Reconstruyen en Banyoles cómo eran los océanos del pasado
- Los microorganismos actuales dan pistas de los del pasado
- Banyoles es rico en hierro, como los océanos de millones de años
- Han analizado el metabolismo de los microorganismos de estos lagos
Las condiciones de dos lagos de Banyoles, en Girona, son muy parecidas a las que tenían los océanos en el pasado cuando aparecieron las primeras formas de vida: falta de oxígeno y altos niveles de hierro y gases de azufre.
Así lo ha demostrado un trabajo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha estudiado los lagos de Banyoles y Cisó y se ha publicado en la revista The ISME Journal, según informa el CSIC.
El trabajo, que se basa en el análisis del metabolismo de los microorganismos de estos lagos, cuenta con la participación del J. Craig Venter Institute, el Instituto Catalán de Investigación del Agua y la Universitat de Girona.
Ambientes actuales para conocer el pasado
Como explica Emilio O. Casamayor, investigador del CSIC que lidera el estudio desde el Centro de Estudios Avanzados de Blanes, en el mundo microbiano no disponen de fósiles para estudiar cómo eran las formas de vida en el pasado geológico.
"Es necesario explorar ambientes actuales que mimeticen las condiciones químicas que prevalecían en aquellas épocas", ha explicado Casamayor.
"Los microorganismos actuales se comportan tal como funcionaban los microorganismos en el pasado y pueden dar pistas de cómo se establecieron las primeras relaciones ecológicas y las estrategias pioneras para obtener energía y alimento”.
Condiciones similares al inicio de la vida
El planeta, explican los científicos, casi no tenía oxígeno hasta hace aproximadamente 2.500 millones de años y el océano de entonces era muy rico en hierro.
Actualmente, el océano se ha empobrecido en hierro y solo en las zonas profundas de algunos lagos, como los de Banyoles, se mantienen esas condiciones similares a las del inicio de la vida en la Tierra.
Tras secuenciar masivamente el ADN total (metagenoma) de las zonas profundas del lago de Banyoles ricas en compuestos tóxicos de azufre, metano, anhídrido carbónico, amoniaco e hidrógeno, los investigadores han confirmado que es un ambiente dominado por bacterias y con escasez de arqueas y protistas.
“La metagenómica nos permite, por primera vez, reconstruir el complejo entramado de conexiones existentes entre la geología, la química y la biología que se han ido tejiendo a lo largo de millones de años”, comenta Casamayor.
Reconstrucción del pasado con especies clave
El trabajo ha posibilitado determinar además las especies clave que engranan e interconectan diferentes ciclos biogeoquímicos, y aquellas que son responsables potenciales de procesar y transformar las diferentes moléculas.
Encontrar huellas de estas especies en sedimentos antiguos ayudará a reconstruir el pasado, afirman los investigadores. Asimismo, señalan, las muestras analizadas ayudarán a predecir el comportamiento de los océanos en zonas costeras ante los futuros escenarios de cambio climático y proliferación de “zonas muertas” carentes de oxígeno.
Este trabajo se enmarca en la campaña Sorcerer, iniciada en 2003 por el científico Craig Venter con el objetivo de descubrir los secretos de los océanos a través del muestreo, la secuenciación y el análisis del ADN de los microorganismos que viven en los ecosistemas acuáticos.