'El árabe del futuro', el cómic del año en Francia
- Un cómic con el que Riad Sattouf ganó el Festival de Angulema
- Una autobiografía que refleja la falta de entendimiento entre Oriente y Occidente
El árabe del futuro (Salamadra) viene precedido por su éxito de crítica y público en Francia, donde ha conseguido el Premio al Mejor Álbum en el Festival del Cómic de Angulema y ha tenido una tirada de más de 150.000 ejemplares. Un imprescindible cómic autobiográfico que narra la infancia de su autor, el francés de origen sirio Riad Sattouf, criado entre Oriente (Libia y Siria) y Occidente (la Bretaña francesa); y que ejemplifica la falta de entendimiento entre ambos mundos.
Y todo ello contado por un niño (el propio Sattouf) cuya preciosa melena rubia destacaba sobremanera en esos países árabes, acaparando todas las miradas. Un punto de vista que sirve al autor para analizar temas como como el destierro, el racismo, la religión, la cultura y lo peligroso que es llevar al extremo la defensa de las propias ideas, los fanatismos. Temas que toman una nueva dimensión al estar contados desde el punto de vista de un niño.
Se trata del primer volumen de la autobiografía del autor (antiguo colaborador de Charlie Hebdo). Una aventura, subtitulada Una juventud en Oriente Medio (1978-1984) que nos muestra como era la sociedad en esos países controlados por dos dictadores, el libio Muamar El Gadafi (1969-2011) y el sirio Hafez al-Asad (1930-2000).
Lugares en los que el autor pasó su infancia porque su padre, Abdel-Razak, era un maestro sirio, brillante pero contradictorio, licenciado en la Sorbona de París pero que, aún sabiendo que su país estaba bajo el mando de un dictador, prefería vivir allí, con todas las privaciones y falta de libertad que eso conllevaba, que en Francia. Y es que quería devolver a su país parte de lo que le había aportado y contribuir así a la educación del árabe del mañana. También hay que reconocer que, a pesar de su educación, Abdel estaba un poquito obsesionado con Muamar y Hafez.
Un cómic muy actual
Pero a pesar de que el cómic esté ambientado en los años 70 y 80, es sorprendente su vigencia. Sobre todo en el tema de las relaciones entre Occidente y Oriente, que parecen condenadas al fracaso. En el trasfondo del libro, se nota la importancia que el autor da a la educación y la cultura, la mejor forma de acabar con los prejuicios de todo tipo y acercar a las civilizaciones. Algo más necesario que nunca en este momento de violencia e incertidumbre.
También destacamos su preciso relato de las condiciones de vida en esos países, en el que se alternan recuerdos felices con otros bastante duros. Por ejemplo, a los lectores nos resulta curioso que, nada más llegar a Siria, la familia se dé una vuelta para visitar los alrededores y al volver a la casa que les habían asignado, se encuentren que otra familia la ha ocupado (y es que en aquella época Gadafi autorizaba a ocupar las casas desocupadas, por lo que siempre tenía que haber alguién dentro o te arriesgabas a que la ocupasen al primer descuido).
También destaca, por su crueldad, una escena en la que unos niños sirios torturan a un perro, como si se tratase de un juego.
El cómic también reflexiona sobre la falta de libertades y del papel de la mujer en la sociedad de esos países; y muchos otros temas delicados que contrastan el dibujo naif y los colores celestes, amarillentos, rosas... que contribuyen a dar al libro el aspecto de un relato infantil. Y que, a la vez, contribuyen a agilizar la maravillosa narración de uno de los grandes autores del cómic europeo actual, que se caracteriza por su expresivo dibujo.
Un gran autor
A pesar de su juventud Riad Sattouf (París, 1978) es una de las estrellas del actual cómic europeo y también ha triunfado en el cine.
Con sólo 21 años entró por la puerta grande en el mundo del cómic al conseguir (en 2009) el el Premio al Mejor Álbum en el Festival del Cómic de Angulema con Pascal Brutal (Norma) (el mismo que ha conseguido por El árabe del futuro y que le ha consagrado definitivamente como uno de los grandes del cómic).
También ha dibujado el Manual del pajillero (La Cúpula, 2010) y colaboró entre 2004 y 2014 con la revista Charlie Hebdo con la exitosa tira La vida secreta de los jóvenes (La Cúpula), aunque lo dejó unos meses antes del atentado para probar otras cosas. Actualmente colabora con Le Nouvel Observateur, un semanario de actualidad.
Además ha dirigido dos largometrajes, Les beaux gosses (2009), con el que ganó el Premio César a la Mejor Ópera Prima, y Jacky au royaume des dilles (2014), para el que también compuso la banda sonora.
Actualmente trabaja en los futuros volúmenes de El árabe del futuro, que posiblemente sea una tetralogía, y que estamos impacientes por leer en castellano.