Una noche de rodaje en Nueva York con Jaume Collet-Serra y Liam Neeson S.A.
- RTVE.es visita el rodaje de Una noche para sobrevivir en Nueva York
- Es la tercera película del director catalán Jaume Collet-Serra con Liam Neeson
- Estrenamos el tráiler en español de la película, que se estrena en abril
Un bloque de viviendas de Brooklyn arde en plena noche, pero ningún vecino corre peligro. Primero, porque es el rodaje de una película. Y, segundo, porque no estamos en Brooklyn sino cuatro kilómetros más al norte, en Long Island City, puerta de entrada a Queens. Tampoco es de noche aunque hay poca luz. Es el interior de un estudio en el que se recrean algunos pisos y fachadas de Una noche para sobrevivir, el thriller que el cineasta español Jaume Collet-Serra (Sant Iscle de Vallalta, 1974) ha filmado con Liam Neeson y Ed Harris como protagonistas.
La película, que se estrena el 17 de abril, se rodó en otoño de 2013. Neeson y Collet-Serra son ya una pareja cinematográfica de hecho. Una noche para sobrevivir es su tercera colaboración (en apenas 4 años) tras Sin identidad y Non-stop. Todas thrillers frenéticos.
En Una noche para sobrevivir, Nesson es Jimmy Conlon, apodado ‘El enterrador’, un veterano asesino a sueldo venido a menos, distanciado de su hijo, y alcoholizado. El jefe de la mafia de Brooklyn, Shawn Maguire (Ed Harris), todavía es uno de sus mejores amigos. Pero un día se ve obligado a disparar al hijo de Maguire porque iba a matar a su propio hijo (Joel Kinnaman). Comienza una noche de frenesí por Nueva York escapando de los tentáculos de su viejo amigo.
El equipo de la película lleva casi 40 noches rodando en exteriores y el frío de los días previos a la festividad del Día de Acción de Gracias ha hecho mella. Estamos al otro lado del Puente de Queensboro que, para los turistas y según el sentido al atravesarlo, marca el saludo o la despedida de Manhattan. Apenas a dos kilómetros de las lujosas manzanas del Upper East Side, el aspecto es el un polígono industrial.
Rodando la energía de NY
Desde hace unos años, Collet-Serra vive en Nueva York. “Es la segunda película que ruedo en Nueva York. Amo esta ciudad y quiero hacer más películas aquí. Es mejor que hacerlas en Los Ángeles”.
Al contrario que otros compañeros de generación, como Amenábar o Bayona, no ha llegado al mercado estadounidense a través de sus películas españolas. Con 18 años se fue a estudiar cine a Los Ángeles. En los 90, mientras los estudiantes de cine se obsesionaban con los cortometrajes, Collet-Serra eligió el más pragmático (y lucrativo) mundo del videoclip y de la publicidad. Película a película ha ido encontrando su hueco entre los encargos del comienzo (La casa de cera, ¡Goool 2! Viviendo el sueño) y su pasión por el thriller, en el que ya está instalado. Su formación se rastrea al primer visionado: sus películas tienen un montaje rapidísimo, casi más de televisión que de sala de cine.
“Empecé haciendo películas de terror como un medio para llegar a los thrillers. Non-stop era un thriller de acción, y esta es más un thriller-drama. Me gustaría seguir haciendo thrillers, es mi espacio. Aunque también me gustaría probar todo. Quizá algún día haga musicales, no lo sé. Mucha gente morirá en ese musical”, bromea.
De Non-Stop, que se desarrollaba enteramente en un avión, Collet-Serra se ha expandido a la Gran Manzana, el mayor plató urbano de la historia del cine. “Es una ciudad muy intensa, tiene mucha energía y hemos tratado de usarla. Hemos tenido suerte de rodar en sitios como el Madison Square Garden, la Séptima Avenida o Brooklyn”, detalla. “Usamos Nueva York como un personaje”.
