Pulsiones humanas, flamenco y Edipo marcan el cine en Málaga
- La película Tiempo sin aire reflexiona sobre la violencia en Colombia
- El documental 13.Miguel Poveda recorre la trayectoria del cantaor
- Las tetas de mi madre compite en la sección Territorio Latinoamericano
Tiempo sin aire, el segundo largometraje dirigido al alimón por Andrés Luque y Samuel Martín Mateos, ofrece un viaje hacia las pulsiones humanas muy elementales, como la venganza, el odio o la mentira, y hacia los rincones oscuros del alma, para que la violencia engendra aún más violencia.
María (Juana Acosta) es una enfermera colombiana que perdió a su hija a manos de tres paramilitares y viaja hasta Tenerife. Aquí conoce a Gonzalo (Carmelo Gómez), para encontrar y vengarse de uno de los asesinos, Iván (Félix Gómez), quien vive en la isla con su novia Vero (Adriana Ugarte).
Samuel Martín Mateos cree que esta historia, presentada este lunes en la sección oficial de largometrajes del XVIII Festival de Cine Español de Málaga, "es transversal en el tiempo y en el espacio, porque podría pasar en cualquier punto del planeta y hace 2.000 años", ha explicado a la agencia EFE.
"Se trataba de ver cómo nos comportamos los seres humanos en un momento grave de conflicto", ha añadido en rueda de prensa el codirector, que ha explicado que la situaron en Colombia por el idioma y por el conocimiento de su realidad gracias al trabajo periodístico de Andrés Luque en el programa En portada de TVE.
En portada, experiencia y documento
Luque considera que "siempre hay víctimas que pagan los enfrentamientos entre los poderosos y las consecuencias de la violencia", y como buen conocedor de la región ha vivido con "mucha pena y un poco de desgarro" la situación en Latinoamérica.
"Vivió durante mucho tiempo situaciones de mucha violencia, y al final pagaban siempre los mismos, pero las cosas están cambiando y la violencia en estos momentos va a menos en Latinoamérica, pero creo que nos hemos quedado cortos intentando contar lo que pasaba allí", ha añadido.
Juana Acosta cree muy importante "darle voz a las víctimas", y más aún "a las víctimas de la violencia sexual en el marco de un conflicto armado que ha habido en mi país los últimos cincuenta años". La actriz colombiana ha resaltado que: "Es reparador para las víctimas que se hable de lo que les ha pasado", y ha calificado a su personaje como "una mujer que no consigue elaborar su duelo".
Colombiana y mujer
También ha agregado que se trata de una mujer "absolutamente ciega por el odio y por el ansia de venganza, una madre rota que es incapaz de ver que la vida le está dando otra oportunidad".
"Sueño con que algún día mi país pueda estar en paz, porque llevo quince años viviendo en España, pero Colombia lleva muchos años viviendo una guerra civil muy compleja. Los intentos ojalá que vayan a buen puerto, pero es un proceso lento, y las negociaciones son con uno de los grupos ilegales, pero hay más, no sólo están las FARC", ha señalado Acosta.
Félix Gómez ha admitido que le costó aceptar este personaje, porque no ser sentía "capaz de encarnar a este tipo", alguien "que se miente a sí mismo para poder seguir vivo".
Guerra y locura
"En Estados Unidos hablé con algunos excombatientes y me hice una idea de cómo un tipo normal, en un ambiente desquiciante de salvajismo y locura, se puede convertir en un animal", ha añadido el actor.
Adriana Ugarte considera que cada papel "es un entrenamiento para el siguiente", y ella no está "enamorada de los personajes protagonistas, sólo de los personajes", y en este caso el suyo era "un ser con unas aspiraciones vitales básicas".
Para Carmelo Gómez, en Occidente somos "testigos del horror que está habiendo en otros continentes y existe una deuda impagable por tanto dolor, sufrimiento y sacrificio de gente que no sabe de qué va esto", y su personaje es "un pacifista en medio de todo esto y un sanador".
