Obama veta el proyecto del oleoducto Keystone aprobado por la mayoría republicana del Congreso
- Es la tercera ocasión que el presidente utiliza su poder de veto
- Antes de aprobar el proyecto, Obama quiere considerar el impacto ambiental
- El estudio que analiza este impacto todavía no ha concluido
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha vetado este miércoles el proyecto de ley aprobado en el Congreso, impulsado por la mayoría republicana, para autorizar la construcción inmediata del oleoducto Keystone, que transportaría crudo entre Canadá y el sureste de Estados Unidos.
La Casa Blanca ya había anunciado la intención de Obama de rechazar el proyecto con su poder de veto, el tercero que emite desde que llegó a la Presidencia estadounidense, en 2009, y el primero sobre una cuestión sustancial.
"A través de este proyecto, el Congreso de EE.UU. intenta esquivar procesos antiguos y probados para determinar si la construcción y operación de un oleoducto transfronterizo sirve al interés nacional", ha asegurado Obama en la carta enviada al Senado para justificar su veto.
Asimismo, el presidente ha criticado que "este proyecto entra en conflicto con los procedimientos establecidos del brazo ejecutivo" y "ataja la consideración sobre temas que pueden tener impacto en nuestro interés nacional, como la seguridad y el medio ambiente".
No se ha concluido el estudio de impacto medioambiental
Mientras los conservadores insisten en que el oleoducto crearía miles de empleos, Obama sostiene que los puestos creados no serían tantos y se resiste a aprobar el proyecto porque no se ha concluido el estudio de impacto medioambiental que lleva a cabo el Departamento de Estado. El presidente ya vetó la construcción del oleducto Keystone en 2012 por estos polémicos costes.
Las organizaciones de defensa del medio ambiente han acogido con satisfacción la decisión de vetar la iniciativa. "Obama dijo que vetaría este ataque contra su autoridad ejecutiva y ha cumplido su palabra. Esto es lo que dijo que haría desde el principio, pero el Congreso republicano ha insistido en malgastar el tiempo (...) tan sólo para justificar los deseos de sus aliados petroleros", dijo la organización ecologista Sierra Club.
Nuevo conflicto entre el Congreso y la presidencia demócrata
Desde que los republicanos recuperaron el control de las dos cámaras del Congreso, tras su victoria en las elecciones legislativas del pasado noviembre, han dedicado gran parte de sus esfuerzos a que se aprobara la construcción del oleoducto, que también cuenta con cierto apoyo del grupo demócrata. De este modo, se abre una nueva etapa de conflicto entre el Congreso republicano y la presidencia demócrata.
El oleoducto transportaría unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares de Estados Unidos, incluidas algunas refinerías en el golfo de México.
Sus detractores insisten en que aumentará la polución y podría contaminar los acuíferos que alimentan a las zonas agrícolas de los Grandes Lagos. Recuerdan, además, que las arenas bituminosas son productos extremadamente tóxicos y que los tramos ya construidos han sufrido varias decenas de roturas.