Concluye la cuarta jornada de rastreo de la zona de los Alpes sin hallar la segunda caja negra
- Han utilizado helicópteros desde Seyne les Alpes para llegar a la montaña
- La repatriación de los restos no se hará hasta que se hayan recogido todos
- Un grupo de familiares de las víctimas ya ha regresado a Cataluña
La cuarta jornada de rastreo de la zona de los Alpes franceses donde permanecen los restos del avión A320 de Germanwings que se estrelló el pasado martes han concluido sin hallar la segunda caja negra, pese a que era una de las prioridades para poder avanzar en la investigación. La primera caja negra, hallada pocas horas después de la catástrofe, reveló que el copiloto pudo causar el accidente de forma deliberada.
Las autoridades francesas han vuelto a utilizar los helicópteros desde la base de Seyne-les-Alpes para llegar a la escarpada montaña donde se estrelló el aparato provocando la muerte de sus 150 ocupantes.
Los especialistas y forenses también han continuado con las labores de rescate de los restos mortales de los ocupantes, que han sido trasladados hasta un centro de campaña montado en Seyne-les-Alpes para su identificación. Un grupo de tres médicos forenses españoles se han incorporado desde este viernes a las labores de identificación.
Los familiares de las víctimas
En ese sentido, las autoridades francesas tomaron muestras de ADN a los familiares de las víctimas que este jueves se trasladaron hasta la falda alpina en la que perecieron sus allegados.
El portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henri Brandet, aseguró que la repatriación de los mismos a sus países, esencialmente a Alemania y España, de donde procedían la mayor parte de los pasajeros, no se hará hasta que se hayan recogido la totalidad de los restos y se haya procedido a las identificaciones. Por tanto, será una labor que durará varias semanas.
Los restos humanos llegan con cuentagotas al centro avanzado que la Gendarmería francesa ha montado en Seyne-les-Alpes, donde son tratados con quirúrgica meticulosidad para identificar a las 150 víctimas. "Es un trabajo de relojero", describe un responsable francés de identificación criminal. Todo se hace con escrupulosa precisión, desde la recogida de las muestras en la montaña hasta su tratamiento y atribución.
Los helicópteros han seguido llegando de forma incesante a la montaña. Un total de 40 personas, entre investigadores y forenses, han estado en el terreno.
Los investigadores han buscado indicios para aclarar los motivos de la catástrofe, con especial atención a la segunda "caja negra", aunque no han logrado encontrarla. Por su parte, los forenses se han centrado solo en localizar restos humanos, recuperarlos y llevarlos al centro avanzado para su identificación.
"Todavía se desprenden hilos de humo"
La zona del accidente está siendo tratada como "la escena de un crimen", según Brandet. El terreno es una "zona cero", según un gendarme que lo ha visitado varias veces. "Impresiona, todavía se desprenden hilos de humo y persiste el olor a quemado del queroseno", ha agregado.
La zona de trabajo prioritaria es una especie de triángulo con el punto de impacto en el vértice inferior y unos 250 metros de largo por algo más de cien en su punto más ancho, lo que lo convierte en una vasta zona de trabajo en condiciones difíciles.
Cada equipo lo forman un gendarme de montaña para facilitar el trabajo y un socorrista. El segundo sostiene al primero con una cuerda mientras el gendarme recoge los restos. "Uno depende del otro. Es casi montañismo", ha sostenido el investigador. Así se ha creado todo un sistema de cordaje y arneses que tiene su último extremo atado a un helicóptero.
El terreno es duro, pero el impacto fue de tanta violencia que algunos de los restos están enterrados.
Mientras, las bolsas amarillas que contienen los restos de las víctimas son trasladadas por los helicópteros a un punto intermedio de la montaña desde el que, en furgonetas, llegan al centro de identificación levantado por la Gendarmería con material procedente de su Brigada Criminal, que tiene su sede en el este de París.
Allí comienza la tarea de identificación, para la que los agentes franceses cuentan con el apoyo de colegas españoles y alemanes. Ningún resto es atribuido a una víctima si no se tiene la certeza de que le pertenece.
Comprobaciones infalibles
"No sirve que haya sido encontrado al lado de un carné de identidad o de un collar, tenemos que tener pruebas científicas", afirma un responsable. Solo hay tres comprobaciones que se consideran infalibles: el ADN, las huellas dactilares y las odontológicas.
La región alpina cercana a la zona del accidente acoge todavía a familias de las víctimas, algunas que decidieron permanecer en el lugar tras los actos oficiales que tuvieron lugar la víspera y otras que siguen llegando.
Mientras, un primer grupo de los familiares de las víctimas del avión de Germanwings que viajó a Francia ha vuelto a Cataluña la madrugada de este viernes. Así lo ha informado a través de un apunte de Twitter la Creu Roja, que ha desplazado a varios trabajadores para asistir a los allegados de las víctimas.