AI denuncia la "vergonzosa" respuesta mundial en un año "catastrófico" para los DDHH
- La organización repasa un año "negro" para los DDHH en su informe anual
- Denuncia violaciones a escala masiva de Estados y grupos armados
- La crisis de refugiados más grave desde la IIGM puede empeorar en 2015
- Señala que se menoscaban las libertades para combatir el terrorismo yihadista
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“El año 2014 fue catastrófico para millones de personas atrapadas en la violencia. Y la respuesta de los Estados fue vergonzosa e ineficaz”. Así resume Amnistía Internacional la situación de los derechos humanos en el mundo en su informe anual difundido este miércoles.
La principal novedad con respecto a otros años es que el rostro de los conflictos ha cambiado. El de los verdugos y el de las víctimas.
Las 200 niñas secuestradas en Nigeria por Boko Haram, los miles de ahogados en el Mediterráneo, los millones de refugiados sirios, los yazidíes acosados por el Estado Islámico en Irak, las familias refugiadas en las escuelas de la UNRWA en Gaza, los 43 jóvenes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa, los blogueros detenidos en China y Arabia Saudi, los civiles atrapados en el fuego cruzado en el este de Ucrania…Son las vidas minadas que se esconden tras los datos y las cifras.
En 2014, Amnistía Internacional registró e investigó abusos contra los derechos humanos en 160 países y territorios del mundo. Homicidios, ataques indiscriminados, violencia sexual, limpieza étnica y secuestros cometidos por fuerzas del Estado pero también cada vez con mayor frecuencia por grupos armados. En al menos 18 países se cometieron crímenes de guerra u otras violaciones de las “leyes de la guerra”. Y en uno de cada cinco se constataron abusos por parte de grupos armados. Estas son dos de las tendencias del pasado año, que se perpetuarán en 2015, si no se actúa de forma urgente, señala la organización.
Grupos armados cada vez más poderosos
La extrema violencia y el aumento de poder de estos grupos armados, entre ellos el autodenominado Estado Islámico, son algunos de los grandes retos. No sólo por el riesgo que representan para la población civil víctima de sus abusos, sino por las “medidas desproporcionadas” para combatir a estas organizaciones terroristas que instauran los Estados.
“Es legítimo que los gobiernos persigan a los terroristas pero no pueden utilizarlo como excusa para menoscabar las libertades individuales con técnicas de vigilancia masiva”, apunta a RTVE.es Esteban Beltrán, quien también rechaza medidas como la confiscación de pasaportes a individuos supuestamente radicalizados, que ya ha puesto en práctica Francia. "Se están viendo amenazados el derecho a la libertad de expresión y de manifestación".
“Es un ejercicio que funciona. Una sociedad atemorizada está dispuesta a ceder libertades a cambio de seguridad. Si no reaccionamos frente a este planteamiento contribuiremos a difundir que todo es justificable. La respuesta militarista no es justa ni eficaz. Lo sucedido en Afganistán y en Irak lo ponen de manifiesto”, añade Jesús Núñez, codirector el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria.
La población civil, objetivo explícito de la violencia
El profesor llama además la atención sobre el cambio en los patrones de violencia. “Se ha convertido a la población civil en objetivo explícito de la violencia. Sólo eso explica que habiendo cada vez armas más precisas y más inteligentes el 90% de las víctimas sean civiles”, advierte.
Lo sabe bien Yara Bader, activista y periodista, que actualmente dirige el Centro Sirio para los Medios de Comunicación. “Los defensores de los derechos humanos han sido las primeras víctimas por parte de ambos bandos. Se ha matado a periodistas, a activistas, a abogados”, afirma. Ella fue detenida en 2012 junto a su marido, que aún permanece en prisión.
Ante esta violencia a escala masiva la consecuencia es una crisis humanitaria y de refugiados sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. “Y la respuesta de los gobiernos es cerrar las fronteras, sin importar las circunstancias y si son refugiados. Es una política contradictoria”, censura Beltrán.
Crisis de refugiados sin precedentes
En la actualidad, hay 50 millones de personas que buscan refugio en el mundo, de las cuales cuatro millones proceden de Siria. Europa sólo ha acogido a 150.000. “Es una dejación de responsabilidad y una violación del derecho internacional”, sostiene Jesús Núñez.
“Decir Mediterráneo y decir cementerio es hoy la misma cosa”, añade Núñez. En el último año, al menos 3.400 personas han muerto en estas aguas intentando llegar a Europa. Las últimas víctimas, más de 300, hace apenas diez días frente a las costas de Lampedusa.
La sustitución de la operación Mare Nostrum -financiada por Italia y que rescató a más de 140.000 personas en 2014- por Tritón, un sistema de vigilancia de costas de la Unión Europea, no es la solución, advierten. “Este dispositivo es incapacidad de atender las necesidades de los migrantes y deja desatendida a la población”, señala Núñez.
“Es abominable ver cómo no se dedican esfuerzos a salvar vidas“
“Es abominable ver cómo no se dedican esfuerzos a salvar vidas. La ecuación es sencilla: cada vez hay más violencia, por lo que más personas huyen y si se invierte menos dinero para auxiliarlas, cada vez más gente va a morir”, denuncia Alfonso Sánchez, presidente de Amnistía Internacional España.
España está entre los países señalados por la organización por vulnerar los derechos de las personas migrantes. “Los sucesos del Tarajal y las devoluciones en caliente ponen de manifiesto cómo el gobierno ha puesto en riesgo la vida de personas e intenta hacer pasar como legal lo ilegal”, denuncia Beltrán.
La renuncia al veto en la ONU, ¿entre las soluciones?
Amnistía Internacional pide ahora a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad que renuncien a su derecho a veto en situaciones de genocidio y otras atrocidades masivas.
“Esto marcaría un punto de inflexión y daría a los actores responsables instrumentos para frenar la matanza de civiles mediante, por ejemplo, el envío de observadores al terreno, embargos de armas, sanciones económicas, o juicios ante la Corte Penal Intenacional”, explica Beltrán.
Las otras soluciones que plantea AI son impulsar el Tratado sobre el Comercio de Armas -que entró en vigor el año pasado y que fue el gran logro en materia de derechos humanos- así como aprobar nuevas restricciones para hacer frente al uso de armas explosivas.
Y desde la organización ponen como ejemplo la guerra en Ucrania, donde han documentado ejecuciones sumarias, el desplazamento de un millón de personas, bombardeos indiscriminados en zonas densamente pobladas, así como la participación directa del Ejército ruso en el conflicto.
"2014 puede pasar a la historia como el año más negro para los derechos humanos. Se trata de que no se vuelva a repetir y de asegurarnos de que nadie pueda decir que no lo sabía", concluye el informe.