".