El Eurogrupo no logra un acuerdo con Grecia, a la que culpa del retraso en las negociaciones
- Dijsselbloem advierte que "hay una gran sensación de urgencia"
- Aún hay "grandes diferencias" y se necesitan "progresos más significativos"
- Varufakis se muestra seguro de que se alcanzará un pacto "rápido"
Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro no han alcanzado ningún acuerdo sobre Grecia y las reformas que le exigen para entregarle los 7.200 millones de euros aún pendientes del programa de rescate prorrogado el pasado febrero. Según el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, aún hay "grandes diferencias que cubrir sobre el contenido" y se necesitan "más progresos significativos" para avanzar hacia el pacto, ya que "el tiempo se está acabando". Además, los ministros del euro han acusado a Atenas de ser "el principal responsable" del retraso, ya que en su mano está conseguir avances.
El objetivo inicial de la cita en Letonia era dar el visto bueno definitivo a la lista de reformas que Atenas debe aplicar, pero el Eurogrupo ya ha dejado claro que el acuerdo está aún "muy lejano", aunque ha admitido "cierto avance" en las negociaciones por parte del Gobierno de Alexis Tsipras con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Debate "muy crítico" con Atenas
La reunión informal celebrada en la mañana del viernes en la capital letona, Riga, ha sido "muy crítica" con Atenas, según ha reconocido el propio Dijsselbloem, en respuesta a las declaraciones de la misión griega, que han calificado de "paliza" el trato recibido por los ministros de la eurozona.
La mayoría de los ministros han mostrado su decepción y su pérdida de paciencia con el proceso de negociación. Fuentes presentes en la sala han asegurado que el debate ha sido muy acalorado y que varios ministros han acusado a su homólogo griego de "hacerles perder el tiempo" y de ser "un amateur".
"Esperábamos escuchar resultados positivos y un acuerdo sobre el que decidir, y todavía estamos muy lejos de eso. Así que sí: ha sido una discusión muy crítica y hubo una gran sensación de urgencia en la habitación", ha resaltado Dijsselbloem.
Más directo fue el resumen del ministro maltés, Edward Scicluna, que ha hablado de "una completa ruptura de la comunicación”.
Por su parte, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, se ha hecho eco de la "frustración" que las tácticas negociadoras del nuevo Gobierno heleno de Syriza han provocado en las instituciones europeas, y ha dicho que los ministros han puesto de manifiesto en la reunión sus "dudas", "incertidumbres" y "sentido de urgencia".
"Ha sido un toque de atención importante al Gobierno griego de que esto hay que plantearlo, tanto desde el punto de vista de contenidos como desde el punto de vista de formas, de un modo distinto", ha señalado De Guindos.
Varufakis: "El acuerdo es la única opción que tenemos"
Por su parte, en la rueda de prensa celebrada al término del encuentro informal, el titular de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, ha resumido así el resultado de la reunión: "Estamos de acuerdo en que el acuerdo será difícil". Sin embargo, se ha mostrado confiado en que se logrará el pacto y que "va a pasar rápido, porque es la única opción que tenemos". "Como europeos, no tenemos derecho a no acordar el cierre el programa", ha señalado.
También ha coincidido con sus socios en que el proceso de negociación "es largo e ineficiente" y que debe acelerarse, pero ha recordado que Atenas propuso ya en febrero acordar una lista de cuatro o cinco grandes reformas a cambio de un adelanto de los fondos pendientes. Esas medidas irían aprobándose en el Parlamento griego para ser aplicadas mientras se negociaba un programa más amplio, ha añadido, pero el Eurogrupo lo descartó y exige un acuerdo completo para realizar los desembolsos.
Varoufakis ha rechazado de plano que se vuelva a las antiguas misiones de la troika a Atenas. "Nos resistiremos, no por razones dogmáticas, sino porque pensamos que no funciona, es la idea de regresar a un proceso que fracasó tan miserablemente en el pasado", ha dejado claro.
