El Gobierno de Mali y los grupos rebeldes firman un acuerdo preliminar de paz
- Combina mayor autonomía para el norte y garantías de integridad territorial
- La situación política es inestable tras el golpe de Estado en 2012
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El Gobierno de Mali y representantes de varias milicias sublevadas que controlan la zona septentrional de este país africano han firmado este domingo en Argel un acuerdo preliminar de paz, que combina mayor autonomía para el norte y garantías de integridad territorial.
Según el portavoz de la plataforma mediadora, Nuredin Layadi, el documento se cimenta en la Declaración de Argel de junio de 2014 y es una suerte de compromiso en el que las dos partes en conflicto han suavizado sus posiciones iniciales.
El pacto no ha sido rubricado, sin embargo, por la Coordinara de Movimientos del Azawad (MLA), que reúne a los principales grupos de oposición del norte, y que ha pedido más tiempo para consensuarlo con la población.
Una paz "duradera"
"Nosotros no hemos firmado ese documento porque tenemos nuestras reservas y queremos algunas enmiendas. Son puntos que creemos fundamentales para que la paz sea duradera", ha explicado a Efe su portavoz, Si Mohamed al Mulud Ramdan.
"Buscamos la paz, tenemos buena voluntad como demuestra que hemos venido cinco veces a Argel a buscarla, pero queremos que se construya sobre bases sólidas", ha agregado.
Más optimista se mostraba el enviado especial de la ONU para el conflicto en Mali, Hamdi Mongi, que lo ha calificado de "buen acuerdo, inclusivo y equilibrado, aunque no responda a todas las expectativas y deseos de las partes".
"Pero puede servir para partir hacia la paz y la seguridad en Malí. Espero que sirva para que las partes dejen de cruzar fuego para siempre", ha declarado a Efe.
Según los detalles que se han hecho públicos, el pacto permitirá crear asambleas regionales cuyos presidentes serán directamente elegidos, mientras que las poblaciones del norte recibirán una "mayor representación en las instituciones nacionales".
Incluye cláusulas destinadas a la promoción de la paz y la estabilidad en Mali, la aplicación de nuevas normas de buena gestión pública, la transparencia, la promoción del respeto de los derechos humanos, la justicia y lucha contra la impunidad, al tiempo que reconoce el imperativo de la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada transnacional.
"Un día histórico"
La firma fue celebrada por el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtan Lamamra, quien ha calificado esta jornada como "un día histórico que abre perspectivas prometedoras de un futuro mejor para todos los malienses".
El Gobierno de Bamako y los rebeldes del norte ya firmaron un primer acuerdo de alto el fuego el pasado 19 de febrero -dos días después del inicio de la quinta ronda de negociaciones-, destinado a poner fin a la violencia que reina en el país desde el complejo golpe de Estado de 2012.
La tregua, aplicada en colaboración con la misión de la ONU para Mali (MINUSMA), incluía la liberación de los detenidos en la región septentrional, controlada por rebeldes tuareg.
Desde la asonada, las provincias del norte del país son escenario de combates entre rebeldes tuareg asociados al separatista MNLA y grupos armados tuareg leales al Gobierno en Bamako, conocidos bajo el nombre de Gatia.
Ambos movimientos paramilitares luchan por el control de esta región del noreste de Mali, sin que el Ejército nacional ni la fuerza de estabilización de la ONU hayan logrado impedirlo.
En esta quinta ronda de negociaciones, que ha culminado con el acuerdo de paz preliminar, se han sentado el Gobierno en Bamako y enviados de los diferentes grupos políticos y de las milicias sublevadas, además de representantes del resto de naciones mediadoras como Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad.
También participaron responsables de organizaciones internacionales que intentan hacer avanzar el diálogo, como la Unión Africana, la ONU, la Unión Europea, la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
La situación es inestable tras el golpe de Estado
La situación política en Mali es de inestabilidad desde que en 2012 el país fuera escenario de un golpe de Estado.
El alzamiento permitió que el MNLA, además de bandas yihadistas afines ideológicamente a los radicales de Ansar al Din, a Mujao y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), se hicieran con el control de las regiones del norte, un vasto territorio, en gran parte desértico, que separa el norte de África de la llamada zona subsahariana.
Los tres grupos armados controlaron durante cerca de diez meses el norte de Mali, de donde en gran parte fueron expulsados gracias a una intervención internacional encabezada por Francia en enero de 2013.