'El país del miedo': retrato cinematográfico de la cobardía en el festival de Málaga
- La cinta ha sido rodada íntegramente en Badajoz
- Está basada en la novela del mismo título de Isaac Rosa
- Protagonizan la película José Luís G. Pérez, Marina Recio y Cristina Plaza
El realizador Francisco Espada (Badajoz, 1965), recordado en Málaga como el productor de Un novio para Yasmina que ganó en 2008 la Biznaga de Plata, asume la cámara por primera vez en El país del miedo, una película con la que pretende poner "un espejo al espectador para que se identifique con un protagonista cobarde".
Basada en la novela del mismo título, Espada compró los derechos para hacer la película antes de que le dieran al escritor Isaac Rosa el premio Fundación José Manuel Lara Hernández a la mejor narración publicada en 2008, con la idea de contratar guionista y director para sacarla adelante.
"Pero me di cuenta de que era tan mía la historia y la tenía tan clara que pensé que sería un infierno hacerla para cualquiera que no fuera yo", señala el director extremeño en una entrevista con EFE sobre su ópera prima, que presenta en el Festival de Cine Español de Málaga.
Un espejo frente al espectador
"Cuando leí la novela me impactó la visión tan completa del miedo que daba Rosa; me propuse poner un espejo al espectador para que se identificara con un protagonista cobarde, con el lado de uno con el que nadie se quiere identificar, y proponerle que tomase partido por las soluciones", explica.
Espada afirma que se sintió "muy identificado" con el protagonista, "y eso que yo creía que era valiente", se ríe. La película cuenta la historia de Carlos (José Luis García Pérez) y su descenso a los infiernos por culpa de una pequeña extorsionadora, Marta (la espléndida debutante Marina Recio), que pone en carne viva lo peor del personaje.
"Es también una metáfora de la pérdida de confianza de la sociedad en las instituciones, porque no queda tan claro si las personas que rodean a Carlos no llegan por dejadez o por falta de medios; de alguna forma -reflexiona- habla de cómo al poder le interesa que seamos ciudadanos cobardes para podernos manipular más fácilmente".
Personajes versus realidad
En ese sentido, explica que la esposa de Carlos (Cristina Plazas) "no se entera de nada porque está sobreexplotada en su trabajo, está agotada y le vale lo que le cuente su marido, que le miente constantemente para protegerla".
"Yo creo que, además de protegerla, lo que le pasa es que tiene miedo de que descubra cómo es en realidad y le deje -apunta José Luis García Pérez a Efe-. Le aterra perder la única seguridad que tiene en su vida y lo hace como peor puede hacerlo: mintiendo. Pero las mentiras tienen las patas muy cortas...", apunta el actor.
Rodada íntegramente en Badajoz, en realidad podría suceder en cualquier ciudad de cualquier sitio; tampoco abusa de lo tenebroso porque lo que da más miedo, dice Espada, "es lo cotidiano: lo siniestro, como dice el protagonista, es el terror de lo de todos los días".
El miedo de cada día
"Cuando Rosa escribió la novela, el miedo era al 11-S, al terrorismo; hoy la crisis genera mucho más pavor", considera el responsable de la productora extremeña Tragaluz, que ha contado con un presupuesto rozando los 900.000 euros para sacar adelante la cinta.
Entusiasta del trabajo con los actores, al realizador lo que más le interesa es hacer creíbles las situaciones de los personajes; en este caso, dice que hizo la planificación en función de los actores: "La cámara les sigue a ellos sin que estén pendientes".
Y desvela que antes de rodar trabajó durante meses por "skype" con los actores: "Teníamos que comprobar los motivos por los que los hombres sentimos miedo y saber de qué. Y vimos visto que le tenemos miedo a cosas muy sencillas, como a un enchufe", apunta Espada.