Enlaces accesibilidad

Cerca de 200 aviones bombardean las posiciones hutíes en el segundo día de ofensiva en Yemen

  • En Adén han muerto 21 milicianos hutíes y hay otras 5 víctimas en Al Salam
  • Algunos países temen que el conflito se extienda a toda la región
  • Los ataques de la coalición contra los hutíes obligan a Hadi a huir del país

Por
Cerca de 200 aviones participan en los bombardeos en Yemen

Cerca de 200 aviones de una coalición liderada por Arabia Saudí han participado este viernes en los bombardeos en Yemen contra posiciones del movimiento chií de los hutíes, una intervención militar que condena Irán. Algunos países han expresado ya el temor de que el conflicto se extienda por toda la región.

El ministro de Exteriores de Yemen, Riad Yassin, ha solicitado a dicha coalición que detenga la campaña de bombardeos, ya que estos ataques han obligado Presidente Abdrabbuh Mansour Hadi a huir al extranjero. En declaraciones a la cadena británica BBC, Yassin ha señalado que la campaña era necesaria para debilitar las posiciones hutíes, aunque haya obligado a Hadi a huir al extranjero.

Durante esta madrugada se han producido nuevos bombardeos contra posiciones hutíes. Según han informado a Efe fuentes médicas del hospital Al Salam, en Saada, al menos cinco personas han muerto -la mayoría civiles- y veinte han resultado heridas en un nuevo ataque en el norte de Yemen.

Además, testigos han contado a Efe que al menos 21 milicianos del grupo chií de los hutíes han muerto en una emboscada tendida por fuerzas leales al presidente yemení, en el acceso septentrional de la ciudad costera de Adén, en el sur del Yemen.

Saada, bajo el control de los hutíes

La provincia de Saada, limítrofe con Arabia Saudí, está bajo el control de los rebeldes hutíes desde 2010, año en el que estos se alzaron en armas contra las autoridades yemeníes. Los aviones de la coalición han bombardeado también el mercado de la localidad de Qutaf al Boqa, cerca de la frontera con Arabia Saudí.

Se trata del segundo día de llamada 'Tormenta de la Firmeza', operación que lleva a cabo la coalición liderada por Arabia Saudí, en la que también participan, entre otros, por Kuwait, Catar, Emiratos, Egipto y Jordania, con el objetivo de frenar el avance de las milicias chiíes, que acosaban al presidente yemení en la ciudad de Adén.

El portavoz de dicha operación militar, el general saudí Ahmed al Asiri, aseguró este jueves que los bombardeos se dirigen principalmente contra las bases militares aéreas y las posiciones de las baterías antiaéreas. Por su parte, el líder rebelde Abdul Malik al-Houthi ha comprometido a no rendirse ante lo que ha calificado como una "agresión injustificada".

Reacciones internacionales

El presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi,  ha llegado este viernes a la ciudad egipcia de Sharm al Sheij para participar en la cumbre de jefes de Estado árabes, que arranca este sábado. Hadi y su delegación fueron recibidos por el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.

El presidente yemení se reunió ayer en Riad con el ministro saudí de Defensa, Mohamed bin Salman bin Abdelaziz, cuyo país encabeza la ofensiva militar contra los rebeldes hutíes. Esa intervención marca la cumbre árabe de Sharm al Sheij, en la que está previsto que se apruebe la formación de una fuerza militar árabe conjunta.

Por su parte, el expresidente yemení, Ali Abdalá Saleh, ha pedido este viernes un alto el fuego en el Yemen, incluido el cese de los bombardeos de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, y la vuelta al diálogo entre las distintas partes en conflicto. Saleh, al que se considera aliado de los rebeldes hutíes, propuso una iniciativa en la que insta al fin de "todas las operaciones militares de la coalición inmediatamente".

Mientras, la operación sigue generando controversia. La Liga Mundial Islámica, la mayor organización no gubernamental del mundo musulmán, ha manifestado este viernes su apoyo a la coalición militar árabe, encabezada por Arabia Saudí, contra el movimiento chií de los hutíes.

Mientras, Irán ha denunciado los ataques aéreos apoyados por Estados Unidos como un intento de "fomentar la guerra civil en Yemen o desintegrar el país".