Sarkozy resurge, Le Pen frena su ascenso y la izquierda sigue a la deriva en Francia
- En las regionales, el PS pierde sus cuartos comicios consecutivos
- Sarkozy recompone a los conservadores de la UMP
- El Frente Nacional sube, pero menos de lo pronosticado
Las elecciones departamentales en Francia han confirmado que la izquierda francesa no encuentra su rumbo y que navega lejos del Frente Nacional. En estas aguas revueltas, el expresidente Nicolas Sarkozy resurge y es el ganador de la primera vuelta.
Con todo, el Partido Socialista se contenta con haber resistido el golpe mejor de lo esperado mientras que la ultraderecha se ha quedado lejos de lo que pronosticaban los sondeos, y muchos observadores se preguntan si, a pesar de haber registrado su mejor resultado en unas elecciones regionales, puede que haya tocado techo.
Así, mientras se colocaba el foco en la posible victoria del partido de Marine Le Pen y en la presumible debacle de la formación de François Hollande y Manuel Valls, nadie pareció reparar en la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy.
El exmandatario (2007-2012) ha conseguido amainar las aguas del centroderecha, que bajaban agitadas entre escándalos de corrupción y luchas intestinas, y “tras oler sangre en la ribera de enfrente ha impuesto el prietas las filas”, explica Enrique Rubio, de la agencia Efe. Junto a sus aliados, incluido la Unión de Demócratas Independientes, ha obtenido aproximadamente el 30% de los votos.
"La alternancia ha comenzado", dijo Sarkozy nada más conocer los resultados, con clara voluntad de presentar este triunfo parcial en unas locales como trampolín hacia las presidenciales de 2017 y volver al Elíseo, donde socialdemócratas y conservadores se han turnado durante toda la V República.
Fragmentación de la izquierda
En términos históricos también hay que empezar a analizar los resultados del PS. Por ejemplo, por primera desde la recomposición del régimen tras la Segunda Guerra Mundial, los socialistas no gobernarán en el departamento de las Bócas del Ródano (que incluye Aix en Provence y Marsella, en el sureste), donde han sufrido una escisión.
Desde que Hollande llegó a la presidencia en 2012, los socialistas encadenan derrota tras derrota y van cuatro. En esta ocasión se han quedado por debajo del 22% de los votos. En el análisis del primer ministro, la causa de la derrota no está en la política de su Gobierno sino en que la izquierda se presentó a las elecciones "desunida".
“Hemos resistido mejor de lo que nos auguraban los sondeos“
Agregando los votos de otros dos aliados llegarían al 28%, según ha estimado el propio Manuel Valls. “Hemos resistido mejor de lo que nos auguraban los sondeos", ha afirmado el jefe de un Ejecutivo que puede enfrentarse a una nueva remodelación tras la segunda vuelta del próximo domingo
Más a la izquierda (5% del Frente de Izquierdas, 2% los ecologistas y 1% los comunistas), las diferencias parecen irreconciliables con el actual PS, teniendo en cuenta además que entre sus propias filas hay quienes le piden un giro progresista.
Mientras, en el cuartel general del FN la pregunta que se hacen es si, pese a haber hecho saltar por los aires el bipartidismo tradicional, no estarán rozando ya sus límites. "Estamos asistiendo a una ruptura en el relato perfecto que parecía escribir la presidenta del FN, el de una progresión irresistible y una marcha triunfal hacia el poder. Ese relato se ha visto hoy interrumpido", sostiene el analista Dominique Reynié en declaraciones al diario Le Parisien.
Reynié, director general del centro de estudios Fondapol, explica que un número creciente de votantes se cuestiona la utilidad del voto al FN y recuerda que tanto los sondeos como los líderes de la ultraderecha confiaban en ser el partido más votado de Francia, como ya lo fueron en las elecciones europeas de 2014.
Le Pen 2017
Su buen resultado en la primera vuelta (25%) no les permitirá más que aspirar a encabezar uno o dos departamentos del centenar en que está dividido el país: Vaucluse, en el norte, y Aisne, en el sur, feudo de la diputada Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de la líder del partido y nieta de su fundador.
Son conscientes de que la votación a dos vueltas vigente en el sistema electoral francés los penaliza sistemáticamente y convierte en una misión casi imposible batir a los candidatos ‘moderados’ en una segunda ronda.
Con todo, la política de cordón sanitario que aplica el centroizquierda hacia la formación de tintes xenófobos (como ocurrió en las presidenciales de 2002 en las que el candidato del PS, Lionel Jospin, se quedó fuera de la segunda ronda) no tiene el mismo reflejo en la UMP. Sarkozy ha afirmado que en aquellas circunscripciones en las que no haya candidato conservador no pedirán el voto por ningún otro.
Una decisión que amenaza con quebrar la unidad interna de su partido puesto que algunos pesos pesados, como el ex primer ministro Alain Juppé, ya ha dicho que hará todo lo posible por que no salgan elegidos los candidatos de ultraderecha.
Y si bien los sondeos no son infalibles, de cara a 2017 coinciden en que será Marine Le Pen quien dispute la Presidencia en segunda vuelta, bien contra el candidato socialista, bien contra el conservador...