Aún así, el ministro heleno ha preferido destacar la parte positiva y ha recalcado que las negociaciones han "convergido de manera sustancial en las últimas semanas" en cuestiones como el programa de privatizaciones, la creación de una autoridad fiscal "independiente y autónoma", y la reforma del sistema judicial y la administración.
Respecto a los puntos en los que se mantienen las divergencias, Varufakis ha señalado la petición de los acreedores de que se reduzcan las pensiones en Grecia y la exigencia de levantar la moratoria sobre los desahucios de primeras residencias, algo que el ministro considera que sería perjudicial para "un mercado inmobiliario muy deprimido" y con el actual contexto de "crisis social".
También persisten las diferencias en el proceso de ajuste exigido al Gobierno heleno. "Este Gobierno no quiere hacer lo que hicieron los anteriores: firmar objetivos de superávit primario que, simplemente, a nivel macroeconómico, son imposibles de lograr", ha señalado.
Respecto al los problemas de liquidez que afronta Atenas, Varufakis ha criticado que el Estado griego esté teniendo que hacer frente a los vencimientos de deuda con sus propios recursos, pese a que -ha afirmado- en el marco del rescate se señalaba que debería hacerse con nuevos desembolsos del crédito.
Sin nueva cita antes del final de abril
Pero Dijsselbloem ha negado esa posibilidad de adelantar parte de la ayuda pendiente antes de cerrar el acuerdo global y completo, se ha mostrado muy frío sobre la posibilidad de convocar un encuentro extraordinario antes de que termine abril, por lo que ha remitido el próximo debate sobre Grecia al Eurogrupo ordinario del 11 de mayo. "La única fecha en mi agenda es el 11 de mayo, pero mi agenda es flexible, así que mi agenda no es el problema aquí", ha insinuado.
Según el acuerdo alcanzado el 20 de febrero entre Atenas y el Eurogrupo, que permitió una prórroga de cuatro meses del progama de rescate, el plan de reformas tenía que estar negociado con las instituciones europeas a finales de abril.
El análisis más positivo del encuentro lo ha realizado el presidente del BCE, Mario Draghi, que ha señalado que "existe una posibilidad razonable" de cerrar "con éxito" la actual evaluación del programa de rescate griego, pero ha añadido que se necesita precisar mucho más las políticas y su coste.
Sin embargo, el italiano también ha dejado la puerta abierta a una limitación adicional a los activos que el BCE podría aceptar a los bancos griegos como colateral de los préstamos con los que está manteniendo la liquidez de esas entidades.
Así, ha apuntado que "la continua salida de depósitos" de los bancos helenos, "el proceso abierto de negociación política" y "la subida de la rentabilidad de los bonos griegos" llevan a la destrucción del colateral de Grecia, por lo que "la actual situación no es la misma" que había cuando se decidió el programa de emergencia.
Dijsselbloem: "Hay una gran sensación de urgencia"
Ya a su llegada a la reunión, el presidente del Eurogrupo había declarado que, "para Grecia, es urgente lograr un acuerdo para tener apoyo financiero y garantizar que hay bastante dinero disponible para que el Gobierno siga funcionando".
"Los plazos límite son más importantes para la parte griega que para el Eurogrupo", ha resaltado Jeroen Dijsselbloem, quien ha destacado que el Gobierno heleno también es consciente de la necesidad de acelerar las negociaciones. "He hablado con mis colegas en Atenas y están muy determinados a lograr un acuerdo, y saben que el tiempo se está acabando", ha indicado.
El político holandés ha apuntado que "hay una gran sensación de urgencia para todos sobre la necesidad de lograr un acuerdo, pero hay trabajo por hacer antes de que el Eurogrupo pueda tomar una decisión".
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha dejado claro al llegar a la reunión que las negociaciones "se mueven, pero lentamente, incluso demasiado lento".
