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'Ex Machina', inteligencia artificial que seduce a ambos lados de la pantalla

  • Alex Garland, guionista de 28 días después y Sunshine, debuta como director
  • La película es una estimulante reflexión sobre qué nos hace humanos
  • RTVE.es adelanta en exclusiva un 'making of' de la cinta de ciencia ficción
  • Se estrena en España el viernes 27 de febrero

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RTVE.es adelanta en exclusiva un 'making of' de 'Ex Machina'

FICHA TÉCNICA

Título original: 'Ex Machina'

Año: 2015

Duración: 108 min.

País: Reino Unido

Director: Alex Garland

Guion: Alex Garland

Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury

Reparto: Alicia Vikander, Oscar Isaac, Domhnall Gleeson

Crear la primera inteligencia artificial completa, indistinguible de la humana. Ese es el hito que cree haber alcanzado Nathan, un multimillonario responsable del mayor motor de búsquedas del mundo. Para probar el éxito de su androide Ava usará como conejillo de indias a Caleb, un programador que ha ganado un concurso para pasar una semana en la impresionante casa del solitario genio en el bosque.

Ese es el punto de partida del inteligente debut como director del guionista y novelista Alex Garland, habitual del cine de Danny Boyle en su primera época (28 días después, Sunshine, La playa). Garland nos propone un thriller psicológico con solo tres personajes (Nathan, Caleb y la robot Ava) que oscila entre el juego de engaños de La huella de Mankiewicz y las reflexiones sobre la tecnología de obras maestras como A.I. Inteligencia Artificial y Blade Runner. Su Ex Machina es una cinta a veces demasiado cerebral y esquemática pero en la que no se pierde en ningún momento el interés por ese triángulo con un lado cibernético.

Un trío de actores en racha

Una película como esta no se mantendría en pie sin unas interpretaciones convincentes. La sueca Alicia Vikander, que ya destacó en la estimable Un asunto real, resuelve con brillantez el reto de dar vida a la creación del gurú informático. Transmite ternura, miedo y capacidad de seducción solo mostrando su rostro y sus manos (el resto del cuerpo no disimula su origen sintético).

El irlandés Domhnall Gleeson (Una cuestión de tiempo, Frank) convence como Caleb, el tipo normal intimidado por la arrolladora personalidad de su jefe y atrapado en una tecnificada mansión donde las normas las pone otro. Su labor es fundamental en la trama: debe decidir si Ava ha aprobado el test de Turing. Es decir, si ha conseguido que una persona no pueda distinguir si está interactuando con una máquina o con otro humano.

Oscar Isaac demuestra por qué es uno de los actores del momento con su Nathan. El que fuera Llewyn Davis en el título de los hermanos Coen se transforma en un visionario dispuesto a cambiar el mundo pero también en una persona insegura con tendencias autodestructivas. El director y guionista reconoce que se ha inspirado en el coronel Kurtz de Apocalypse Now para el personaje: “Lleva demasiado tiempo en el río y está un poco loco. Cuando lo conocemos empieza a perder los estribos”.

El futuro para los intérpretes de Ex Machina no puede ser más prometedor. Gleeson estará en The revenant, lo próximo de Iñárritu. Isaac tiene pendiente de estreno en España El año más violento de J. C. Chandor y será el villano de X-Men: Apocalipsis. Además, ambos coincidirán en la esperadísima nueva entrega de Star Wars. A Alicia Vikander la veremos en Operación U.N.C.L.E. , la adaptación de Guy Ritchie de la serie El agente de CIPOL.

La sensualidad, el arma cibernética definitiva

La película propone algunas cuestiones muy interesantes sobre la atracción como la forma más evidente de humanidad. Si una máquina se enamorara de una persona, sería la prueba concluyente de que ha superado la prueba de Turing. La relación entre Ava y Caleb, desarrollada a través de siete sesiones, es algo así como el reverso de la que mantenían Joaquin Phoenix y el sistema operativo 'Samantha' en Her.

Aquí es la máquina la que parece sentirse cada vez más enganchada a su interlocutor de carne y hueso. Pero, ¿es un sentimiento real o ha consiguido fingirlo en su propio interés?

Ex Machina, rodada en escenarios naturales de Noruega y en los estudios londinenses de Pinewood, cuenta con un brillante diseño de producción que remarca la soledad de los personajes y encaja perfectamente con la historia. Una historia que va creciendo en tensión en el último tercio, deja huella en el desenlace y una descorazonadora moraleja: una inteligencia artificial perfecta sería, en el mejor de los casos, tan egoísta como nosotros.