La forja de un flamenco, payo y catalán
El cantaor flamenco Miguel Poveda nace un martes 13 en Barcelona pero se cría en Badalona. Para él, ese número tiene algo especial y, a pesar de ser payo, catalán y no pertenecer a una estirpe de tradición flamenca, a base de mucho "esfuerzo y pasión" ha conseguido situarse como un referente del cante.
Así lo ha afirmado el director del documental 13.Miguel Poveda, Paco Ortiz, que ha señalado que en la película no sólo querían dar la visión del artista, sino contar una "historia de superación" de alguien que teniéndolo todo en contra para triunfar en el flamenco, con "esfuerzo, pasión y respeto al flamenco, ha logrado ser el número uno".
13.Miguel Poveda, producida por Sarao Films y presentada en la sección Málaga Premiere, del Festival de Cine Español de Málaga, tiene como eje narrativo el concierto que el cantaor organizó para celebrar sus 25 años de carrera en la plaza de toros de las Ventas de Madrid.
Poveda en wikipedia
"Nosotros no sabíamos de flamenco. Cuando Félix Vázquez, técnico de sonido con Poveda, nos propuso hacer el documental, le dije que sí y busqué quién era Poveda en wikipedia. No distingo un tango de una bulería, pero he aprendido algo en este proceso. Queríamos contar la historia de una persona, eso sí sabemos hacerlo", señala.
El documental se ha rodado durante cuatro años y, a juicio del director, lo "más doloroso" de la filmación ha sido "dejar cosas fuera", ya que el primer montaje duraba cuatro horas y les decían que tenían que dejarlo en 60 minutos.
"Lo hemos dejado en una hora y media; es un documental, no es ficción. Corríamos el riesgo de que la gente no lo siguiera y que no tuviera ritmo, que era para mí una auténtica obsesión, el ritmo", detalla Ortiz.
Sobre la opinión de Miguel Poveda del documental, Ortiz ha dicho que al cantaor "le ha encantado" y añade que "Miguel es una persona muy perfeccionista y muy meticulosa. Exprime al que tiene al lado y, si le pide al de al lado el cien por cien, a un documental sobre él, le pide un doscientos por ciento".
Las tetas de mi madre, Edipo en Bogotá
Las tetas de mi madre, película dirigida por el colombiano Carlos Zapata que compite en la sección Territorio Latinoamericano del Festival de Málaga, propone una cruda y áspera propuesta inspirada en el concepto del complejo de Edipo, ideado por Freud, y situado en una Bogotá que "no ha sido retratada"
Así lo ha explicado a Efe el director de la película, que cuenta la historia de Martín, un chico de diez años que trabaja de noche como repartidor de pizzas, y que descubre que su madre ejerce como bailarina de striptease una noche que acude a un burdel a llevar un encargo.
La película está construida apenas sin diálogos, ya que el director afirma que pretendía narrar "lo más mínimo" a través ellos, o hacerlo muy poco. A su juicio, en el cine existe una "necesidad" de relatar a partir de acciones, ambientes y atmósferas, en el que "cuentan más las sensaciones que las palabras".
"Es un problema, porque al final te juntas con ochos horas de material que está lleno de silencios, es una apuesta difícil", ha añadido. En torno al aspecto visual de la cinta, Zapata ha explicado que quería "muchos planos generales" y "muy poco primer plano" porque necesitaba encuadrar a Bogotá como un personaje más.
Dos gemelos
"Quería mostrar la soledad de los espacios muy grandes, de una Bogotá que prácticamente no ha sido retratada, en zonas en las que nunca se han metido, y retratarlas como si fueran una playa, como si fuera una panorámica de una playa con el sol al fondo", detalla.
Para el papel de Martín, el niño protagonista del filme, el director escogió a dos gemelos, uno para cada parte de la película, porque "iba buscando un poco la mirada", y uno de ellos tenía la mirada más dulce pero el otro poseía algo de malicia en ella.
Las tetas de mi madre se estrenará en Colombia en octubre y ha pasado por el Santiago Festival Internacional de Cine en Chile (SANFIC), el Mercado Audiovisual Latinoamericano del FLICC en México, y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).