Trabajo constata la falta de formación de los sanitarios de Barajas ante posibles casos de ébola

• La Inspección ve posible "riesgo" para el personal médico del aeropuerto
• Apunta en un informe a la falta de formación "preventiva" de los empleados
• El sindicato CSIF denuncia que Aena no ha facilitado protocolos de emergencia

El religioso español Manuel García Viejo, que acabó falleciendo por ébola, a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas en septiembre de 2014.

Un informe de la Inspección de Trabajo constata que Aena no ha facilitado la información suficiente a las empresas que prestan el servicio médico aeroportuario sobre las medidas de prevención y emergencia a adoptar ante un caso de riesgo grave como una posible exposición al virus del Ébola en el caso de que un paciente fuera detectado en la terminal.

Así se desprende del informe del Ministerio de Empleo y Seguridad Social dado a conocer por el sindicato de funcionarios CSI-F, que el pasado mes de octubre presentó una denuncia ante la Inspección de Trabajo para que evaluara si los trabajadores del aeropuerto de Barajas contaban con protocolos de actuación claros ante posibles casos de ébola.

La denuncia de CSI-F se produjo tras la muerte, el 18 de octubre, de un ciudadano de nacionalidad nigeriana que llevaba casi medio kilo de cocaína en su interior y que tardó casi una hora en ser atendido por médicos de Sanidad Exterior. El sindicato señala que esta persona no fue atendida por los sanitarios del propio aeropuerto ante la sospecha de que pudiera estar infectado por ébola por los síntomas que presentaba.

Ante los requerimientos, Aena recalcó que no existía riesgo de exposición para el personal que presta servicios aeroportuarios por los protocolos adoptados. Según la circular que distribuyó a las empresas que prestan servicio en el aeropuerto de Madrid, ante la presencia de un viajero que requiera atención médica será el servicio médico aeroportuario quien facilite la atención, sin perjuicio de las competencias de Sanidad Exterior.

En caso de que exista sospecha de que un pasajero tiene ébola en una aeronave, esta se sitúa en remoto y personal de Sanidad Exterior accede a la aeronave, evalúa la situación y se encargaría de la evacuación y el traslado.

"Riesgo de exposición" en la terminal

Sin embargo, en el caso de que la sospecha se produzca cuando el pasajero ya está en la terminal, Aena "prevé la atención del pasajero por los facultativos de su servicio médico aeroportuario hasta la llegada de los servicios de emergencias de la Comunidad de Madrid para su traslado", según relata Inspección de Trabajo.

Así, la Inspección de Trabajo constata la existencia de "riesgo de exposición a agentes biológicos y, en concreto, al virus del Ébola (EVE) para personal del servicio médico aeroportuario del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas".

"Del examen de la documentación aportada se constatan deficiencias en la evaluación del puesto de técnico de medicina aeroportuaria de Aena y en la formación preventiva de los trabajadores del servicio médico aeroportuario", señala el escrito.

No hay instrucciones ni equipos de protección

Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F), de todo ello se concluye que los trabajadores del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas carecen de la formación específica ante posibles casos de ébola en sus instalaciones.

El CSI-F ha apuntado, asimismo, que Trabajo subraya que las dos empresas concesionarias de los servicios sanitarios del aeropuerto -CEMAJ y Servicios Sociosanitarios Generales- "presentan deficiencias en la evaluación de riesgos", así como "ausencia de equipos de protección individual a disposición de sus trabajadores".

"Aena no ha facilitado información suficiente sobre las medidas de prevención y emergencia a adoptar, ni las instrucciones que deben seguir ante una situación de emergencia de este tipo a las empresas que prestan servicio médico aeroportuario", destaca.

Por esto, el CSI-F ha denunciado que este informe pone de manifiesto la "improvisación" con la que la Administración ha actuado en la "crisis del ébola", tanto en el tratamiento a las personas infectadas por el virus, como en la formación de los profesionales sanitarios expuestos a la posible presencia del virus.