'Cosas que ya no', el cajón de Ignacio Elguero lleno de "nuestros recuerdos"

• Elguero utiliza la crónica periodística para relatar la segunda mitad del siglo XX
• Reúne situaciones y objetos cotidianos de "un mundo que se nos ha ido"
• "Todo aquel que tenga más de 30 años se va a sentir identificado", promete

Fotomontaje de Ignacio Elguero con su libro 'Cosas que ya no' y alguna de las ilustraciones que aparecen en él

Un cajón lleno de objetos, frases y tradiciones que ya no existen, no hacemos ni decimos, porque, según el autor, pertenecieron a "un mundo que se nos ha ido demasiado deprisa".

Ese cajón es Cosas que ya no (Planeta, 256 páginas, 19 euros) el último libro de Ignacio Elguero (Madrid, 1964), que confiesa a RTVE.es que lo ha escrito "para hacer una crónica de la segunda mitad del siglo XX, para disfrutar esas generaciones recordando, y para que las próximas tengan un retrato" de lo que fue.

Jugar con el mercurio de los termómetros (ahora prohibidos), lanzarse espigas al jersey, que te fíen en la tienda o subir en un coche unos encima de otros y sin cinturon son algunas de esas cosas que solo quedan en el recuerdo. Lo nuevo de Elguero recoge hasta 226 de estas situaciones, que ordena en tres secciones: lo que ya no se hace, lo que ya no existe y lo que ya no se dice.

Mientras escribía Leif Garret en el dormitorio de mi hermana, Elguero se dedicó a guardar en una carpeta durante un año todas esas cosas que se han perdido, y llegó a reunir cerca de 400. "Hice una criba para huir de los tópicos" asegura el autor, que se inspiró en la crónica periodística para describir las situaciones. La escritura es "un poco a lo Julio Camba, que es para mi un gran maestro", dice.

Los dos rombos en la tele, la paga en pesetas, los pañales de tela, los columpios oxidados..., son cosas de un tiempo que solo quedan en la memoria y que el autor reúne para recordarlas con sorpresa, añoranza y una sonrisa.

De esos recuerdos, entre los que se guardan colecciones de sellos, vídeos BETA, LP, el yo-yo, "tu bici, tu balón, tu material escolar, tu primera calculadora o tu primer reloj"..., lo que más añora Elguero es el valor que se les daba a las cosas. "Costaba conseguirlas", señala el autor, que lamenta que también se haya perdido las humanidades en la educación o cierto sentido del repeto al profesor.

Pero no todo lo que han barrido los cambios sociales, culturales y tecnológicos de los nuevos tiempos ha sido para mal. "Nos hemos quitado y hemos acabado con el lastre de una generación de cierto fascismo y machísmo", reconoce Elguero, que agradece que ya no se escuchan frases como "se ha quedado para vestir santos" de forma despectiva hacia las mujeres solteras.

Uno de los tesoros de este manual que ofrece Elguero es la fuerza visual de sus ilustraciones, que consiguen sacar una sonrisa al lector con apenas abrir el libro y antes incluso de empezar a leer. Muchas de las fotografías las ha aportado el madrileño.

Elguero reconoce que no ha conocido personalmente todas las cosas que narra, pero sí afirma que "forman parte del paisaje de nuestro recuerdo" porque han perdurado a lo largo de varias generaciones.

"Todo aquel que tenga más de 30 años se va a sentir identificado", promete el autor. "En unas cosas él, en otras sus hermanos, en otras sus padres y en otras sus abuelos, porque lo que han hecho ellos y nosotros hemos visto también forma parte de nuestra vida", aclara.

Aunque no descarta una segunda parte, de momento no hay ningún proyecto en marcha. Pero aquellas situaciones que no aparecen en el libro y quedaron en el tintero van tomando forma en "una página con vida propia" que Elguero alimenta junto a Leandro Pérez.

Ignacio Elguero, periodista y escritor, ha publicado previamente los ensayos generacionales Al encerado (2011), Los niños de los chiripitifláuticos (2004) y Los padres de Chencho (2006).

También los libros de poemas Siempre (2011), Materia (Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez (2006), El dormitorio ajeno (2003) y Cromos (2000), entre otros. Actualmente dirige en RNE el programa literario 'La estación azul'.