Considera que la película es un salto dramático en su carrera. “Esencialmente es una relación entre un hijo y un padre. Es una historia muy emotiva y me sentí muy conectado a ella a ese nivel. Creo que las películas de acción a veces no tienen una historia detrás fuerte y esta la tenía. Y Liam es perfecto para ella”, explica. A Collet-Serra le tentaban las escenas de Harris y Neeson sentados en una mesa cara a cara. “Ed Harris tiene ese algo que parece simpático y al mismo tiempo es muy intenso. Un cosa que me interesaba, que me parece inusual, es que los dos personajes empiezan como mejores amigos y cinco minutos después quieren matarse”.
Neeson, familia, venganza. ¿Suena todo muy Taken? Los productores no lo disimulan. “Es del mismo tipo de Taken y Taken 2.”, afirma Roy Lee, productor también de una de la películas que citan como referente en mostrar un Nueva York sucio: Infiltrados, de Martin Scorsese. “Tenemos un presupuesto medio, no estamos por encima de los 100 millones de dólares (87 millones de euros)”.
Collet-Serra, menudo, tranquilo y seguro de sí mismo, se prepara para rodar una secuencia que complementa lo rodado una semana antes en la localización real de los apartamentos de Brooklyn. Un rodaje nocturno que fue un reto por el frío, lluvia y viento. Y por la peligrosidad del propio vecindario, como confirma el productor Brooklyn Weaver: “Rodamos en escenarios duros, en uno hubo un tiroteo real esa noche. Teníamos mucha policía con nosotros, incluso helicópteros. Creo que todos los barrios peligrosos de NY se hicieron más seguros gracias al rodaje”, bromea. “Muchas películas muestran Nueva York, pero esta muestra un lado áspero, con calles que no se han visto antes”.
Brad Ingelsby escribió el guion de Una noche para sobrevivir por su cuenta, con la esperanza de vendérselo a los estudios. Es un signo de los tiempos para los guionistas de cine: los estudios cada vez hacen memos películas. “Si quieren trabajar, no tienen más remedio que escribir”, explica el poductor Roy Lee.
Además de Leeson y Harris, en la película participan Génesis Rodríguez, Vincent D’Onofrio y el rapero Common. Para el capital papel del hijo, Collet-Serra escogió a Joel Kinnaman (The Killing, Robocop) al que conocía desde hace años. El actor sueco cumplía el requisito para ser 'hijo de Neeson' con verosimilitud: medir más de 1,90. “Y juntos funcionan, tienen mucha complicidad y realmente se sienten como padre e hijo”, dice Lee.
Liam Neeson, un género en sí mismo
En una entrevista en Variety hace un año, Neeson confesó que hacer películas sin descanso ha sido para él una huida hacia delante para olvidar la trágica muerte de su mujer, Natasha Richardson, en 2009. En los dos últimos años ha estrenado seis películas. Además de Una noche para sobrevivir, tiene en la bandeja de salida Ted 2 y, aún cociéndose, Silence, de Martin Scorsese y Un monstruo viene a verme, a las órdenes de Juan Antonio Bayona.
El actor irlandés parece congelado en el tiempo. Con 62 años, sigue repitiendo una y otra vez su papel de tipo duro o íntegro. O el del rostro de una dignidad atormentada. Está copando la cuota de héroe de acción hasta arrinconar al resto a parodias como Los mercenarios. Hace poco Steven Segal se quejaba de que Neeson puede ser un actor dramático pero no un héroe de acción, probablemente sin darse cuenta de que echaba piedras contra su propio tejado. Al fin y al cabo, ¿qué es más importante?
Neeson tiene fama de reducir al mínimo el papel de los dobles. Algo que confirma Doug Coleman, jefe de la segunda unidad y coordinador de los especialistas, que sostiene que los actores realizan “un 70% de las escenas”, por encima de la media habitual. “Trato de incorporarles en todo lo que puedo, pero hay un límite”. El porcentaje de riesgo de su profesión no le importa: “Llevamos un mes ensayando la escena. No estoy nervioso, es divertido”.
