El drama después de la guerra: 7.000 municiones sin explotar en Gaza
- Los restos de la guerra continúan provocando daños
- Las oenegés trabajan para ayudar a prevenir accidentes
Cerca de un año después de la guerra en la que murieron más de 2.100 palestinos y 70 israelíes, Gaza sigue plagada de artefactos y municiones sin explotar que suponen un enorme riesgo para la población civil y, en especial, para los niños. "Es una de las historias olvidadas en Oriente Medio y continúa siendo una constante amenaza para los civiles en Gaza, incluidos 950.000 niños", ha señalado el portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Christopher Gunness.
Según sus datos, hay más de 7.000 artefactos y restos de explosivos en Gaza que "continúan causando daños y heridos". "Imaginen criar a los niños en un lugar donde los espacios públicos están llenos de explosivos que son una amenaza a la vida", ha dicho el portavoz. El pasado día 13, un artefacto no explosionado hirió a dos personas que se acercaron a él.
Al día siguiente, 74 civiles palestinos resultaron heridos, ocho de ellos de gravedad, en un campo de entrenamiento militar de las Brigadas Azedim Al Qasam (brazo armado del movimiento islamista Hamás), al explotar otro de estos explosivos.
Cientos de accidentes
Según ha informado la milicia, se trató de un misil lanzado por un avión de combate F16 israelí durante la ofensiva contra Gaza (llevada a cabo entre los días 8 de julio y 26 de agosto de 2014), que había quedado sin explotar en la localidad de Beit Lahia (norte de la franja) e hizo explosión cuando un equipo de artificieros trabajaba para desactivarlo.
Los campos de la franja están llenos de cientos de artefactos similares, lanzados por Israel durante la ofensiva de 2014, y en la que once mil palestinos resultaron heridos.
Pese a los esfuerzos por limpiar el territorio, los restos de la guerra continúan provocando daños humanos y materiales. El Ministerio de Interior de Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007, ha llevado a cabo diversas campañas para evitar que la población, y sobre todo los más pequeños, se acerquen o toquen los artefactos y ha dado instrucciones para que cualquiera que localice uno se ponga en contacto de inmediato con las autoridades.
Prevenir los accidentes
Las organizaciones no gubernamentales también están trabajando con la población para ayudar a prevenir estos accidentes. Según un estudio realizado el pasado octubre por la ONG estadounidense Handicapp Internacional, el 45 por ciento de los habitantes de Gaza ha recibido algún mensaje o formación sobre cómo localizar estos artefactos y el riesgo que suponen.
Los medios más utilizados para advertir y concienciar a la población son la formación de los profesores en las escuelas, mensajes en la radio y televisión, folletos, carteles colgados por las calles y en centros públicos y charlas de trabajadores de ONG e instituciones.
El coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, James Rawley, llamó la atención sobre la gravedad del problema e instó a la retirada de todos los explosivos de la franja el pasado abril, durante el Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas y de Asistencia para las Actividades Relativas a las Minas.
"Queremos una Gaza que sea un lugar seguro", pidió. Por su parte el director de operaciones de UNRWA en la franja, Robert Turner, presentó recientemente un proyecto de esa organización para ayudar a los palestinos a limpiar el territorio.
"Tenemos un gran problema", advirtió, y señaló la "necesidad urgente de retirar las minas y artefactos no explotados" que suponen "una amenaza real" para la gente de Gaza.