Maribel Verdú: "El dinero casi siempre pudre todo"
- Se estrena Felices 140, la nueva película de Gracia Querejeta
- Una obra coral sobre la familia, la amistad y la corrupción moral
- RTVE.es entrevista a la directora y a su reparto
¿Qué consecuencias tendría ganar 140 millones de euros en la lotería? Felices 140, la nueva película de Gracia Querejeta encuentra una respuesta nada complaciente al supuesto sueño de buena parte de la humanidad. En su tercera colaboración con Maribel Verdú (Siete mesas de billar francés, 14 años un día) la directora propone una obra coral entre el pesimismo, cinismo, o, según se quiera ver, realismo. La película, participada por TVE, se estrena el 10 de abril en salas.
Todo empieza con un regalo en forma de personaje, un papel que Gracia Querejeta escribió pensando en Maribel Verdú. “Elia va a cumplir 40 años y decide celebrarlo con su gente íntima y querida”, dice la actriz a modo de presentación. “Les invita a una casa y esa noche deciden contarse qué es lo mejor que les ha sucedido ese año. Y lo mejor que le ha sucedida da Elia es que es la ganadora de 140 millones de euros del Euromillón. Y, a partir de ese momento, lo que podía ser solo alegrías…”
Querejeta retoma la narración: “Se convierten en circunstancias complejas sobre todo por el hecho de asimilar una cosa tan terrible y tan humana que es eso de la envidia: por qué le ha tocado a este y a mí no. Y luego hay una acontecimiento muy concreto, fortuito, que hace que las cosas se enturbien”.
El lugar de la reunión es una fastuosa casa rural en la isla de Tenerife. Y en el grupo reunido se encuentra su hermana (Marián Álvarez), cuñado (Antonio de la Torre), amigo del alma (Eduard Fernández), su mujer (Nora Navas), el ex al que todavía ama (Ginés García Millán), su joven novia (Paula Cancio), y un amigo ya millonario (Alex O'Dogherty).
“Lo que ambiciona ella realmente es recuperar su antiguo amor y se le va un poco la olla”, dice Verdú. “Pero de todos modos, todo se hubiera enturbiado igualmente porque el dinero casi siempre pudre todo. Gestionar la envidia es muy complicado".
Dos parejas con Goyas
Marian Álvarez y Antonio de la Torre. Eduard Fernández y Nora Navas. Dos parejas de ficción con, al menos, un premio Goya por cabeza. Marian Álvarez regresa al cine, tras triunfar en 2013 con La herida, en el papel de una mujer aparentemente débil.
“Acude a la reunión un poco a regañadientes. No tiene una buena relación con su marido ni con su hijo adolescente. Pero cuando le tocan su mundo saca la fortaleza y se puede comer a cualquiera”, dice la actriz. A De la Torre le toca, otra vez, bailar con el personaje más turbio. “Veo a Juan como un tío que lleva tiempo currándoselo, que es ambicioso, que cree que no tiene suerte, que tiene una oportunidad y la aprovecha”, define el actor malagueño.
En el otro matrimonio, se invierten los géneros en la dominación-sumisión. “Yo sería un hombre un poco calzonazos, que le gusta contentar a su esposa, que no se enfade, que tiene miedo a contestar”, dice Fernández. "Y va pasando por la vida con ese dolor, con una mujer dominante al lado”. Navas ríe: “Soy una mujer con ganas de que el otro tome las riendas, que es lo que pasa cuando se genera este tipo de matrimonios”.
Los límites del amor y de la amistad
Antonio Mercero, coguionista de Felices 140, escuchó por la radio un dilema que planteaban a la gente por la calle: ¿renunciarías a tu mejor amigo por un millón de euros? Todos decían que sí. O sea, que un amigo es un tesoro, sí, pero valorado en menos de un millón.
“Me temo que es una visión realista, con su punto de cinismo”, afirma Querejeta. “Podríamos contar la historia de que todos son hermanos de la caridad, pero a mí me interesaba sacar a la luz lo más oscura del ser humano”. Verdú apostilla: “Es la que más se acerca a la realidad”.
“Felices 140 es lo que cuentan los telediarios, lo estamos viendo”, sostiene De la Torre. “Es lo que estamos viviendo ahora”. Para Marian Alvarez, la película es un ejemplo extremo de una historia del día a día. “Hay hermanos que se dejan de hablar por una herencia. Todo el mundo conoce algún caso. Es lo más triste de todo”.
Eduard Fernández aporta finalmente un poco de esperanza. “También hay gente digna, honesta, que mantiene sus principios sin más. No es el caso de esta película. Yo conozco alguno”.