Con chulería de cowboy, Coleman sostiene que jamás ha leído algo en un guion que fuera imposible de conseguir. “No he pensado eso en toda mi carrera”. Con casi 200 películas de experiencia (Independence Day, Spider-Man 2 o Piratas del Caribe entre ellas), el cuerpo le pide adrenalina. “Más bien lo que hago es repasar el guion y proponer cambios para hacer cosas que nunca se han hecho. Eso es lo divertido”.
Como ejemplo, la escena que ruedan. “El edificio se está incendiando. Normalmente la pelea sería fuera o en el balcón, pero sugerimos que tuviera lugar ‘en’ el edificio, dentro de las habitaciones que están en llamas”, detalla. “Es algo que no he hecho antes: una pelea dentro de una habitación llena de humo en la que atraviesan un muro y van del cielo al infierno en una sola caída”.
Otro reto a la hora de rodar persecuciones de coches en Nueva York: crear sensación de velocidad. Tras varios accidentes en algunos rodajes, el exalcalde Michael Bloomberg impuso el límite de velocidad también a los rodajes. “No podemos perseguir más rápido de 56 km/hora, es muy difícil. Puede pasar un niño en bicicleta que va más rápido que los coches”, dice mientras ríe. Los tiempos de French connection quedan lejos.
Pese a la gran cantidad de plomo en sus últimas películas (hasta existe un ‘kill map’ con las víctimas de su carrera), Neeson vive su pasión por el género de acción como una fantasía. Tras el atentado en la redacción de Charlie Hebdo, se quejó de que “hay demasiadas armas ahí fuera”, lo cual es una “desgracia”. En respuesta, la compañía que provee de pistolas a los rodajes de la saga Taken ha pedido un boicot para las películas del actor.
Common, entre el hip-hop y el cine
Common interpreta al letal mercenario con la misión de perseguir a “El enterrador”. El rapero vive un momento dulce en su relación con el cine. En Selma, nominada al Oscar a mejor película, interpreta a James Bevel, uno es uno de los más estrechos colaboradores de Martin Luther King. Y, además, “Glory” la canción de Selma que interpreta junto a John Legend, obtuvo el Oscar a mejor canción original.
“No interpreto al típico asesino que hace mucho ruido mientras va matando gente. Lo hago con precisión e inteligencia”, dice presentando a su personaje. Es él quien persigue a Liam Neeson en la escena que se rueda. Neeson santa del balcón y Common comienza a dispararle. “La primera aparición de mi personaje es un un bondage club. Es atípico”. Common no sabía ni de la existencia de esos locales. “Rodar en Nueva York, en un bondage club real, ayuda a que todo sea auténtico. Fue divertido, no sabía lo que me iba a encontrar”.
Common se confiesa amante del cine de acción. “Jaume tiene una visión única, quiere que las escenas sean reales y frescas”. El único precio a pagar por actuar fue sacrificar su eterna barba. “Cuando Jaume me pidió que me la afeitara, supe que estaba en el lugar correcto”.
Afirma que escribir canciones es un apoyo para desarrollar los personajes. “Inventé un pasado para mi papel, hablé con gente que ha sido militar... Creo que los músculos creativos me ayudan. Estoy acostumbrado a actuar frente a gente, esto es diferente y pongo más nervioso de lo habitual, pero ayuda de algún modo”. Y vuelve al balcón para perseguir a Neeson, como un niño que se lanza una y otra vez por un tobogán.
El productor Brooklyn Weaver observa en la distancia la complicidad entre Collet-Serra y Neeson. “Tienen esa psique comunicativa entre director y estrella. Hablan el mismo idiona, es alucinante verlo, hay mucha confianza”.
Non-Stop lideró la taquilla la semana de su estreno. Si Una noche para sobrevivir funciona otra vez, ¿mantendrán la sociedad? Collet-Serra no duda: “Supongo que a Liam y a mí nos gusta el mismo tipo de película. Si hago otra, me gustaría que formara parte”.