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'Sufragista', la lucha por el voto de la mujer llega al cómic

  • Un cómic sobre el movimiento sufragista británico de principios del siglo XX
  • Un libro de Mary M. Talbott, Brian Talbott y Kate Charlesworth

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Fragmento de la portada de 'Sally Heathcote: Sufragista'
Fragmento de la portada de 'Sally Heathcote: Sufragista'

En el Día Internacional de la Mujer no podemos olvidar que todavía hay millones de mujeres (y otros muchos grupos étnicos, sociales y culturales) que son explotadas, utilizadas, maltratadas y asesinadas impunemente en todo el mundo. Y tampoco podemos olvidar que cosas que hoy damos por obvias en las sociedades occidentales no lo eran tanto hasta hace muy poquito. Por ejemplo, en este 2015 se celebra el 50 aniversario de la ley que permitió votar a los afroamericanos en Estados Unidos (Un país que hoy tenemos por pionero en eso de las libertades). Y solo en 1967 se aprobó en Gran Bretaña la Ley de Delitos Sexuales que despenalizaba la homosexualidad.

Y el año que viene (2016) se cumplirá el centenario de la ley que permitió votar a las mujeres británicas. Una ley que sólo se consiguió después de 50 años de movimiento sufragista. Una historia que llega al cómic en Sally Heathcote: Sufragista (La Cúpula), la nueva novela gráfica de la guionista Mary M. Talbott (La niña de sus ojos), Bryan Talbott (Alice in Sunderland, Sandman, Grandville) y la ilustradora Kate Charlesworth

Una historia apasionante sobre el coraje de un grupo de mujeres que a principios del siglo XX nos dió una lección de valentía, lealtad y dignidad consiguiendo abrir puertas a la mujer en el ámbito social, laboral y educativo, que habían estado cerradas.

La historia del movimiento sufragista

El cómic utiliza a un personaje ficticio, Sally Heathcote, una trabajadora doméstica al servicio de Emmeline Pankhurst (pioniera del movimiento por el sufragio de la mujer), para introducirnos en la historia real del movimiento sufragista de principios de siglo en el Reino Unido. Los demás personajes y acontecimientos que rodean a esta empleada del hogar son históricos (y muy bien documentados).

Sufragista (sufragette en su original) fue el término que definió a los militantes de la National Women’s Social and Political Union (WSPU), un movimiento femenino que en sus prioridades tuvo la lucha por conquistar algunos derechos para la mujer, entre ellos el primordial del voto, que en la Inglaterra eduardiana parecía misión imposible. Fue un termino acuñado por el Daily Express (10 de marzo de 1906) para referirse despectivamente a las sufragistas más militantes.

Fue fundada en 1903 por la lamilia Pankhurst (destacando la mencionada Emmeline y su hermana Sylvia Pankhurst como líder). La actitud de las sufragistas para alcanzar sus aspiraciones contempló la rebeldía, la desobediencia civil y la respuesta directa a un tejido legal, político y social absolutamente envarado y machista.

La WSPU tenía como símbolo tres colores, el púrpura (por la dignidad y el valor), el blanco (por la pureza) y el verde (por la esperanza. Unos colores que también recordaban la petición "Give Women Votes" (Den votos a la mujer), ya que esa frase suena de manera semejante a "Green, white, violet"

Pero la lucha por el voto femenino se remontaba a mucho antes, a 1867, cuando se funda la Sociedad Nacional por el Voto de la Mujer. Aunque todavía tardarían 50 años en conseguirlo.

En las páginas de este álbum asistiremos al contexto general de una época y al entorno específico de intelectuales y personal comprometido que irá inoculando en Sally el sentido y la razón de la causa sufragista, haciendo de ella toda una militante dispuesta a reivindicar sus ideas contra viento y marea.

