Jaume Plensa: "El arte debe ser tan inútil que no sirva para nada, esta es su gran fuerza"
- Presenta el libro '58', que recorre el trabajo del escultor en la última década
- Su obra más conocida se desarrolla en el ámbito de los espacios públicos
- '58' será una edición limitada de 1.198 ejemplares firmados por el artista
- Plensa: "El arte es introducir belleza en el día a día de mucha gente"
"Creo que una obra de arte debe contener un enigma, algo imposible de resolver. El arte debe ser de una gran inutilidad en la vida material; es cuando más fuerza tiene, más se vuelve un objeto de deseo y más imprescindible es". Así destila el escultor Jaume Plensa (Barcelona, 1955) algo tan intangible pero tan poderoso como la idea del propósito del arte. El artista ha conversado este martes con RTVE.es en la presentación de su libro 58.
El volumen es una edición limitada de 1.198 ejemplares numerados y firmados, disponibles desde este mes de febrero, elaborados por la editorial Artika, especializada en este tipo de tiradas especiales. "El título es 58 porque es la edad que tenía cuando emprezó a gestarse. Me gustó pensar que era un fragmento de mi vida, pero en el fondo siempre había sido 58 años escultor", aclara el autor.
"La escultura es algo místico que está más allá de nosotros. Es como un puente que nos une con cosas que nos sobrepasan. Nos une con el origen de todo", explica Plensa. Contratado por gobiernos e instituciones, su obra ha trascendido continentes y se ha apoderado de los espacios públicos, desde la Fuente Crown en Chicago, a la enorme cabeza femenina que surgiendo del mar ha convertido en escenario escultórico una playa de Río de Janeiro.
Un libro dentro de una escultura
Una cabeza de mujer también es la obra personal que Plensa entrega con 58. A modo de recipiente exquisito, el estuche del libro es en si una escultura firmada por el autor. "Desde hace muchos años hago retratos de niñas entre 8 y 14 años, este momento de en que la belleza está en evolución, en transición. Este es el retrato de una niña y viene a ser un poco como la botella y el mensaje. La cabeza es el lugar más salvaje de nuestro cuerpo, donde las cosas ocurren, y me pareció adecuado envolver este libro con ella, hacer que el libro estuviera dentro de la cabeza".
Una obra de arte para guardar las reflexiones de una década gestando arte. No en vano, el precio, 4000 euros por ejemplar, está a la altura de la excepcionalidad. Reflexiones del propio Plensa y citas de escritores de renombre como Shakespeare, Goethe o Blake, entre otros, fundamentales en el pensamiento del escultor, acompañan a imágenes como las de Las tres gracias I, II y Inicio (2005, CAC Málaga), World voices (2010, Burj Khalifa, Dubai) o The heart of trees (2007, West Bretton, Reino Unido). Una huella global.
"El arte en los espacios públicos, que pertenecen a otros, es de una enorme responsabilidad. Pero creo que cuanto más he sido yo, mejor me ha salido. La gente agradece que seas tú, igual que tú agradeces a tu amigo que sea él. El arte, de alguna forma, es acabar un paisaje que ya está empezado, introducir belleza en el día a día de mucha gente que no te lo ha pedido. Pero la gente tiene una noción de belleza extraordinariamente elevada, aunque no lo sepa, y cuando tiene el arte se da cuenta y lo agradece", argumenta el artista.
Espacio público, el museo es el mundo
La aparición de un artefacto de varios metros de altura sobre las aguas de una playa tropical podría ser tomada como una intromisión inaceptable, pero el escultor añade un pensamiento más de orden práctico y a la vez interrogante: "También ayudas a la gente a descubrir facetas de su lugar gracias a una forma de mirarlo desde tu punto de vista. Esta combinación tal vez es lo que a mi me ha funcionado y siguen pidiéndome piezas y obras en los espacios públicos en el mundo. Supongo que debe ser por esto. Aún me lo estoy preguntando".
El autor confiesa que vuelve sobre sus pasos y comprueba el estado vital de esa relación con las gentes del mundo: "Es muy gratificante, por ejemplo en la Fuente Crown en Chicago, algo que yo no pensaba que pudiera llegar a pasar, que pudiera gustar a los niños; se vuelven locos en mi pieza. O en Liverpool con Dream, en una mina de carbón que desapareció, que pudiera devolver el sentimiento de autoestima a una comunidad que había quedado muy tocada con esa pérdida". Y sonríe al reconocer que tiene "la sensación de que todo ha sido un sueño, un milagro. Son pequeños trocitos de ti que están por ahí dispersos. Yo soy un poco también ellos y los echo mucho de menos”.
"Siempre fui escultor, lo que pasa es que me di cuenta a los 28 años. Muchas veces eres cosas que no sabes y poco a poco te vas dando cuenta", rememora. Para Plensa, "el gran material son las ideas. Cualquier otro material es un vehículo. La botella -el contenedor- ha de ser impecable para que llegue muy lejos, pero el mensaje es fundamental". Y el creador se aplica en su tarea: "Cuando te invitan a un espacio público has de aprender a amarlo porque para ti es un desconocido. Cuando conocemos a una persona nos pasa igual, hasta que de verdad es tu amigo, tu amante o alguien a quien te sientes vinculado, ha de pasar un poco de tiempo".
Recomendaciones para un país "complicado"
Y si identificar el propósito es fundamental, también es comprobar la recompensa: "Me encanta cuando alguien tiene una respuesta inmediata en mi obra y la quiere acariciar y se le van las manos (...) Le doy mucha importancia a la emoción en el arte, algo que nos sobrepasa y nos cuesta explicar, que nos atrae y nos repele a la vez, algo que es muy parecido al amor, algo que podríamos llamar belleza, no sé qué es".
A partir de 1980, fecha de su primera exposición en Barcelona, Jaume Plensa ha vivido y trabajado en Berlín, Bruselas, Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Ha ejercido como profesor en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y colabora asiduamente como profesor invitado en la School of the Art Institute de Chicago. Jaume Plensa ha sido reconocido con el premio Velázquez de las Artes Plásticas 2013, y el premio Nacional de las Artes Plásticas 2012.
"España esta pasando por una gran crisis, no solo económica sino también ética, moral y social. Es muy complicado trabajar aquí. Son momentos de mucha dificultad en la proyección de los artistas pero tambien son interesantes para la creación porque son momentos históricos que exigen respuestas", comenta el autor, quien formula una recomendación para los que empiezan: "Confía en tu criterio, no confíes en nadie más. La creación está llena de espejismos y cantos de sirena. El único en el que has de confiar es en ti y esto es la clave de todo".