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Accidente aéreo en Francia

La investigación francesa no descarta posibles fallos técnicos del avión

  • Esperan encontrar la segunda caja negra para disponer de los datos técnicos
  • "No tenemos el derecho de descartar el resto de hipótesis", dice el responsable
  • Un problema de visión pudo amenazar la carrera del copiloto, según The NYT
  • El padre de copiloto de avión siniestrado está "completamente hundido"

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La investigación se centra en el entorno del piloto y su historial médico

El general Jean-Pierre Michel, jefe de los investigadores franceses, ha asegurado este sábado que aunque la investigación del siniestro del avión de Germanwings está prestando una atención especial al rol y la personalidad del copiloto Andreas Lubitz, no se han cerrado el resto de hipótesis, incluida la de un posible fallo del aparato.

"Aunque evidentemente hay que ser capaz de establecer prioridades en una investigación para darse el máximo de posibilidades de resolverla, no tenemos el derecho de descartar el resto de hipótesis, incluida la mecánica, hasta que no se haya demostrado que el aparato no presentaba ninguna dificultad", ha indicado.

Michel, desplazado a Düsseldorf al frente de la misión de enlace que colabora con los gendarmes alemanes, insistió en unas declaraciones difundidas por la cadena BFM TV en que todavía no disponen de todos los elementos técnicos sobre lo sucedido y en que el análisis de la segunda caja negra, si esta llega a encontrarse, será especialmente "esclarecedor".

Problema de visión y enfermedad psicosomática

La hipótesis principal de la Fiscalía de Marsella apunta a que el copiloto accionó el descenso del avión una vez que se quedó solo en la cabina, y cuando el comandante trató de volver a su puesto, rechazó abrirle la puerta. Después estrelló el avión "voluntariamente".

La policía ha encontrado documentos que demuestran que Andreas Lubitz ocultó a la aerolínea que estaba de baja médica y en tratamiento el día de la tragedia, aunque se desconoce la enfermedad que sufría.

Según el testimonio de dos personas vinculadas a la investigación que recoge este sábado el New York Times, Lubitz buscó tratamiento para un problema de visión que podría haber amenazado su carrera como piloto, una frustración que no descartan que pudiese haberle llevado a estrellar el aparato.

El diario Die Welt, que cita a fuentes de la investigación, asegura que la policía de Dusseldorf ha encontrado medicamentos que prueban que Lubitz sufría una fuerte enfermedad psicosomática. "Estaba siendo tratado por varios neurólogos y psiquiatras", señala un miembro de la investigación en declaraciones al rotativo.

El copiloto, Andreas Lubitz,  padecía un "síndrome subjetivo de sobrecarga" -lo que se conoce como "burnout" o estar "quemado" por estrés laboral- y tenía una fuerte depresión, señala la fuente, que agrega que "esto se desprende de notas personales del piloto, que guardó y archivo".

En tanto continúa la evaluación del ordenador y los documentos confiscados por los agentes del apartamento que tenía el copiloto en Düsseldorf y de la vivienda de sus padres en la localidad de Montabaur. Prosiguen además los interrogatorios a médicos, amigos, colegas y conocidos del copiloto. También la novia de Andreas Lubitz ha tenido que responder a las preguntas de la instrucción.

"Homicidio involuntario"

El fiscal de Marsella, Brice Robin, encargado del caso del siniestro del avión de Germanwings ha declarado que el incidente es un caso de "homicidio involuntario" porque no cree que el copiloto Andreas Lubitz tuviera intención de matar a los pasajeros a la hora de estrellar el aparato.

"Estuvimos a punto de cambiar la calificación", ha señalado Robin en declaraciones a un diario francés de las que se ha hecho eco Europa Press y en las que explica que tal decisión no tuvo lugar por una cuestión de objeto e intención.

El acto del copiloto se debió a un "deseo espontáneo de destruir el avión". Para que el caso hubiera sido considerado asesinato, "debía haber sido consciente de que quería matar", ha añadido el fiscal.

Otro piloto lo dejó solo en cabina

Por otra parte, un piloto de Germanwings ha afirmado que él también dejó solo a Lubitz en cabina durante otro vuelo de la aerolínea alemana, según explica en una entrevista difundida este sábado por el diario Bild.

"Le recuerdo bien. Cuando volé con él, también abandoné mi lugar durante un breve momento para ir al baño", señala Frank Woiton, de 48 años, quien asegura que no había nada que le llamara especialmente la atención de Lubitz.

Agrega que cuando compartieron cabina, el copiloto le habló de su formación, "de lo feliz que era" y "dijo que pronto volaría largas distancias y que quería convertirse en comandante".

Este diario también recoge el testimonio de una mujer que dice haber sido novia del copiloto y que asegura que Lubitz estaba en tratamiento psiquiátrico. "Un día haré algo que cambiará todo el sistema y entonces todos conocerán mi nombre y lo recordarán", afirma la mujer que le dijo Lubitz en más de una ocasión.

El padre del piloto, hundido

El padre de Andreas Lubitz está "completamente hundido" por la tragedia, según ha dicho el alcalde de la localidad cercana al lugar del siniestro Prads-Haute-Bléone, Bernard Bartolini.

Según ha indicado el alcalde en declaraciones ofrecidas a la cadena francesa BFM TV, "siente sobre él toda la responsabilidad de ese drama" y "atraviesa una angustia increíble".

Siente sobre él toda la responsabilidad de ese drama

Bartolini ha dicho que vio al padre del copiloto el jueves, en la ceremonia en la que se levantó en el pueblo vecino de Le Vernet una pequeña estela con un texto en francés, español y alemán que se ha convertido en lugar de peregrinación de los familiares de los fallecidos.

El padre del copiloto acudió al lugar junto con los allegados de los miembros de la tripulación, sin mezclarse con las de los pasajeros, y estaba en tal estado, según su relato, que "no hay palabras para expresarlo".

El resto de familias se encontraban igualmente "deshechas", añadió Bartolini, según el cual algunas personas cogieron piedras del lugar de la estela, como si necesitaran, en sus palabras, "llevarse con ellos algo de esa tierra para empezar a hacer el duelo".