El genocidio armenio y la batalla de Galípoli, dos ceremonias enfrentadas en su centenario
- Putin y Hollande asisten al homenaje a las víctimas del 'genocidio armenio'
- Turquía y otros 60 países conmemoran por su parte el el centenario de Galípoli
- El reconocimiento del genocidio enfrenta a Turquía y Armenia
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, François Hollande, han coincidido este viernes en la conmemoración del centenario del llamado 'genocidio armenio' en Ereván. Un homenaje que Turquía ha tratado de contrarrestar convocando una ceremonia por el el centenario de la batalla de Galípoli, una de las mayores victorias del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial.
Putin y Hollande son los representantes de más alto nivel que han participado, junto a enviados de otros países (entre ellos EE.UU., Alemania y Argentina), en los actos que tienen lugar en el memorial erigido en la capital de Armenia. Allí han depositado flores y han guardado un minuto de silencio por el millón y medio de víctimas de las masacres de armenios bajo el Imperio otomano. Una matanza que Armenia lucha porque sea reconocida como un genocidio en la esfera internacional.
El encuentro entre ambos presidentes se produce cuando las relaciones entre Rusia y la Unión Europea (UE) no pasan por su mejor momento debido a la crisis de Ucrania y a las sanciones impuestas por el bloque europeo a empresas y personas rusas y ucranianas.
El presidente armenio, Serge Sargisian, ha agradecido a los mandatarios extranjeros presentes que, gracias a ellos, las víctimas "no serán olvidadas". El jueves, la Iglesia armenia canonizó a todas ellas, millón y medio según sus cifras.
Hollande: “Me inclino ante la memoria de las víctimas”
El presidente francés ha señalado que su país lucha contra el negacionismo y ha pedido a Turquía que de un paso adelante y reconozca la matanza. "En Turquía ya se han pronunciado palabras, y palabras importantes, pero todavía se están esperando otras para que compartir la pena pueda convertirse en compartir un destino", ha afirmado Hollande, en su discurso en la ceremonia.
"Deseo que la frontera entre Turquía y Armenia pueda abrirse próximamente, para que estos dos pueblos tan próximos no sigan siendo vecinos lejanos", ha agregado. "Me inclino ante la memoria de las víctimas y vengo aquí a decir a mis amigos armenios que nuca olvidaremos la tragedia por la que han pasado", ha señalado el presidente francés.
Hollande también se ha referido a "un odio destructivo que hace cien años quiso exterminar a una población porque era armenia" y ha recordado que desde 2001, Francia reconoce públicamente por ley el genocidio armenio de 1915. "Aquí en Ereván, tengo en mi pensamiento a todos mis conciudadanos de origen armenio: los sabios y los médicos, los emprendedores, funcionarios, obreros, deportistas, artistas... Ellos son Francia tanto como son Armenia, y hacen brillar a nuestros dos países como Charles Aznavour, que es nuestro orgullo común", ha añadido.
La postura de Alemania
La ceremonia ha tenido lugar en el monumento en el que arde una llama en recuerdo de los armenios que perecieron en las matanzas y deportaciones que Armenia y otros 22 países califican como "genocidio". El jueves, el presidente alemán, Joachim Gauck, usó esta denominación por primera vez, marcando un cambio en la postura oficial alemana. Guack lamentó también la colaboración y la falta de reacción de la Alemania de la época, aliada de los otomanos en la Gran Guerra.
Este viernes, el Gobierno alemán ha apelado a la reconciliación entre Armenia y Turquía y ha señalado que Berlin quiere contribuir "al acercamiento entre ambas partes", ha indicado el portavoz gubernamental, Steffen Seibert. Sin embargo, Seibert ha evitado pronunciarse acerca de la declaración de Gauck con el argumento de que no es cometido del Gobierno pronunciarse sobre las intervenciones del presidente
Turquía, por su parte, reconoce las matanzas pero las sitúa en la violencia generada por la guerra y niega que pueda hablarse de "genocidio". En las últimas semanas, Ankara ha protestado por las declaraciones del papa Francisco y de la Eurocámara sobre estos hechos.
Galípoli, la batalla del orgullo turco
Y para tratar de rebajar la influencia del recuerdo de los crímenes en Armenia, este año Turquía ha retrasado la conmemoración de la batalla de Galípoli, que todos los años suele celebrarse el 18 de marzo, para hacerlo coincidir con la celebración del aniversario del comienzo de las masivas deportaciones de armenio.
Representantes de 60 países acompañan a Recep Tayyip Erdogan este viernes. Entre ellos, el príncipe Carlos de Inglaterra y los primeros ministros de Australia y Nueva Zelanda, Tony Abbott y John Key respectivamente, que presiden las distintas ceremonias junto al presidente turco en el recuerdo de esta batalla que enfrentó a las tropas otomanas con los aliados franceses y británicos en 1915.
Los actos de Galípoli rememoran un ataque naval seguido de un desembarco lanzado por franceses y británicos en el Estrecho de los Dardanelos en un intento de avanzar hacia Estambul, entonces capital del Imperio otomano, que en octubre de 1914 había entrado en la guerra en el bando de Alemania. El enfrentamiento siguió hasta el repliegue aliado en diciembre de 1915. Unos 50.000 soldados en cada bando murieron en la batalla, que dejó también unos 200.000 heridos.
La batalla se considera en Turquía como un hito nacional ya que fue en las colinas de Galípoli donde destacó el joven comandante Mustafa Kemal, más conocido como Atatürk, quien ocho años más tarde abolió el Imperio otomano y fundó la República de Turquía.
La zona se ha convertido en una zona de peregrinaje de ciudadanos de los países que participaron en la batalla y el 25 de abril, cuando desembarcaron los soldados del Anzac, es celebrado en Australia y Nueva Zelanza como el Anzac Day.