Los carburantes suben por sexta semana seguida y cuestan hasta un 7% más que a principios de año
- Llenar un depósito medio de 55 litros cuesta unos seis euros más
- La gasolina se vende de media a 1,237 euros y el gasóleo a 1,171
- Consulta la evolución del precio del gasóleo, la gasolina y el petróleo
Los precios de la gasolina y del gasóleo suben por sexta semana consecutiva. La gasolina de 95 octanos cuesta esta semana una media de 1,237 euros el litro, un 7,47% más que a principios del año. De la misma manera, el diésel se sitúa en una media de 1,171 euros el litro, con un encarecimiento acumulado del 6,26% desde principios de año.
Con los niveles actuales, llenar el depósito medio de 55 litros de gasolina requiere 68,03 euros, mientras que el del gasóleo cuesta 64,4 euros, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
Si se comparan estos precios con los que costaba llenar un depósito de gasolina y diésel el pasado 19 de enero, cuando se marcó su nivel más bajo desde 2010, en el primer caso se constata un encarecimiento de 6,59 euros y en el segundo un repunte de 6,36 euros.
Esto es fruto del incremento de un 10% en los precios de venta al público de los carburantes desde entonces: a mediados de enero, la gasolina y el gasóleo se vendían de media a 1,117 y 1,056 euros el litro, respectivamente.
El descenso se produjo por las fuertes caídas en el precio del crudo, que bajó de los 100 dólares el barril del mes de agosto de 2014 (entonces la gasolina estaba a 1,41 y el gasóleo a 1,32 euros) a los 48,1 de enero de 2015.
Desde entonces, el Brent ha subido hasta situarse algo por encima de los 60 dólares, lo que se ha trasladado rápidamente al surtidor.
Los carburantes siguen costando en España menos que en la media de la UE, donde el precio de la venta al públcio del litro de gasolina se sitúa en 1,386 euros y en 1,401 euros en la zona euro. Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,278 euros de media en la UE de los 28 y 1,247 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las últimas subidas de impuestos, sigue contando con una menor presión fiscal.