La huelga de pilotos de la portuguesa TAP cancela el 30% de los vuelos en la primera jornada
- Los vuelos con destino a España no tienen asignados servicios mínimos
- La compañía aérea lusa está inmersa en un proceso de privatización
La huelga de diez días convocada por los pilotos de la aerolínea portuguesa TAP ha comenzado el 1 de mayo con un impacto limitado, ya que se canceló en torno al 30% de los vuelos programados, mientras continúa la polémica acerca de la movilización.
Aunque ni la compañía aérea -propiedad del Estado luso y en pleno proceso de privatización- ni los sindicatos facilitaron cifras sobre el seguimiento, ambos reconocieron de forma implícita que los efectos del paro no fueron tan significativos como se preveía.
De hecho, el Sindicato de Pilotos de Aviación Civil (SPAC) ha señalado que la "verdadera dimensión" de esta protesta solo se sabrá a partir del tercer día de huelga, y un portavoz aseguró que la mayoría de las conexiones realizadas -y que no habían sido garantizadas por los servicios mínimos- se realizaron gracias a pilotos con responsabilidades en la dirección de la empresa.
En su página web, TAP publica dos listas, una compuesta por una treintena de vuelos que están garantizados por los servicios mínimos definidos por las autoridades, y otra con una treintena de conexiones que "probablemente no serán realizadas".
La aerolínea tiene programados para estos diez días 296 vuelos diarios de media, de los que en torno al 10% están garantizados por los servicios mínimos y el resto dependerá de la participación de los pilotos en el paro.
Concretamente, TAP ha confirmado vuelos a Alemania, Angola, la región lusa de las Azores, Bélgica, Brasil, Francia, Italia, Luxemburgo, el archipiélago portugués de Madeira, Mozambique, Reino Unido y Suiza.
Vuelos a España sin servicios mínimos
Los vuelos a España, donde TAP tiene rutas a los aeropuertos de La Coruña, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Oviedo, Sevilla y Valencia, no tendrán servicios mínimos, mientras que sí lo tendrán las numerosas rutas a Brasil.
El ministro de Economía portugués, António Pires de Lima, subrayó los efectos perversos de un paro de diez días en TAP, que está en vías de privatizarse, y lamentó "la decisión radical" adoptada por el sindicato. "Pido a los pilotos, que están habituados a tomar decisiones muchas veces delicadas que vayan a trabajar", indicó anoche Peres de Lima en una corta declaración ante los medios.
El SPAC ha puesto la pelota en el tejado del Ejecutivo, que gestiona, a través de Parpública, la estatal TAP. "No cederemos más en la privatización sin más contrapartidas", ha dicho su portavoz, que estima en torno al 90% el seguimiento de la huelga entre los pilotos afiliados (la mayoría, 786 de casi 1.000 en plantilla).
"Queremos que el futuro comprador sepa exactamente los costes laborales de TAP", agrega el portavoz, tras lamentar la opacidad del Gobierno en el proceso de privatización.
Los pilotos denuncian que el Gobierno no cumple
SPAC decidió organizar esta paralización por lo que consideran un incumplimiento del acuerdo alcanzado en diciembre con el Gobierno, que incluye un capítulo de pagas extraordinarias, así como la posibilidad de obtener hasta un 20% en la privatización.
TAP, propiedad del Estado luso, está en un proceso de venta al sector privado cuando atraviesa un momento especialmente delicado en su tesorería, que podría empeorar aún más debido a la huelga convocada.
Según cálculos de la compañía, el paro tendrá un impacto de al menos 70 millones de euros en las cuentas, aparte de los efectos nocivos en la reputación de la empresa, cuya venta, según el Gobierno, no está en entredicho.