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El Interventor de Israel ve un posible delito de Netanyahu por la gestión de su residencia oficial

  • Los gastos en la casa han crecido mucho desde su llegada al poder
  • Se sospecha por operaciones con sus muebles y con una tasa

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Beit Aghion, residencia oficial del primer ministro israelí en Rehavia, Jerusalén.
Beit Aghion, residencia oficial del primer ministro israelí en Rehavia, Jerusalén.

El interventor del Estado israelí, Yosef Shapira, considera que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, pudo haber incurrido en delito en la administración de su residencia oficial, donde los gastos se han multiplicado desde que asumió el cargo, según un informe hecho público este martes.

De acuerdo con el informe, existe un posible delito de apropiación indebida en dos escándalos recientemente descubiertos, el primero por el intercambio de muebles entre la residencia oficial y la privada de Netanyahu, y el segundo por el reembolso del impuesto de reciclaje por miles de envases.

Esta decisión del órgano fiscalizador del Gobierno israelí llega justo un mes antes de las elecciones legislativas anticipadas.

El informe se publica, además, después de que la mujer del primer ministro, Sara Netanyahu, mostrara en un vídeo detalles de la residencia,  incluidos algunos de sus problemas, en lo que se interpreta como un intento por limpiar su imagen. No obstante, el vídeo ha generado aún más polémica: exoficiales israelíes dicen que ha quedado expuesta la seguridad de la residencia.

Apropiación indebida

Se trata de dos escándalos difundidos por la prensa en el último medio año que el interventor investigaba para saber si el primer ministro había incurrido en algún tipo de delito.

"En el caso de las devoluciones por los envases se informó a la Oficina del Interventor de que la esposa del primer ministro devolvió 4.000 shékels (unos 1.034 dólares o 911 euros)", recoge el informe, donde Shapira resalta que la cantidad apropiada no es relevante porque la ley es aplicable de igual manera para "un céntimo que para cien".

Según el testimonio de un ex mayordomo que ha demandado al matrimonio Netanyahu por despido improcedente, la esposa del primer ministro solía quedarse con el reembolso de los envases -0,30 céntimos de shékels por botella- para su gasto privado. Distintos cálculos del consumo en la residencia oficial elevan a por lo menos 24.000 shékels (6.203 dólares o 5.465 euros) el dinero apropiado, informó el diario Haaretz el mes pasado. Shapira subraya que, dado que las bebidas fueron compradas con dinero público, "el reembolso es igualmente propiedad del contribuyente".

A un mes de las elecciones generales

Sobre el reemplazo de los muebles de la residencia oficial por otros más viejos de su vivienda privada, el interventor cree también que existe presunción de delito y recuerda que el asunto está en manos del asesor legal del Gobierno y jefe del aparato fiscal, Yehuda Wainstein, quien no se decide a abrir una investigación.

"El material que se le entregó (...) el 2 de febrero (...) eleva la posibilidad de que se haya cometido desde un delito a la integridad moral hasta un delito penal", repasa el interventor en su informe, publicado a sólo un mes de las elecciones generales en Israel.

Netanyahu aspira a renovar mandato por tercera vez consecutiva al frente del partido nacionalista Likud y, por ahora, se desconoce el impacto que puede llegar a tener el informe del interventor.

La investigación desvela que el consumo en la residencia oficial y en las dos casas privadas del primer ministro se incrementó considerablemente en los últimos años, de 1.860.000 shékels (480.734 dólares o 423.516 euros) en 2009 a 3.114.000 shékels (804.841 dólares o 709.048 euros) en 2011. En 2012 y 2013, el gasto se rebajó pero siguió siendo mucho más alto que cuando el primer ministro asumió sus funciones.

Los vicios de consumo de la familia Netanyahu

En su análisis, Shapira también advierte de los vicios de consumo de la familia Netanyahu y matiza que hubo "desperdicio de recursos" como pedir constantemente comida de restaurantes cuando había una cocinera de turno en la vivienda.

Igualmente, denuncia fuertes incrementos en los gastos de limpieza, peluquería y cosmética, y la devolución improcedente de una tasa fiscal por el agua extra consumida en la residencia privada de Cesarea (el llamado "impuesto de sequía" que pagan todos los israelíes).