Frágil situación de las finanzas griegas
La delicada situación financiera de Grecia evidencia esa urgencia por desbloquear los 7.200 millones de euros que quedan pendientes del segundo programa de asistencia financiera de la eurozona y el FMI, al que debe pagar 200 millones el 1 de mayo y otros 745 millones el día 12.
Atenas reconoció este miércoles que el Estado está "al límite" desde enero y esa falta de liquidez ha sido el motivo que llevó al Gobierno a publicar el lunes un decreto que obliga a las entidades locales a transferir sus reservas en efectivo al Banco de Grecia, para prestárselas al Estado.
El Eurogrupo de este viernes ha servido para "hacer balance de la situación" y, "después, se verá lo que traen las próximas semanas", ha dicho el jefe del foro de ministros, que ha apuntado que "abril todavía no ha terminado" y, por tanto, todavía puede cumplirse el primer plazo fijado para cerrar un principio de acuerdo con Atenas.
Por ahora, los socios de la eurozona prefieren no hablar de nuevas fechas, y recuerdan que, en todo caso, la fecha límite es la del 30 de junio, cuando expira la prórroga concedida al Gobierno griego.
El desacuerdo está en las recetas
En un artículo colgado este viernes en su blog, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, recalca que el Gobierno de Atenas "está deseoso" de proceder a una serie de reformas y que comparte buena parte del diagnóstico que hacen los acreedores sobre la situación del país, pero no las recetas que deben aplicarse.
"Los desacuerdos con nuestros socios no son insalvables. Nuestro Gobierno está deseoso de racionalizar el sistema de pensiones (por ejemplo, limitando la jubilación anticipada), proceder a la privatización parcial de bienes públicos, hacer frente a los créditos morosos que están obstruyendo el flujo de crédito, crear una comisión tributaria totalmente independiente, o fomentar el espíritu empresarial", dice Varufakis.
Según el ministro griego, la diferencia principal entre la visión del Gobierno heleno y la de los acreedores radica en que éstos se aferran a recetas que han fracasado y que denomina las "trampas" de la austeridad y de las reformas.
A juicio de Varufakis, el método utilizado por la Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional de fijar para la deuda unos objetivos de porcentaje determinados en una fecha concreta han tenido un efecto contrario al deseado. Para lograr esos objetivos, era necesario marcar unos superávit primarios de tal magnitud que acababan teniendo un efecto negativo sobre la economía, lo que a su vez hacía imposible lograr la meta fijada.
En lugar de este modelo, "se debe trazar un plan a futuro basado en suposiciones razonables para el superávit primario, que sean consistentes con las tasas de crecimiento de la producción, la inversión neta y la expansión de las exportaciones, y que puedan estabilizar la economía y la relación deuda-PIB de Grecia", dice Varufakis.
Piden a España más reformas en el mercado laboral
El Eurogrupo ha analizado también el tercer informe de la misión de supervisión elaborado por los inspectores de la Comisión Europea y del BCE tras su visita de control a Madrid (el pasado mes de marzo), tras el fin del rescate bancario por el que España recibió 41.300 millones de sus socios europeos.
En este documento, se avisa de que, pese al regreso del crecimiento, persisten "desequilibrios significativos en la economía española", en particular el alto paro y la deuda elevada, y piden al Gobierno que adopte "medidas adicionales" para reducir la dualidad en el mercado laboral y que acelere otras reformas, como la ley para liberalizar los servicios profesionales.
Durante el encuentro en Riga, los ministros de los países del euro han ratificado esas conclusiones y, según ha declarado Moscovici en la rueda de prensa, han considerado que "España está comportándose muy bien tanto en el plano fiscal como en el económico", aunque también han recordado al Gobierno español que puede hacerse más reformas en el mercado laboral y los impuestos.
Después de la cita del Eurogrupo, se ha reunido el Ecofin, es decir, todos los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea. Los Veintiocho han abordado la situación económica de la zona y otras cuestiones de estabilidad financiera, su potencial de crecimiento y las reformas, así como la aplicación de cada país de las recomendaciones específicas hechas por Bruselas.