La acompañante del opositor ruso Boris Nemtsov asegura que no vio a sus asesinos
- La búsqueda de los asesinos se topa con falta de pistas y el recelo opositor
- La modelo Anna Durítskaya le acompañaba en el momento en que fue asesinado
- El Kremlin rechaza las interpretaciones políticas del crimen
La búsqueda de los asesinos del líder opositor ruso Boris Nemtsov, muerto a tiros el pasado viernes en el centro de Moscú, se ha topado con la falta de pistas y la desconfianza de la oposición sobre si son auténticos los deseos del Kremlin de encontrar a los autores del sonado crimen.
Tres días después del asesinato del político de mayor rango desde la caída de la Unión Soviética -Nemtsov era dirigente opositor y fue viceprimer ministro con Boris Yeltsin-, la indignación sigue a flor de piel, pero las pesquisas no han avanzado. La Policía rusa, que continúa investigando el asesinato, tiene muy pocas pistas.
La joven ucraniana que acompañaba al político cuando lo mataron de varios disparos por la espalda al filo de la medianoche ha asegurado que no vio a los asesinos."No sé de dónde vino el asesino. No lo vi, ya que todo ocurrió a mi espalda", ha declarado la modelo Anna Durítskaya, de 23 años, al canal de televisión Dozhd, según recoge Efe.
La joven, quien paseaba con el opositor en un puente situado frente a la mismísima Catedral de San Basilio (plaza Roja), únicamente acertó a ver "un coche de color claro". "No vi ni la marca, ni la matrícula del automóvil que se dio a la fuga. Tampoco vi cómo el asesino se subía al coche", ha explicado la modelo, a la que las fuerzas de seguridad rusas han impedido abandonar el país.
El Comité de Instrucción de Rusia ha ofrecido una recompensa de tres millones de rublos, cerca de 50.000 dólares, por "información valiosa".
Los investigadores no descartan que el asesinato del líder opositor sea un intento de desestabilizar la situación en Rusia ni que fuera un caso de venganza personal. En cambio, los opositores no dudan en tachar el caso de "asesinato político" enmarcado en la campaña lanzada por las autoridades contra los nuevos enemigos del pueblo ruso: aquellos que se oponen a la injerencia del Kremlin en el conflicto ucraniano.
Entrevista en la radio poco antes de morir
En los últimos tiempos, Nemtsov, de 55 años, era un acérrimo crítico del Kremlin y de sus intervenciones militares en el exterior. Recientemente había criticado la injerencia en Ucrania y había denunciado que miles de soldados rusos combatían junto a los separatistas prorrusos.
Horas antes de morir, Nemtsov había ofrecido una entrevista a la emisora Ekho Moskvy de Moscú para promover una manifestación opositora el día 1, que finalmente se convirtió en una marcha de repulsa por su asesinato.
"Por supuesto, necesitamos una reforma política en el país - declaró Nemtsov - Cuando el poder se concentra en las manos de una sola persona, y ésta siempre gobierna, todo termina en una absoluta catástrofe". El opositor proponía una reforma política y la celebración de elecciones "honestas" y sin censura.
Serguéi Mitrojin, líder del partido liberal Yábloko, dice que "a Nemtsov lo mató el partido de la guerra: los funcionarios, las fuerzas de seguridad y todas las facciones de la Duma. Y la responsabilidad la tiene el presidente ruso, Vladímir Putin, ya que ese partido trabaja para él".
Este liberal, que recuerda la solidaridad de Nemtsov con su partido a la hora de criticar la presencia militar rusa en Ucrania, considera que "difícilmente las autoridades encargaron el asesinato". Pero recuerda "los agresivos lemas" que sonaron el pasado 21 de febrero en Moscú en la marcha convocada por organizaciones afines al Kremlin para condenar la revolución ucraniana del Maidán, que cumplía en Kiev su primer aniversario.
"No creo que pueda haber una investigación objetiva. Si en el crimen están implicados los organizadores de la marcha antimaidán, nunca encontrarán a los asesinos. Si fueron unos nacionalistas marginales, entonces puede ser que se haga justicia", ha opinado.
El Kremlin rechaza las interpretaciones políticas del crimen
Al respecto, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, ha aprovechado esta mañana su intervención en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra para tachar de "blasfemos" los intentos de utilizar "con fines políticos" el asesinato de Nemtsov.
Ha criticado que se quiera utilizar "esa tragedia para intentar sustituir a los órganos de investigación y de procesamiento, dando interpretaciones abiertamente politizadas, sin fundamentos y provocadoras".
Lavrov ha recordado que Putin ha dado instrucciones inmediatas para que ese crimen sea investigado y ha prometido que lo será "con todo el vigor de la ley para garantizar que los responsables sean llevados a la justicia".
Las emociones volverán a florecer este martes, en el entierro de Nemtsov, al que no podrá acudir ni el líder de la oposición extraparlamentaria, Alexéi Navalni, quien no ha recibido autorización para dejar su arresto domiciliario, ni el exiliado Garry Kaspárov, que dijo temer por su seguridad.
Mientras, las autoridades han proseguido este lunes los procesos judiciales contra los opositores acusados de participar en los disturbios que estallaron tras la multitudinaria protesta del 6 de mayo de 2012 al grito de "Rusia sin Putin".