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Hitoshi Matsumoto, el director más surrealista y transgresor de la actualidad

  • Llegan a España sus películas, que solo se habían visto en festivales
  • Matsumoto es el cómico más famoso de la televisión japonesa

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Tráiler de la trilogía esencial de Hitoshi Matsumoto

Imaginaos un cruce entre Dalí, Charlot, el cine de serie B, David Lynch, Stanley Kubrick, el mejor cine de autor y Humor Amarillo... Todo eso y mucho más son las películas de Hitoshi Matsumoto, el comediante más famoso de la televisión japonesa que ha dado su salto al cine convirtiéndose en un director de culto cuyas películas han triunfado en Japón y en otros muchos países, pero que en España sólo hemos podido ver en Festivales como el de Sitges.

Por lo menos hasta ahora, ya que mediatres estudio ha editado Trilogía esencial: Hitoshi Matsumoto que reúne sus tres mejores películas (Big man Japan (2007), Symbol (2009) y Scabbard Samurai (2011), en una cuidada edición que incluye un libreto exclusivo escrito por Ángel Sala (Director del SITGES-Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya).

Un humorista polifacético

Nacido en 1963, pertence a la generación de cineastas nipones conocida como el "Novísimo Cine Japonés", por su trayectoria multidisciplinar. Y es que, además de cineasta, es actor, guionista, escritor, humorista, pintor, poeta y músico.

Una de sus primeras y mayores influencias fue el también actor y director, Takeshi Kitano, muy apreciado en occidente por sus películas (Sonatine, Hana-Bi, Brother, Zatoichi) pero que también es uno de los mayores humoristas de la televisión japonesa y famoso en todo el mundo por el programa Humor amarillo (El castillo de Takeshi). Hitoshi admiraba (sobre todo) los shows en vivo y los programas de Takeshi y su humor políticamente incorrecto.

En 1982 Hitoshi creó un dúo humorístico, junto a Matoshi Hamada, que en los 80 y los 90 se convirtió en el más popular de Japón gracias a su humor ácido y a tratar elementos de la cultura popular nipona como los videojuegos o las películas. Hasta que en 2006, después de 25 años de éxitos en los escenarios y la televisión decidió probar suerte en el cine con su primera película Big Man Japan.

Big Man Japan, un documental monstruoso

Una película sorprendente que fue elegida para participar en la Selecta Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y supuso todo un descubrimiento en el Festival de Sitges de 2007, donde fue nominada a Mejor Pelicula. Se trata de un falso documental que sigue la vida de un superhéroe (un hombre gigante) en horas bajas, que malvive en Tokio, defendiendo la ciudad de los ataques exteriores de criaturas monstruosas que intentan amenazarla.

Un auténtico delirio visual y argumental que es francamente divertido y emocionante y, a la vez, es una crítica brutal de la sociedad japonesa. El protagonista es el propio Matsumoto, que interpreta al típico hombre nipón de mediana edad, aburrido y casi miserable, que vive en un apartamente de 15 metros cuadrados y que no parece tener ningún futuro. Sin embargo, cada vez que un monstruo amenaza Tokyo, recibe una dosis de energía eléctrica y se transforma en un gigante invencible: Dainipponjin. Y es que es el último de una familia de hombres gigantes que ha dedicado toda su vida a defender japón de los monstruos (la película también plantea el conflicto generacional entre el protagonista y su abuelo, un hombre gigante mucho más eficaz, a pesar de ser un anciano).

Un homenaje al cine de monstruos gigantes japonés, el "Kaiju-eiga" (Godzilla y compañía) e incluso a los Power Rangers, que nos presenta al ejército de monstruos gigantes mutantes más ridículo de la historia del cine, lo que da lugar a momentos surrealistas y delirantes. Como su enfrentamiento con un monstruo gigante que sólo piensa en aparearse, aunque tenga que destruir toda la ciudad para conseguirlo. O un monstruo que lucha con su pene, terminado en un ojo gigantesco.

Sin olvidar que también es una crítica a los medios de comunicación, ya que todas sus peleas son retransmitidas en directo por televisión como si fueran espectáculos de lucha libre. Además, el protagonista recibe muchísimas críticas por parte de asociaciones en defensa de los derechos de los monstruos, lo que es otra metáfora de la excesiva precupación por ser políticamente correctos de la sociedad actual.

Symbol, una fantasía surrealista

Tras este éxito llegaría su mejor película: Symbol, en la que un hombre (interpretado por el propio Hitoshi) se despierta misteriosamente en una habitación blanca vacía y vistiendo un pijama de topos amarillo. ¿Dónde está? ¿Quién le ha metido ahí dentro? ¿Cómo ha acabado ahí? Mientras intenta dar respuesta a estos enigmas, empieza a experimentar extraños fenómenos uno detrás del otro ¿Podrá escapar finalmente?

Una de las películas más enigmáticas del cine de los últimos años, una mezcla de sugéneros que nos recuerda al comienzo de Old Boy o de Cube, con el protagonista encerrado en una habitación sin saber por qué. Pero que enseguida optará por el surrealismo más filosófico. Y es que, en esa habitación todo es posible, porque de las paredes surgen unos diminutos penes de angelitos que, al tocarlos, esconden sorpresas: puertas que se abren, alimentos, misteriosos personajes que aparecen y desaparecen... El protagonista deberá encontar la combinación correcta de penes para lograr salir de la habitación.

Además, sus actos tendrán consecuencias en el exterior, donde se nos cuenta la historia de un luchador mejicano, inspirado en El santo, que se enfrenta al combate definitivo; y que se convertirá en el combate más surrealista de la historia.

Una película postmoderna que, sin embargo, bebe del mejor cine de Buster Keaton, Charlot, Harold Lloyd e incluso de los dibujos animados. Sin olvidar a Kubrik (2001, una odisea del espacio, La naranja mecánica) Como asegura Ángel Sala en su introducción: "Symbol propone una nueva forma de hacer cine, un no-relato obligado para una sociedad en la que el lenguaje ya no existe como lo conocemos, donde el absurdo se impone vehiculado en un humor catártico y sin límites que conecta realidades imposibles".

Symbol fue nominada a varios premios en los Asian Film Awards, aunque no logró hacerse con ningún galardón.

Scabbard Samurai, humor amarillo

El tercer título de la trilogía es otra vuelta de tuerca al universo de Hitoshi que parece empeñado en hacer algo muy diferente cada vez. Ahora nos cuenta la historia de Kanjuro Nomi, un samurái sin espada (solo conserva su funda). Tras abandonar por completo la violencia y embarcarse en un viaje con su hija Tae, ahora está en busca y captura como desertor. Su única opción de salvar la vida es hacerle recuperar la sonrisa al Príncipe, triste desde la muerte de su madre. Para ello dispondrá de 30 días: si no lo logra, deberá cometer “sepukku” (suicidio ritual).

Un homenaje nada disimulado al programa Humor Amarillo de su admirado Takeshi Kitano, ya que el protagonista hará cada vez números más increíbles, disparatados y surrealistas para conseguir la sonrisa del príncipe. También es una crítica de los excesos de los poderosos que se creen que todos los demás estamos a su servicio, para hacer monerías cuando nos lo soliciten.

Una comedia muy dramática que tiene mucho de Charlot y del cine mudo y en donde Hitoshi busca el look más clásico de su filmografía, homenajeando a las grandes películas de Samuráis de Kurosawa y similares. También es un reconocimiento a los cómicos, y a lo difícil que resulta hacer reír a la gente

Tres títulos sorpendendes de uno de los directores más innovadores y surrealistas de los últimos años y que ahora, por fin, están disponibes en España.