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El caso de los estudiantes de Iguala eleva la tensión en México ante la próxima cita electoral

  • Los padres de las víctimas piden que se anulen las elecciones del 7 de junio
  • Unos estudiantes incendian varios vehículos enfrente del Congreso de Guerrero
  • Consideran que los políticos tienen nexos con el crimen organizado

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QUEMAN AUTOS ANTE CONGRESO DE GUERRERO TRAS MARCHA POR ESTUDIANTES MEXICANOS
Familiares de los estudiantes desaparecidos hace siete meses marchan en la ciudad de Chilpancingo.

El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala ha elevado este domingo la tensión en México, al producirse disturbios y actos vandálicos después de una marcha por los siete meses del suceso. Los hechos, además, añaden presión a las elecciones del próximo 7 de junio, que los familiares de las víctimas piden que no se celebren.

Tras una manifestación en Chilpancingo, capital de Guerrero -estado mexicano donde se produjeron las desapariciones-, un grupo de estudiantes ha protagonizado una serie de disturbios enfrente del Congreso estatal. Se hicieron con sies camionetas de reparto, que introdujeron en la explanada del recinto. A continuación, incendiaron varios de los vehículos delante de la fachada del edificio legislativo.

En la reyerta no participaron los padres, que encabezaron la protesta. Unas 800 personas recorrieron las calles de la ciudad para exigir a las autoridades que continúen con la búsqueda de los estudiantes.

Los familiares refutan las versiones oficiales, que consideran que la noche del 26 septiembre los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron a manos de autoridades corruptas y miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron e incineraron sus restos en un basurero en el municipio vecino de Cocula.

Aumenta la tensión ante las elecciones

Estos actos vandálicos se suman a otra serie de incidentes que se están produciendo en Guerrero desde que los padres de los jóvenes advirtieron que no permitirían la celebración de los comicios en Guerrero por considerar que los políticos tienen nexos con el crimen organizado.

Además, pidieron a la autoridad electoral una propuesta de votación por usos y costumbres, una figura incluida en la legislación mexicana para las regiones indígenas. Sin embargo, los consejeros del Instituo Nacional Electoral (INE) comunicaron a los familiares que no podían cancelar los comicios porque la Constitución no lo contemplaba.

El próximo 7 de junio unos 83 millones están llamado a votar para elegir a 1.996 cargos, incluidos 500 diputados federales y los gobernadores de nueve estados. A falta de poco más de un mes para los comicios, la presión se acumula.

Esta misma semana, un grupo de la la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero realizó varias acciones en el estado, como la quema de propaganda electoral o la toma de edificios gubernamentales, en busca del boicot de las elecciones.

También este domingo en varios municipios del estado suroriental de Chiapas, maestros y estudiantes quemaron propaganda electoral y realizaron actos vandálicos, como pintadas en oficinas del INE y otros edificios oficiales en contra del proceso electoral y para exigir la devolución con vida de los 43.

Por los mismo motivos, en el sureño estado de Oaxaca, esta semana un grupo de profesores causó destrozos en la sede del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y bloquearon la oficina local del INE.

Protesta frente a la sede de la ONU, en Nueva York

En Ciudad de México, capital del país, se ha llevado a cabo este domingo un simbólico acto en el que familiares de los jóvenes instalaron en una vía principal un monumento a sus hijos, consistente en un gran "+43" de madera de color rojo.

En este últimos meses los padres no han cesado en su empeño de internacionalizar el caso para evitar que caiga en el olvido y han visitado distintos países como Estados Unidos, Canadá, Alemania o España.

También este domingo familiares de los 43 jóvenes y simpatizantes de la causa se manifestaron en Nueva York, frente a la sede de la ONU, prometieron no descansar hasta que vuelvan a verlos. El lema más coreado fue: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos".

También hubo consignas contra el Gobierno de Enrique Peña Nieto y entre las pancartas había una que, en inglés, decían que "la brutalidad policial no tiene fronteras" o "México es un estado asesino".