Un grupo de mujeres que arriesgó la vida por sus derechos

A los lectores de hoy nos resulta sorprendente que hace apenas 100 años se diesen situaciones como las que vemos en el libro. Y es que las sufragistas eran arrestadas y condenadas a penas de cárcel e incluso de trabajos forzados. Algunas recurrieron entonces a las huelgas de hambre, lo que les dió resultado en un principio, ya que muchas fueron puestas en libertad. Pero pronto se aprobó la ley de alimentación forzosa y se las alimentaba por un tubo metido en su garganta. Casi una forma de tortura que a algunas les provocó graves heridas.

En el cómic asistimos al momento en el que Mary Leigh clavó un hacha en el carruaje del Primer Ministro (1912), un gesto que valió el apodo de "la arpía con hacha" y que promovió un autentico movimiento antisufragista, sobre todo en dublín, donde cualquier mujer sospechosa de ser sufragista se convertía en blanco de la violencia.

También dos jornadas históricas de 1910: el "Viernes Negro", cuando cientos de personas se enfrentaron a la policía en pleno Londres (hubo 119 arrestos), y la "Batalla de Downing Street (159 arrestos). Una auténtica batalla campal que el periódico The Times definió con estas palabras: "Varios de los policías perdieron el casco en el ejercicio de su deber. Un terminó lesionado por una patada en el tobillo, a otro un cinturón le produjo un corte en la cara, y otro se cortó la mano. Por lo general lograron controlarse pero su metódo para rechazar a los atacantes no careció de vigor. En cualquier caso, el ejercicio les hizo entrar en calor".

Aunque los casos más tristemente célebres fueron los de Emily Pankhurst que, durante uno de sus encarcelamientos y tras ser alimentada a la fuerza, se lanzó al vacío (se salvó por una red de alambre) y el de Emily Wilding Davison, que quiso reivindicar el movimiento sufragista poniéndose delante del caballo del rey Eduardo en las carreras de Empson (el 4 de junio de 1913). Fue pisoteada por los caballos y murió, cuatro días después, sin haber recuperado el conocimiento.

Sin olvidar a Mary Richardson, que el 10 de marzo de 1914 saltó a la fama por apuñalar el cuadro La Venus del espejo, de Velázquez, en protesta por el trato recibido por la señora Pankhurst. En una carta aseguraba: "He intentado destruir el cuadro de la mujer más hermosa de la historia de la mitología en protesta contra el gobierno por destruir a la sra. Pankhurst, la persona más hermosa de la historia moderna... La sra. Pankhusrts buscaba justicia para las mujeres, y por ello está siendo asesinada lentamente por los políticos de un gobierno iscariote".

Sólo la Gran Guerra les concedió el voto

Mientras veían cómo las colonias británicas daban el voto a sus ciudadanas (Nueva Zelanda en 1893 y Australia en 1902), lo curioso es que las mujeres británicas sólo consiguieron el voto gracias a la Primera Guerra Mundial y a la escasez de hombres, ya que o bien estaban combatiendo en el frente o habían muerto. Además, la mujer participaba cada vez más activamente en la vida pública del país y trabajaba activamente en las fábricas.

Por eso la Ley de representación del Pueblo (1918) amplió el derecho al voto a todos los hombres de más de 21 años y lo concedió, por primera vez, a las mujeres de más de 30 años que poseyesen una casa, fueran esposa de dueños de casas o tuvieran título universitario (tampoco había que exagerar y dar el voto a cualquiera).

Una historia apasionante, contada por un equipo creativo de lujo (destacar una vez más su trabajo de documentación), que nos recuerda que la lucha por los derechos fundamentales es constante y que todavía nos queda un largo camino por recorrer. Según la ONU las mujeres constituyen más de la mitad de toda la población, pero sólo poseen el 1% de la riqueza mundial. Ocupan la mitad de los puestos de trabajo, pero ganan un 20% menos que los hombres...

Y es que la lucha por la igualdad no ha hecho más que empezar...

Por cierto que ya podéis ver online los reportajes de la Noche Temática de este sábado, dedicados a las Precursoras de la igualdad con motivo del Día Internacional de la Mujer.