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La fragata Mercedes convierte al Arqueológico en el museo del año

  • Se ha convertido en el museo más visitado de los 16 estatales
  • Los restos de la Mercedes y tesoros como la Dama de Elche, éxitos de público
  • Conserva 1,2 millones de piezas de las que se exponen 13.000 en 40 salas
  • Su remodelación costó 65 millones de euros

Por
Ministerio de Educacion, Cultura y Deporte
Museo Arqueológico Nacional. Museografía. Grecia.

Ha tenido que hundirse un barco para reflotar un museo. Es una "boutade", claro, pero lo cierto es que la exposición sobre el pecio de la fragata Mercedes ha sido la bandera del crecimiento del Arqueológico, que cumple mañana su primer año de reapertura siendo el más visitado de los museos estatales.

El año que más personas fueron al Museo Arqueológico Nacional (MAN) antes de su cierre en 2008 para modernizarlo, fue 2004 y logró 250.000 visitantes, es decir, la cuarta parte de los conseguidos este último año, 950.000, presume en una entrevista con EFE su director, Andrés Carretero.

"El antiguo museo era modélico, pero lo era para una época en la que la visión que se tenía del público no era la misma. Primaba un cierto carácter culto en la exposición de los contenidos y un cierto tono intelectual que atraía a determinados colectivos, pero que repelía a otros muchos", explica.

Réditos de 4.000 metros más y 65 millones después

El MAN, creado en 1867, se rehabilitó integralmente, tanto en el interior como en su diseño museográfico, con 65 millones de euros, que sirvieron para aumentar su superficie en un 13 %, al pasar de 19.280 metros cuadrados a 23.303 metros cuadrados, de los que 10.000 son de exposición.

"Una de las metas era resultar un museo atractivo, agradable para colectivos muy diversos, no solo para los arqueólogos o catedráticos, sino para todos aquellos que no tienen conocimientos previos de la materia", explica Carretero, que advierte que la arqueología que ellos muestran y defienden está "muy lejos" de Indiana Jones. La del héroe norteamericano de ficción, aprecia, es "una visión equivocada", porque el arqueólogo "no es una aventurero de látigo que rapiña objetos".

Él atribuye la subida que les ha convertido en el museo más visitado de los 16 estatales, a una exposición tan atractiva como la de "El último viaje de la fragata Mercedes", por la que han pasado 150.000 personas, pero también a que se ha abierto a los colegios y a los jóvenes, a las asociaciones de distinta índole, a la tercera edad y, sobre todo, "al boca a boca".

"No podemos hacer publicidad, porque nuestro presupuesto no nos llega, pero ha funcionado muy bien la difusión en los medios de nuestras actividades, y la gente parece que sale siempre muy contenta", apunta.

Menos cantidad, más calidad y mayor claridad

En el museo han tratado de reducir el número de objetos expuestos para volcarse en la explicación de su significado con "el máximo de apoyos". Y detalla el responsable: "Si te ponen una piedra y al lado una 'biblia' de explicación, te desanimas. En el MAN se han distribuido, además de textos, cerca de 800 ilustraciones, de mapas a escenografías y recreaciones".

Lo cierto es que un visitante que vaya en línea recta, sin desviarse ni una vez, desde el arco de entrada al de salida, habrá recorrido tres kilómetros y solo habrá podido escuchar una pequeña parte de las diez horas de explicaciones que se contienen en las "tabletas" que han sustituido a las "audioguías".

Ahora mismo exponen 13.000 piezas, en 40 salas, pero atesoran 1,2 millones más en los armarios de sus almacenes: "Un museo como este se monta una vez cada generación, no puede estarse actualizando cada poco con grandes reformas", apostilla.

La arqueología no acaba nunca

Su arco temporal va de la Prehistoria a Grecia, de la Hispania romana a la Edad Media, de Oriente Próximo a Egipto, de la Edad Moderna al siglo XIX, porque, recuerda el director del MAN, se consideró que la horquilla debía cerrarse por arriba con el año en el que Isabel II inauguró el museo. Pero la arqueología, advierte, "no acaba nunca", "se puede hacer hasta el momento presente" y pone como ejemplo las fosas de la Guerra Civil.

El recorrido pone en valor tesoros como la Dama de Elche, la Dama de Baza y la Dama del Cerro de los Santos, la estela de Solana de Cabañas, la Livia de Paestum, la sala de mosaicos del Bajo Imperio o el toro de Costitx.

Se le rompe "un poco" el corazón cuando ve cómo se destruyen piezas "como herramienta ideológica", ya sea el San Juanito de Miguel Ángel, que se expone ahora en el Prado, o las esculturas de Mosul (Irak).

"Cuando trabajas en el cuidado de un patrimonio, sufres viendo eso. Todas las culturas han destruido lo que han hecho otros, pero habíamos llegado a una etapa general de respeto a esos vestigios", indica.

El MAN expone en la actualidad "Una visión inédita de la Alhambra", una confrontación de imágenes antiguas y modernas del monumento granadino y prepara varios proyectos que quieren mantener "en secreto", porque aún está pendiente cerrar su financiación.